Una nueva entrega de los relatos ‘Sexo en Madrid’, con Carla Gómez
La reportera Carla Gómez, atractiva y extrovertida, trabaja en Madrid, en la revista ‘Corazón Rosa’. Ahí, además de realizar entrevistas y reportajes, tiene una sección propia que se titula ‘Sexo en Madrid’ donde relata sus aventuras y reflexiona sobre el amor. Todos los lunes, te presentamos un nuevo capítulo de estos relatos. Hoy, el 16. ¡Esperamos que te guste!
¿Qué ha pasado hasta ahora con Carla en ‘Sexo en Madrid’?
Ahora que soy joven y guapa y atractiva, decía Carla, los tíos siempre me regalan flores o bombones, siempre me están persiguiendo e insisten aunque les diga cien veces que no. Pero a veces pienso qué pasaría si yo no fuera tan joven ni guapa ni atractiva. Si pasaran unos años y me asaltara una grave enfermedad. Porque lo que yo busco, como cantaba Alaska, es “un hombre de verdad” y que me quiera de verdad.
En el pueblo había gays, pero en Madrid los gays son algo esencial. Madrid está lleno de gays y ‘les’ que vienen huyendo de los pueblos. De pequeña, en el pueblo te metían en la cabeza que ser gay era malo. Y ahora, sobre todo en Madrid, casi parece que el pecado es no ser gay, o ‘les’, o al menos un poco ‘bi’. Y te preguntas: ¿Seré yo también un poco ‘les’ o ‘bi’ y no me había dado cuenta? Quizá estaba en mi naturaleza. ¿Qué tiene de malo?
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Puedes leer aquí los capítulos anteriores:
–3: ‘Las chicas de la Gran Vía’
-7: ‘Esta noche cenamos juntos’
Capítulo 16 de los relatos de Carla Gómez, ‘Sexo en Madrid’
‘Mi marido me engaña’
A la redacción de ‘Corazón Rosa’ de la Gran Vía llegan muchos mensajes de mujeres que sufren la infidelidad de sus maridos y piden consejo.
De joven, te ilusionas con un novio, planes de boda, una familia, hijos. Crees que tu vida será una escalera ascendente (como en la escuela), donde cada año irá a mejor. Luego pasan los años y ves que la vida no es como la escuela; tu vida no es una escalera ascendente, sino más bien descendente. Cada día que pasa, cada mes, cada año, tienes que rebajar tus expectativas un poco más, hasta que llega un momento en que ya no puedes rebajarte más.
Te veías de joven con un matrimonio feliz, una casa estupenda, unos hijos gloriosos, un trabajo realizador. No te esperabas que un buen día (es decir, un mal día, el más lúcido) empezarías a sospechar con fundamento que tu marido te engaña.
Ese tipo, que al principio se desvivía por conquistarte, por tener citas contigo y hacerte regalos, darte abrazos y besos…ahora es un desconocido traidor que abusa de tu confianza a tus espaldas. Y la traición te pilla cuando ya no eres tan joven; cuando ya no es tan fácil hacer las maletas y cambiarte de ciudad, conseguir otro trabajo, encontrar otra pareja.
Y te asaltan las preguntas: ¿Qué he hecho yo? ¿En qué me he equivocado? ¿Estaré loca y veo visiones? ¿Será culpa mía? ¿Qué me queda ahora por hacer?
Primero son sospechas, indicios, los celos que te amargan la existencia, la inquietud que te asalta hasta la exasperación. Primero son las omisiones de ese tipo que se casó tan gustoso contigo. Se trata de lo que ‘no’ hace, de lo que ha dejado de hacer.
Ya no te besa al despertarse, ni al irse al trabajo (siempre con prisas, excusas). En las comidas está como ausente. Ya no te busca con la pasión de antes. Llega un momento en que salir de fiesta se convierte en una rareza por compromiso, un suplicio con los niños de por medio, un engalanarte para nada, para un triste paseo que ojalá no se hubiera producido.
Luego vienen los datos, cada vez más claros y contundentes. El tipo que aún duerme contigo, hay días que no viene a almorzar, ni a cenar (¡hay siempre tanto trabajo!). Incluso a veces no viene a dormir. Algunas noches de fin de semana vuelve embriagado, extrañamente alegre, oliendo a raros aromas, canturreando una música que ya no es la tuya.
Hay mujeres que, llegado el punto crítico, contratan a un detective para que siga a su marido y le haga fotos ‘in fraganti’. La mayoría se convierten en detectives ellas mismas. Van descubriendo la verdad, asimilando el fracaso de su vida.
Porque descubrir que tu marido te engaña es una bomba en la misma línea de flotación de tu vida. Todo se viene abajo. Falla el motor del plan que habías montado. Tu existencia entera, que organizaste alrededor de él, deja de tener sentido.
Y el muy miserable lo niega, claro. Niega incluso la evidencia, cuando le enseñas las pruebas del delito. Jura y perjura que no. Tú eres la loca. De separación, nada.
Hay muchos mensajes así, que llegan a la redacción de ‘Corazón Rosa’. Por eso quiero escribirlo: para ayudar a las mujeres que lo necesiten. Que encuentren alivio al verse reflejadas en otros casos. Y un mensaje positivo, la recuperación de la lógica y el sentido común (que también te habían quitado): no fue culpa tuya. Tú eres la víctima (y no él, como te hacía creer). Y una última cosa que debes asimilar, para empezar a salir del pozo: tu auténtica vida no termina ahora, por suerte empieza ahora.
Próximo capítulo el lunes que viene…
Manuel del Pino
El autor de ‘Sexo en Madrid’, Manuel del Pino, es licenciado en Filosofía y Letras (Univ. de Granada, 1994). Publicó artículos, ensayos (XIV Premio de Ensayo Becerro de Bengoa con “La sonrisa de la esfinge”, Dip. de Álava, 2002) y varios libros sobre el personaje Carla: “Olivas negras”, novela policíaca (Ed. Cuadernos del Laberinto, Madrid, 2012); “Las aventuras de Víctor Lince”, en Literaturame.net, Zaragoza, 2013; “La conspiración de La Rosa Negra”, en Amazon, 2015; “Carla Mortal”, relatos contra la corrupción, en El Pulso, Madrid, 2014-16; y “La perla de Carla” (2017-20), apareció en varios periódicos y revistas digitales.
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