La ONCE estuvo todo el tiempo cerca de sus vendedores durante el confinamiento
Este lunes finalmente se celebró la reapertura de los quioscos de la ONCE. Después de tres meses cerrados, los más de 19.000 vendedores de toda España volvieron para repartir los sorteos, cupones y loterías que, hasta la pandemia del coronavirus, lo habían venido haciendo durante 81 años sin interrupción.
Uno de los vendedores que regresó el lunes a su puesto es Fernando Lozano, también conocido como ‘Pipu’ por amigos y clientes. Su quiosco está ubicado en la calle Barquillo, en el centro de Madrid.
Fernando estuvo preocupado por sus clientes
La reapertura para Pipu ha sido como «el primer día de cole». A pesar de que el ritmo de la tienda todavía no es como el de antes, los clientes que se han pasado por su quiosco «han venido con ánimos».
Admite que durante el confinamiento, a veces se le pasó por la mente que alguno de sus clientes «podrían ya no estar». Sin embargo, para alegría de Fernando, cuenta que de los que ha ido viendo, todos están bien. Y añade: «hay alguno que me ha contado que lo ha pasado , pero que no ha sido muy grave».
Su preocupación estaba centrada principalmente en sus clientes mayores, aquellos que forman parte del grupo de riesgo de la Covid-19. A pesar de que todavía no ha visto a todos, comenta: «He preguntado por ellos y me han dicho que estaban bien, que estaban en casa de sus hijos».
Vivió el cierre «entre mal y muy mal»
Y es que es inevitable acordarse de ellos cuando se lleva siendo vendedor en un mismo lugar durante más de 27 años, como es el caso de Pipu. Llegó desde Murcia en el año 90, y dos años más tarde ya era vendedor de la ONCE. Explica que al no poder ver, era de las pocas oportunidades que se le presentaron.
En sus casi tres décadas al frente de su quiosco, Fernando dice nunca haber pasado por algo parecido a lo de ahora. Al momento de cerrar el quiosco por la pandemia, cuenta que lo vivió «entre mal y muy mal». La incertidumbre le preocupaba. Se estaba produciendo «un cambio de vida de un día para otro».
Al inicio, tenía la esperanza de que el confinamiento solamente durase 15 días, pero la situación sanitaria no hacía sino empeorar, y a esos días iniciales se le empezaban a sumar semanas. Ante tal circunstancia, se preguntaba: «¿Qué va a pasar aquí?».
Antes de la reapertura, los vendedores de la ONCE estuvieron en un ERTE
Por suerte, Fernando dice estar agradecido con la ONCE porque siempre se mostraron muy cerca de él y del resto de vendedores. Explica que «a los afiliados y a la gente mayor que estaba en casa, nos estuvieron llamando y animándonos. En ningún momento te sentías solo. Sabías que durase lo que durase, al final volverías».
Según explica este vendedor de la ONCE, a todos los miembros de la plantilla los pusieron en el ERTE. Los pagos se realizaron en el momento justo, a diferencia de otras empresas que han tenido problemas en ese aspecto.
El confinamiento en casa no se le hizo para nada largo. Se mantuvo ocupado con los ensayos de su grupo de teatro La luciérnaga, que mediante la aplicación Zoom pudieron continuarlo a distancia. Así también, su afición a la música era otro de los pasatiempos que le hicieron la reclusión mucho más llevadera.
Para la reapertura, la ONCE le ha facilitado diversos productos de limpieza. «Tenemos unos pulverizadores para limpiar con toallitas de papel el mostrador, alcohol higienizante y la mascarilla», explica.
«Tengo que higienizarme más las manos; me guío por el tacto»
Fernando es consciente de que su discapacidad le genera más riesgos en la adaptación a la ‘nueva normalidad’ ya que, al estar ciego, sus manos hacen la función de sus ojos. «Estoy acostumbrado a guiarme por el tacto. Por ese motivo, tengo que higienizarme más las manos», comenta.
Como para casi todos, esta época de pandemia ha sido un momento de reflexión para él. La conclusión a la que ha llegado es que hay que tomarse la vida con más calma. Y añade, «no hace falta estar en todos los sitios. Si por alguna cosa no se puede estar con un amigo, pues en otro momento se podrá».
Desde su quiosco en la calle Barquillo, Pipu tiene la esperanza de «dar premios para ayudar a la gente». La crisis económica que se avecina será dura y para él «el mero hecho de que te venga un cliente y te diga que le has ayudado a acabar el mes ya es bastante».
Ayuso y su primer cupón
El mismo lunes de la reapertura de los puestos de la ONCE, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acompañó a uno de los vendedores en su regreso. Compró el primer cupón del desconfinamiento en uno de los quioscos situados en la Puerta del Sol.
Junto a Ayuso estuvieron el delegado territorial de la ONCE en Madrid, Luis Natalio Royo, y la presidenta del Consejo Territorial de la Comunidad de Madrid, Teresa Rodríguez Peco.
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