El 11 de marzo de 2020 se cerraron los colegios y el 18 comenzó el confinamiento general por la Covid-19
Un día como hoy hace dos años, el 11 de marzo de 2020, la irrupción de la Covid-19 obligaba a cerrar por primera vez los colegios en Madrid, antesala de lo que días más tarde resultó ser un confinamiento general que paralizó la vida en la ciudad y el resto de España.
Hace un año, rememorábamos aquella fecha, con un horizonte de esperanza. El plan de vacunación estaba en marcha y la promesa de recobrar el estilo de vida pre-pandemia se daba por hecho. Ahora, un año después esa esperanza se ha visto amenazada por la variante Ómicron, pero se ha mantenido viva gracias al refuerzo de la vacunación con la tercera dosis y el inicio de esta en los niños.
El 82,8% de la población en Madrid tiene su pauta completa
Las expectativas puestas para lo que ya es el segundo año de pandemia en la región madrileña se han cumplido. Los contagios, si bien aún hoy aumentan de mil en mil, se cobran cada vez menos vidas.
La respuesta de los madrileños ante la campaña de inoculación ha sido más que positiva. Y es que, según los últimos datos de la Consejería de Sanidad, el 82,8% de la población ya tiene su pauta completa.
Para lograr un éxito de este calibre, la Comunidad de Madrid tomó unas cuantas medidas que permitieran agilizar la vacunación de los ciudadanos. Por ejemplo, instaló puntos de inoculación en espacios privados como el Wizink Center y el Wanda Metropolitano.
De esta manera se cumplían dos objetivos: descongestionar la carga de trabajo de los hospitales y aumentar el número de dosis diarias administradas.
La variante Ómicron puso en riesgo los dos años de Covid-19 en Madrid
Pasaban los meses y todo parecía ir sobre ruedas. La calma después de la tormenta alcanzó a quienes en todo momento estuvieron en primera línea: los hospitales y ambulatorios. El coronavirus, luego de mucho tiempo, había dejado de ser su único foco de atención.
Atrás quedaban las plantas enteras ocupadas por pacientes Covid y la espera agónica para sacar cita en un centro de Atención Primaria. La sanidad madrileña, pese a seguir tocada por bajas sanitarias y agendas apretadas, abrazaba con optimismo el nuevo ciclo que inauguraban las vacunas.
La sensación de estar frente a un nuevo principio también se respiraba en las calles. El miedo se disipaba a la vez que los madrileños se animaban a volver a conciertos, teatros, cines y demás eventos dejados durante meses en el olvido.
Los barrios volvían a cobrar vida con la celebración de sus fiestas tras un discreto 2020. En general, Madrid parecía recobrar la memoria de la ciudad que alguna vez había sido.
Sin embargo, la Covid-19 aún no había dicho su última palabra. Durante todo este tiempo, el virus había conseguido mutar multitud de veces en su lucha por sobrevivir. Las vacunas, aunque fundamentales para minimizar su mortalidad, no frenan las transmisiones, lo que permite la aparición de nuevas variantes.
Así fue que aparecieron la variante india, británica y brasileña. Y, entre ellas, la que más alarmas encendió fue la que se bautizaría como Ómicron.
Dos años de Covid en Madrid: una variante, Ómicron, más contagiosa, pero más leve
De origen sudafricano, su presencia se detectó por primera vez en Madrid el 28 de noviembre de 2021. La variante ómicron se diferenciaba del resto por su alta transmisibilidad.
En comparación con la variante delta, que en su momento fue la más extendida en el mundo, Ómicron es 70 veces más contagiosa. Por tal motivo, en poco tiempo llegó a convertirse en la cepa dominante de la región.
Los contagios se dispararon como nunca antes, superando los récords que se habían establecido en las olas anteriores de la pandemia. Las reinfecciones alcanzaban cifras inéditas. Como resultado, Atención Primaria comenzaba a desbordarse nuevamente.
Miles de personas se acercaban para que les confirmasen o descartaran la infección. La buena noticia en todo esto era que los casos positivos muy pocas veces requerían asistencia hospitalaria. Ómicron provocaba enfermedades más leves que la de sus antecesoras.
Con todo, el riesgo de un contagio que tuviera resultados nefastos nunca desapareció por completo, hubiera vacuna o no de por medio. El alza en los contagios había coincidido con las fiestas de fin de año.
La Comunidad de Madrid, de cara a garantizar una navidad en familia segura, anunció que entregaría test de antígenos gratuitos en las farmacias. De esta manera, aquellos que quisieran viajar, podrían hacerse la prueba días antes en sus casas.
Largas colas en las farmacias por los test de antígenos gratuitos
En un principio, el reparto de los test iba arrancar el 15 de diciembre, pero, por problemas de suministro, se retrasó una semana. Esto sería la génesis de las largas colas que, durante semanas, se formaron a las afueras de las farmacias.
Cientos de personas solicitaban cada día su prueba de antígenos gratuita, pero solo unos cuantos lo recibían. La proximidad de las fiestas los había congregado al mismo tiempo, cuando el plan era que se les fuera entregando los test poco a poco y a lo largo de varios meses.
Así, el segundo año de Covid-19 en Madrid termina como empezó: con el plan de vacunación, que ahora está enfocado en suministrar la tercera dosis y en inocular a la población más joven.
Los contagios aún se producen todos los días, pero las víctimas fatales son cada vez menos. Las últimas restricciones en interiores y exteriores se van levantando y queda poco para el fin de la mascarilla en interiores. Mientras, ahora el mundo se zambulle en la sempiterna pandemia de violencia.