El sector librero madrileño que vende libros de texto reclama a la Consejería de Educación la correcta aplicación de la Ley de Gratuidad
Tras cuatro años de vida, el Plan ACCEDE, que regula la compra de libros de texto por parte de los centros educativos de la Comunidad de Madrid y supone la gratuidad para las familias al recibirlos en préstamo, sigue haciendo estragos entre las librerías madrileñas que venden ese material educativo.
Critican un nulo interés en desarrrollar el programa adecuadamente por parte de la Consejería de Educación, según su opinión, y el riesgo de un futuro incierto para ellas. Por ello, solicitan un cambio de modelo que pasa por el cheque-libro y por la vuelta al precio fijo.
El Plan ACCEDE llega a su cuarto año de vigencia en el curso 2022-2023 y las librerías temen que se vuelva a repetir el mismo escenario de incertidumbre que en los cursos anteriores.
Aparte de la mala gestión del plan y los problemas derivados de ello, las librerías se quejan de que la consejería agota de nuevo los plazos para aportar los recursos económicos necesarios a los centros de cara a la compra de los libros.
Eso finalmente supone consecuencias negativas para todas las partes implicadas. De hecho, también son frecuentas las protestas de las familias que, en algunos casos, no logran tener sus libros al inicio del curso, como debería ser.
Problemas en la cadena comercial de librerías madrileñas contra el Plan ACCEDE
A la dirección del Gremio de Librerías de Madrid le consta que, a punto de comenzar el nuevo curso escolar, aún hay centros pendientes de recibir la dotación correspondiente que les permita iniciar el proceso administrativo para comprar los libros de texto que el alumnado necesita.
Según las propias librerías, después de ese trámite se necesitan al menos tres semanas, en el mejor de los casos, para que cada alumno reciba su material curricular en préstamo. Por todo ello, temen de nuevo demoras, que podrían haberse evitado y que afectarán al alumnado, al profesorado y a sus equipos directivos. Por supuesto, también tendrá su repercusión en la cadena comercial que lleva los libros a los centros educativos.
La incertidumbre afecta a los centros y también a los numerosos establecimientos libreros que deben gran parte de su facturación al suministro de libros de texto. Un panorama similar ya provocó el cierre de 129 pequeñas librerías en 2020.
Asimismo, gran parte del sector librero madrileño teme que, debido a la premura de tiempo, la Consejería de Educación no haga una correcta aplicación de la Ley 7/2017, de 27 de junio, de Gratuidad de los Libros de Texto y el Material Curricular de la Comunidad de Madrid, de acuerdo a la cual se había presupuestado una partida de 50 millones de euros destinados a los centros educativos de la región.
Pablo Bonet, secretario del Gremio de Librerías de Madrid
El Gremio de Librerías de Madrid piensa que la aplicación de la ley educativa en vigor — la LOMLOE o Ley Celaá— se ha hecho, por parte de la Consejería de Educación, «intentando minimizar las consecuencias económicas de su aplicación», según afirma Pablo Bonet, secretario del Gremio. De ahí, continúa, procedería la recomendación de no cambiar los libros para este curso, que se realizó en comunicaciones directas a los centros escolares el pasado mes de junio.
Así, «la Consejería consigue ahorrarse una cantidad importante de ese dinero que tenía que gastar, sin tener en cuenta la inversión realizada por el sector editorial para adecuar los materiales curriculares en tiempo y forma ante la entrada en vigor de la LOMLOE», asegura Bonet. Insiste, además, en manifestar su temor y que «otra parte importante del tejido comercial de pequeñas librerías pueda desaparecer si la Consejería no arbitra alguna solución alternativa».
El secretario del Gremio de Librerías de Madrid continúa lamentando que «el sector pierde capacidad y volumen de negocio aceleradamente, puesto que muchas librerías no pueden participar de la venta de libros, porque no han podido entrar en el Acuerdo Marco como empresas licitadoras. Por otro lado, las librerías que trabajan en ACCEDE rara vez llegan al 10% de margen comercial bruto y en algunos casos, se ven obligadas a rechazar ofertas, porque significaría vender a pérdidas, debido a la fijación arbitraria de precios realizada por la Consejería hace cuatro años».
Así describe la preocupante situación en la que se encuentran en la actualidad muchos negocios libreros madrileños.
Vuelta al cheque-libro y al precio fijo en librerías madrileñas contra el Plan ACCEDE
Tanto las librerías agrupadas en la Asociación de Pequeñas Librerías como en el Gremio han pedido, en todas las reuniones mantenidas con la Consejería, un cambio de modelo. Estaría igualmente basado en la gratuidad, pero implantando el cheque-libro.
También ven necesario volver al precio fijo. «No tiene sentido el precio libre en los libros de texto, sobre todo cuando la fijación de precios en el Acuerdo Marco de 2018 se hizo sin tener en cuenta los márgenes comerciales establecidos para las librerías», advierte Pablo Bonet.
«Pensamos que ambas cosas podrían volver a regular la actividad comercial de nuestros pequeños comercios y a darles la oportunidad de seguir subsistiendo», concluye el secretario del Gremio de Librerías de Madrid.
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