Villamanrique presenta dos paisajes muy distintos, el de los sotos y sus álamos y olmos, y el de los cultivos de la vega
Dos paisajes muy diferentes es lo que presenta esta ruta por Villamanrique, y por ello la hacen interesante: por un lado, el de los sotos, característicos por sus álamos blancos, olmos, etc; y por otro, el de los campos de cultivo de la vega. Además, supone un importante refugio para las aves. Son cuatro kilómetros, sencillos y bien señalizados, que conducen a orillas del río Tajo y caminan en paralelo con su cauce.
La ruta es circular, y arranca y finaliza en el centro de Villamanrique de Tajo, la Plaza de la Constitución. Otoño y primavera son el mejor momento para recorrer esta ruta, pero se recomienda evitar los días muy calurosos y tener en cuenta que puede haber muchos mosquitos, sobre todo en primavera y verano.
Cómo llegar a los sotos de Villamanrique
- En coche: A-3 dirección Valencia, salir en el km 48 y tomar M-321 hasta llegar a Villamanrique de Tajo.
- En autobús: número 353. Sale de Madrid, en la Ronda de Atocha.
Ficha técnica
- Tipo de itinerario: circular
- Duración aproximada: 1 h y 15 min. a pie; 30 min. en bicicleta
- Distancia aproximada: 4,160 km
- Dificultad: muy fácil
- Señalización: sí
- Desnivel: 25 m
- Época aconsejada: evitar los días más calurosos
Ruta por los Sotos de Villamanrique
Nuestro recorrido comienza en la plaza de la Constitución de Villamanrique de Tajo, desde donde llegaremos a la Plaza de la Iglesia, la calle Sur y un camino de tierra, hasta alcanzar la puerta del Área Recreativa Las Cuevas, completamente rodeada de agua, con pistas polideportivas, fuentes, merendero, bancos, aparcamiento, zona infantil y embarcadero.
¡Gracias de antemano!
Bizum: 607750277
O puedes hacernos una transferencia aquí
Ref: Ingreso rutas
Al lado del acceso, pueden verse algunos paneles informativos sobre la ruta. Una vez que se deja la vía asfaltada, se coge una pista de tierra (no hay que continuar la vía asfaltada a la derecha, sino seguir recto) y, poco después, se llega a la ribera del Tajo, que se encuentra a mano izquierda.
El Tajo es el río más largo de la Península Ibérica, sin embargo por la Comunidad de Madrid apenas discurre durante 45 km. Entra por Estremera y, en este punto, hace de frontera entre las provincias de Madrid y Toledo.
Unos 540 m después de cruzar un puente, hay una bifurcación del camino. Hay que seguir por la izquierda, tal y como indica la señalización. Sin embargo, hay un panel informativo sobre los cultivos de la zona en el camino de la derecha, donde merece la pena acercarse.
Vegetación de ribera en los sotos
A partir de aquí, el recorrido por los sotos de Villamarique transcurre, casi en su totalidad, a lo largo de los meandros del río, entre la vegetación propia del paisaje de ribera. En el primer tramo, antes de entrar a los sotos, abundan los álamos blancos y los chopos. Mientras, a la derecha de la pista se extienden los inmensos cultivos de la vega, entre los que predominan los de maíz, cebada, melones y espárragos.
Poco después, encontraremos uno de los pocos tarayales bien conservados de la Comunidad de Madrid: son árboles de talla pequeña, de menos de 10 m, con las ramas largas, delgadas, flexibles y colgantes, y con flores rosadas cuando llega la primavera.
En un momento determinado, la pista amplia desaparece y hay que seguir un sendero muy estrecho que se adentra en el corazón de los sotos, donde la temperatura es más suave, el ambiente más fresco y la vegetación se inunda de arbusto, como el carrizo o el junco. También veremos sauces y olmos un poco más lejos del río.
Aves, reptiles y otros animales
Según continuamos la marcha, veremos claros entre la vegetación y por ellos, mirando a la izquierda, contemplaremos unas bonitas vistas del Tajo y de la otra orilla del río, que pertenece ya a la provincia de Toledo. En uno de esos claros se encuentra un observatorio de aves desde el que admirar las especies más comunes que habitan en la ribera como el ánade real, la garza real o la focha común.
En la zona no solo hay aves. También son muy comunes los galápagos leprosos, las culebras de agua y, más cerca de las zonas dedicadas al cultivo, los conejos. Además hay otros insectos, anfibios, reptiles y peces.
Continuamos unos 400 metros después del observatorio, y luego desharemos el camino andado para volver al punto de inicio de la ruta. De nuevo se llega al puente que se cruza a la ida, pero en esta ocasión, no se pasa por él, pues la vuelta se realiza por la calle Miralrío, la carretera M-325, las calles de Toledo y de Faustina Sáez de Melgar. Esta última desemboca en la Plaza de la Constitución.
Qué ver en la zona
- Villamanrique de Tajo: está situada junto a la vega del río, por lo que es una tierra rica en cultivos. Se pueden visitar lugares interesantes como la antigua villa de Buenamesón –con un palacio del siglo XVII–, la Real Salina de Carcaballana –del siglo XVIII, junto a un manantial de agua salada– o el Azud de Valdajos –una de las presas más antiguas de la región que fue mandada construir por Carlos I en 1530–.
- Fuentidueña de Tajo (a 9,600 km de Villamanrique de Tajo): interesante para visitar es la calle Mayor, la Torre del Reloj, la torre del homenaje, uno de los pocos restos que se conservan del Castillo de Santiago, cuya construcción pudo iniciarse en el siglo XII, o el Puente de Hierro.
- Villarejo de Salvanés: (a 13,100 km de Villamanrique de Tajo). Del castillo que se construyó hace siglos únicamente queda en pie la torre del homenaje y algunos lienzos de la muralla, pero sin embargo es, en la actualidad, el elemento arquitectónico más característico del municipio. Fue declarado, junto con la Iglesia Parroquial de San Andrés y la Casa de la Tercia, Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico en 1974.
- Colmenar de Oreja (a 16,200 km de Villamanrique de Tajo): tiene lugares de interés como la Plaza Mayor, porticada, típicamente castellana y construida entre 1676 y 1794; la Iglesia de Santa María la Mayor, con una inmensa torre herreriana de más de 60 m de altura; los bonitos Jardines de Zacatín; los de la Ermita del Cristo del Humilladero; el Convento de la Encarnación, y el Museo Ulpiano Checa.
Si te ha gustado este artículo, déjanos un comentario. También puedes regalarnos tu Me gusta en nuestro Facebook y seguirnos en Twitter.