Más de tres años después de su comienzo, la crisis sanitaria se da por superada
El fin del uso obligatorio de las mascarillas en España marca el adiós definitivo a la crisis sanitaria provocada por la pandemia de la Covid-19, que lleva ya tres años asolando el mundo. Empezó en marzo de 2020 con un duro confinamiento que se prolongó durante unos tres meses. Seguidamente, se dio paso a unas fuertes restricciones de movilidad que fueron aminorando y variando según evolucionaba la situación.
Finalmente, se eliminaron la mayoría de medidas hasta solo dejar el uso obligatorio de la mascarilla en centros con personas de alto riesgo, como las farmacias, residencias de mayores u hospitales. Hoy, 5 de julio, se suprime la obligatoriedad, pero se sigue recomendando en determinadas situaciones:
- Personas con síntomas de infección respiratoria cuando estén en espacios compartidos.
- Profesionales que atiendan casos sintomáticos.
- Trabajadores de las UCIs y Unidades con pacientes vulnerables, siguiendo las recomendaciones de control de infección aconsejadas por los Servicios de Medicina Preventiva y Prevención de Riesgos Laborales.
- En las urgencias hospitalarias o de atención primaria, incluida la sala de espera.
- En los centros residenciales de personas mayores y personas con discapacidad, si trabajadores, residentes o visitantes presentan síntomas.
«Más de tres años después, podemos, sin bajar la guardia, decir adiós a una pandemia que ha marcado nuestras vidas«, ha asegurado el ministro de Sanidad, José Miñones. Esta determinación llega una vez valorado el informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, y de acuerdo con lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Tras el fin de las mascarillas, España entra en una nueva fase
El adiós a las mascarillas provoca que España entre en una etapa en lo que a la pandemia de la Covid-19 se refiere. En ella, se busca un nuevo manejo de la enfermedad de una manera sostenible a largo plazo, siendo el epicentro de todo la vacunación contra la infección. La promoción de la inoculación será la medida fundamental que se llevará a cabo en esta nueva fase.
Además, se va a hacer especial hincapié en la vigilancia de las personas con infecciones respiratorias agudas. De esta forma, se va a establecer un sistema que integre el seguimiento de la enfermedad, tanto en atención primaria como en atención hospitalaria, y que incluya al menos la vigilancia de gripe, Covid-19 y el Virus Respiratorio Sincitial.
Junto a ello, se fortalece el marco estratégico de preparación y respuesta frente a emergencias sanitarias. Se establece como fundamental seguir manteniendo una reserva estratégica sanitaria y mantener los mecanismos de gobernanza compartida, así como reforzar los recursos humanos.
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