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Todos los años se recuerda a los 192 fallecidos en el peor atentado de nuestra historia.
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Los supervivientes intentan aún recuperar sus vidas y los desaparecidos siguen en la mente de todos.
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Atocha, Santa Eugenia, El Pozo y El Retiro son los lugares donde se celebran los actos.
Madrid amanecía aquel 11 de marzo de 2004 con su rutina habitual: hora punta, bullicio, multitudes agolpadas en los trenes de camino al trabajo… Nada parecía presagiar lo que ocurriría apenas unos instantes después. Diez explosiones simultáneas causaban el horror de todos los que se encontraban en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia y El Pozo.
Trece años después aún nos persigue la dolorosa huella del peor ataque terrorista acaecido dentro de nuestras fronteras. 192 personas perdían su vida en manos de yihadistas radicales, y más de un millar resultaban lesionadas.
Pero hay heridas que nunca sanan y que nos evocan recuerdos que nunca debieron estar. Los supervivientes ni pueden ni quieren olvidar. Para algunos es insoportable incluso escuchar el pitido del tren. Sin embargo hay algo en común, unas renovadas ganas de vivir. Es el caso de Luis Alberto Ahijado, que cada 11 de marzo disfruta paseando fuera de Madrid ‘para celebrar que sigo aquí’.
Madrid recuerda
En este decimotercer aniversario del atentado volvió a sentirse en la capital una silenciosa unión. Los claveles coronaron los actos conmemorativos que se sucedían de punta a punta de la región. También las campanas de las iglesias repicaron con fuerza para iniciar un día cargado de emociones. Fue una jornada de recuerdo por los que se fueron y por los que se quedaron.
El Bosque de los Recuerdos de El Retiro presenció un minuto de evocador silencio con los 191 cipreses en memoria de las víctimas, de testigo. Las palabras brotaban como un torrente de sentimientos. Ángeles Pedraza (presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo) recordaba emocionada a su hija, que perdió la vida aquel 11 de marzo.
Unidos frente al dolor
También la Casa de Correos, la estación de Atocha y su monumento a las víctimas, y las estaciones de Santa Eugenia y El Pozo acogieron emotivos homenajes. Sueltas de globos, entregas de coronas, discursos… actos que han unido a vecinos, víctimas y todas las autoridades sin excepción. Así, la alcaldesa Manuela Carmena y la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, compartieron ese día su dolor.
Un año más, Madrid recordaba la masacre que marcó a toda una población y enarboló la bandera en busca de la verdad sobre lo sucedido. Un año más, se dio voz a aquellos que hace trece años dejaron de hablar.
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