Nueva sección de relatos que podrás seguir en El Mirador de Madrid
Te presentamos en El Mirador de Madrid un nuevo capítulo de la sección de relatos ‘Sexo en Madrid’. Las aventuras de Carla Gómez, nuestra extrovertida reportera del mundo del corazón, surgidas de la pluma del autor Manuel del Pino, te arrancarán una sonrisa. El lunes publicamos el primer episodio. Hoy te traemos el segundo. ¡Esperamos que te guste!
Segundo capítulo de ‘Sexo en Madrid’
La camarera sexy
─Ay, Lito, no me sobes tanto, creía que eras gay.
─Y soy muy gay, pero contigo es distinto.
Los primeros tiempos de Carla en Madrid fueron bohemios, varios empleos locos, antes de trabajar para Corazón Rosa. Compartía pensión con Hipólito Funes, “Lito”, en Espoz y Mina, a un minuto (escaso) de la Puerta del Sol.
Su paisano Lito era buen fotógrafo, pero algo cenizo, cual jirafita que ya al nacer se dio un golpe contra el suelo desde más de metro y medio de altura.
Mientras Carla se vestía y desvestía, Lito se las apañaba siempre para ‘ayudarla’.
Las caricias de Lito enervaban a Carla, pero lo disimulaba. Y cuando se les acabó el dinero, Carla se insinuó a Alfonso, el morenazo hijo de la dueña, para ‘pagar’ la pensión con algún que otro trío. Alfonso era un salido, le encantaba Carla y aceptaba a Lito en medio.
Carla fue dependienta en una mercería, de botones e hilos de colores. Su debilidad era vender los pequeños costureros, con bellas estampas costumbristas de hace un siglo.
─Me has robado un beso ─le dijo Carla un día al viejo dueño.
─Es que soy un poco ladrón.
El dueño se pegaba demasiado tras el mostrador a esa joven amazona. Carla le soltó un bofetón delante de dos clientas escandalizadas y se largó sin cobrar ni nada, gritando:
─¡Aporta o aparta, viejo morado de desguace!
Luego Carla entró de camarera en un buen pub de Núñez de Arce (y muchas pistas son ya), junto a la plaza de Santa Ana. Carla ponía copas, bailaba, reía y charlaba, con escote. Era perfecto, salvo porque atraía a todos los moscones borrachos de Madrid central.
Sobre todo Moncho el cuarentón. Bebía copas, mirando a Carla en la barra, pedía y pagaba más copas, hasta invitaba a los demás: por eso el dueño no lo echaba.
Hasta que un día Moncho se declaró, beodo perdido: quería casarse con la joven Carla; tanto le volvió loco, que pensaba llevársela esa misma noche a su caverna.
─Tú te vienes conmigo, preciosa, o ahora mismo me mato aquí.
El dueño quiso echarlo. Hubo pelea. No podían sujetarlo entre varios… Hasta que Carla le estampó en la cabeza la misma botella de whisky que se estaba bebiendo.
Por entonces, Carla vendía también jabones por internet: aroma a melocotón, vainilla, coco… Mas lo que arrebató al personal fue vender velas y jabones con el perfume de su vagina. Fue un error. Dinero, pero los tíos se agolpaban a la puerta de la pensión.
Y se le ocurrió: escribir un reportaje de eso mismo y enviarlo a la Revista Corazón Rosa, de la Gran Vía. La llamaron de inmediato.
Gloria Puerto era la directora, bajita pero temible. Tras interrogarla, le dijo: “No sé”.
Traducción: “De acuerdo, sé que vales mucho y eres muy guapa. Os someteré a prueba tres meses de becarios, a ti y a tu amigo fotógrafo. Si aguantáis, estáis dentro”.
Lito llevaba varios días encerrado en la pensión, jugando sin parar a videojuegos de apocalipsis zombi. Salió a la calle para buscar a Carla y:
“¡Arghhh!”. Se encontró el centro de Madrid desierto en cuarentena por el coronavirus. “Sabía que pasaría esto, dijo, Nostradamus ya lo predijo”.
Espera el próximo capítulo el lunes que viene…
Resumen de ‘Sexo en Madrid’, la nueva sección de relatos de El Mirador de Madrid
Carla Gómez tiene 25 años y, aunque es de Córdoba, reside en Madrid, adonde llega para cumplir su sueño de trabajar en la revista ‘Corazón Rosa’.
Lo conseguirá y se convertirá en una reportera de corazón, ocio y sociedad, pero antes… le esperan muchas aventuras.
Es muy atractiva, melena castaña caoba, grandes ojos color miel, alta y con curvas. Vive con sus padres y su hermano menor. Tiene muchos pretendientes, aunque se muestra altiva con ellos.
De carácter fuerte, “Gómez” sugiere su origen de barrio y “Carla” indica que es una chica especial, tanto por su físico como por su carácter e inteligencia.
Manuel del Pino
El autor de ‘Sexo en Madrid’, Manuel del Pino, es licenciado en Filosofía y Letras (Univ. de Granada, 1994). Publicó artículos, ensayos (XIV Premio de Ensayo Becerro de Bengoa con “La sonrisa de la esfinge”, Dip. de Álava, 2002) y varios libros sobre el personaje Carla: “Olivas negras”, novela policíaca (Ed. Cuadernos del Laberinto, Madrid, 2012); “Las aventuras de Víctor Lince”, en Literaturame.net, Zaragoza, 2013; “La conspiración de La Rosa Negra”, en Amazon, 2015; “Carla Mortal”, relatos contra la corrupción, en El Pulso, Madrid, 2014-16; y “La perla de Carla” (2017-20), apareció en varios periódicos y revistas digitales.
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