La presbicia o vista cansada afecta sobre todo a partir de los 40 o 45 años, cuando se empieza a ver peor de cerca
A partir de los 40 o 45 años puede aparecer la presbicia, también conocida como ‘vista cansada’. Se trata de uno de los errores de refracción más comunes en las personas de esta edad y es consecuencia del paso del tiempo, por lo que resulta inevitable.
De hecho, según datos que maneja General Optica, más de 17 millones de españoles sufren de vista cansada, afectando a ocho de cada diez personas mayores de 45 años. Las personas con presbicia tienen problemas para ver a corta distancia, por lo que tienden a alejar los objetos que quieren enfocar para poder distinguirlos con precisión.
A pesar de ello, quienes sufren de presbicia pueden desarrollar una vida normal, ya que existen gafas específicas para la vista cansada. Los expertos nos muestran cuáles son los principales síntomas de la presbicia y las gafas que podemos utilizar para corregirla.
Síntomas de la presbicia
A medida que cumplimos años vamos perdiendo gradualmente la elasticidad del cristalino del ojo, lo que afecta a la capacidad para enfocar objetos próximos, que se vuelven menos nítidos. En este sentido, algunos de los síntomas que pueden evidenciar que se sufre presbicia son los siguientes:
Dificultad para enfocar objetos cercanos
Falta de nitidez
Tendencia a alejar los objetos, un síntoma claro de presbicia
Necesidad de ampliar tamaño de letra
Fatiga ocular
La presbicia puede provocar cansancio visual, especialmente después de leer, ver el móvil o realizar tareas que requieran una visión cercana durante períodos prolongados.
Síntomas más acusados al finalizar el día
La sensación de fatiga ocular se acrecienta al final del día, cuando se han acumulado horas de sobreesfuerzo.
Dolores de cabeza
Son frecuentes cuando la persona ha desarrollado tareas de precisión que requieran ver de cerca durante un largo periodo de tiempo.
Dificultad para ver en condiciones de poca luz, otro síntoma de la presbicia
La dificultad de enfoque de objetos cercanos puede empeorar en condiciones de poca luz, lo que se evidencia más claramente al intentar leer en lugares con una iluminación deficiente.
Búsqueda de luz adicional
Las personas con presbicia a menudo necesitan una luz más brillante para realizar tareas a corta distancia, como leer, coser o escribir en el móvil.
Sensaciones molestas en los ojos
Pueden variar desde el picor a la irritación, pasando por escozor, sequedad o lagrimeo.
Tipos de gafas para la presbicia
Cuando comienzan a notarse los síntomas de la vista cansada lo más conveniente es acudir al óptico de confianza, que es el profesional que puede detectar el grado de presbicia que tiene la persona afectada.
Aunque esta situación no se puede prevenir, ya que es consecuencia de la edad, es posible aplicar medidas correctoras para poder ver con nitidez. El óptico nos recomendará el tipo de gafas más conveniente para cada persona, de manera individualizada.
Estas suelen ser las gafas más adecuadas para la presbicia:
Gafas monofocales
Las gafas monofocales tienen una sola graduación para todo el cristal, por lo que se enfoca a una sola distancia, que en el caso de la presbicia suele ser de 30 a 40 centímetros.
Su valor añadido es que ofrecen un campo de visión completo, por lo que son gafas que resultan ideales para quienes pasan mucho tiempo realizando actividades que requieren ver de cerca. Sin embargo, cuando la persona tiene que cambiar de distancia de enfoque deberá quitárselas para ver con nitidez.
Las gafas de lectura, también conocidas como premontadas, muy utilizadas en personas que tienen presbicia, son un tipo de gafas monofocales pensadas para esta actividad. Están orientadas a personas con las mismas dioptrías en cada ojo y al tener una graduación determinada están recomendadas para momentos puntuales, evitando usos prolongados.
Gafas bifocales
Las gafas bifocales, sin embargo, presentan dos tipos de graduación, una para ver de cerca con la nitidez necesaria y otra para cierta distancia. De esta manera, se corrigen al mismo tiempo dos errores de refracción.
Están pensadas para una distancia muy cercana, muy localizada, por lo que resultan muy útiles para utilizarlas siempre en la misma posición fija, sin variaciones, y no tener que estar cambiando de gafas. Y, aunque no ayudan a ver en distancias intermedias, son muy necesarias para enfocar pantallas de ordenadores, realizar trabajos de oficina, leer…
Estas gafas, al presentar dos graduaciones perfectamente delimitadas, no presentan un cambio de foco de una manera gradual y natural, por lo que es una tipología cada vez menos utilizada.
Gafas progresivas
Las gafas progresivas son cada vez más utilizadas por personas que sufren de presbicia, ya que permiten ver con nitidez a diferentes distancias, facilitando una visión integral y cubriendo las necesidades del usuario en cada momento de forma natural.
La constante innovación permite que vayan surgiendo modelos con un campo visual mayor, lo que unido a una mejor definición y contraste y a una menor distorsión de las imágenes sirve para disminuir significativamente la fatiga ocular.
Al ofrecer diferentes graduaciones en la misma lente, estas gafas cubren también las necesidades de otros errores de refracción, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, por lo que ofrecen una mayor comodidad para el usuario que en un breve espacio de tiempo se adapta fácilmente a este tipo de gafas.
Gafas ocupacionales, también para la presbicia
Por último, se encuentran las gafas ocupacionales, que se caracterizan por haber sido fabricadas a medida y, por tanto, están adaptadas de manera personalizada a las necesidades de cada persona. Resultan más efectivas y cómodas que las gafas monofocales, puesto que la graduación va variando de manera muy sutil y natural desde la zona inferior del cristal a la superior.
Estas gafas garantizan una visión de calidad desde los 35 centímetros hasta los dos metros de distancia, por lo que pueden utilizarse en diferentes circunstancias, y son especialmente recomendables para personas que requieran pasar tiempo mirando a distancias intermedias, por ejemplo un ordenador, con la ventaja añadida de que, además, podrán leer o ver un móvil sin ninguna dificultad.
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