Inicio Para tí Relatos Quinto capítulo de los relatos ‘Sexo en Madrid’: ‘Citas: aquí hay temita’

Quinto capítulo de los relatos ‘Sexo en Madrid’: ‘Citas: aquí hay temita’

2536
0

Las aventuras de Carla continúan en esta nueva entrega de los relatos ‘Sexo en Madrid’

hemos llegado al quinto capítulo de los relatos ‘Sexo en Madrid’, que ofrece El Mirador de Madrid todas las semanas. Carla Gómez, nuestra extrovertida reportera del mundo del corazón, continúa con sus aventuras al frente de la revista ‘Corazón rosa’.

¿Qué ha pasado en ‘Sexo en Madrid’?

Después de los primeros tiempos bohemios en Madrid, Carla, una joven de 25 años procedente del sur, vital, alegre y vividora, logra su sueño de entrar como reportera en la revista ‘Corazón Rosa’ (junto con su amigo, el fotógrafo Lito). Allí Carla escribe sobre famosos y también refleja sus propios escarceos amorosos y experiencias sexuales en Madrid, con estilo desenfadado y humorístico en su columna ‘Sexo en Madrid’.

Carla conoce a sus nuevas compañeras, redactoras de ‘Corazón Rosa’: Elisa, Laura y Yolanda, además de a la directora, Gloria Puerto y a don Pablo Almanzor, el presidente.

Mientras Lito recibe rechazos como escritor de novela negra, a Carla le llega una propuesta de Ediciones Siderales para publicar su serie ‘Sexo en Madrid’, sin estar terminada aún. Y todo gracias a la intersección de Gloria Puerto, que se había rendido a su talento. Carla no solo es muy guapa, también es lista.

Puedes leer aquí el primero, segundo, tercer y cuarto episodio

Quinto capítulo de ‘Sexo en Madrid’

‘Citas: aquí hay temita’

Poco tardó Carla en ir a la televisión. Fue en el programa ‘Citas, aquí hay temita’, un precioso viernes noche. Carla iba con radiante vestido negro de fiesta y chaqueta dorada.

La recibió el presentador Karlos Sobrado, siempre encantador. Se recreó demasiado al quitarle la chaquetita dorada. Carla le empujó delante de las cámaras.

─ Cuidado, señor Sobador, digo señor Sobrado.

─ Vaya -dijo Sobrado-, aquí tenemos a una mujer de carácter y de bandera.

Carla aprovechó para hacerse promoción y dijo:

─ Soy periodista y escritora. Vengo de Madrid, aunque nací en el sur. Busco un chico abierto, maduro, inteligente, con las ideas claras y proyectos de vida.

El rubio camarero cachas tras la barra comenzó a flirtear con ella. Una de las azafatas, delgada morena alta, abordó al camarero de muy malos modos.

─ Pero cari -le dijo él-, si ya no salimos juntos.

─ Donde hubo fuego queda lumbre, capullo.

Sobrado propuso una señal convenida: si el chico de la cita le gustaba, Carla daría una palmada en el aire; si le disgustaba, Carla tosería un par de veces.

Entró su pareja, Justo Izquierdo, antiguo, gordito, con camisa blanca, chaqueta azul, gorra a cuadros, patillones hasta la boca. ¿Siglo XVIII? No, siglo XXI.

A Carla le dio un ataque de tos. Tosió lo menos veinte veces.

En la mesa, Justo comió unos simples espaguetis y tomó cerveza. Carla era más sofisticada, pidió dorada a la plancha sobre cama de mejillón y jugo de azafrán; lo acompañó con vino blanco, albariño afrutado; y una mousse de mandarina de postre.

─ Yo busco una mujer tradicional -dijo Justo-, para casarme.

─ Pues yo prefiero una relación abierta -respondió Carla-. Las personas no estamos hechas por naturaleza para un matrimonio de por vida. El cuerpo nos pide otras cosas.

─ Soy de Vox. Me interesa mucho la patria y la política. Soy muy religioso.

─ ¿Y el cielo no detiene las desgracias de la humanidad?

Izquierdo se puso pálido. No sabía qué responder.

En el comedor sonó música trap. Carla se levantó para bailar. Todo el equipo del programa y los demás comensales bailaban… menos Justo, que miraba sentado.

Pasaron a la sesión de fotos, en un cuartito más íntimo. Ante el fotomatón, Justo se pegó a Carla sonriendo. Carla puso cara de náuseas. Y así salieron las fotos.

En la despedida, en vez de saludarlo con dos besos, Carla le hizo una cobra. La voz en off dijo: “¿Tendrías otra cita con tu pareja de esta noche?”.

─ Sí -dijo Justo-, y te seguiré toda la vida hasta el fin del mundo.

─ ¡Ni hablar! -replicó Carla-. Ni muerta.

Salió disparada por la puerta a la calle, sin despedirse. Detrás, Justo salía cabizbajo y derrotado. Karlos Sobrado y el camarero cachas se encogieron de hombros.

─ Tú puedes encontrar algo mejor que esa víbora -le dijo Sobrado.

─ Pero me ha impactado tanto… Yo la quiero a ella.

Manuel del Pino

Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada en el año 1994, el autor de ‘Sexo en Madrid’ ha publicado también varios ensayos, obteniendo el XIV Premio de Ensayo Becerro de Bengoa con ‘La sonrisa de la esfinge’ (Dip. de Álava, 2002). Además tiene artículos y varios libros sobre el personaje de Carla,, como ‘Olivas negras’, ‘Las aventuras de Víctor Lince’, ‘La conspiración de La Rosa Negra’, ‘Carla Mortal’ y ‘La perla de Carla’.

Si te ha gustado este artículo, déjanos un comentario. También puedes regalarnos tu Me gusta en nuestro Facebook y seguirnos en Twitter.


Si te ha gustado este artículo, déjanos un comentario. También puedes regalarnos tu Me gusta en nuestro Facebook y seguirnos en Twitter.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.