La discoteca icono de la noche madrileña cumple 30 años
Kapital es una de las discotecas más emblemáticas de Madrid y este año celebra su 30 aniversario. Para saber cómo han transcurrido estas tres décadas y cómo el lugar de ocio nocturno por excelencia de la capital ha logrado sobrevivir a los cambios, adaptarse a las nuevas generaciones y a las nuevas tecnologías, y seguir siendo un icono de la noche madrileña, hemos hablado con su director general, David de las Heras.
El empresario no solo gestiona la discoteca sino también el restaurante Quinto Elemento y el resto de locales del Grupo Kapital, que cumple 55 años y llegó a tener hasta 15 macrodiscotecas. Hoy regentan también Fabrik, Lick en Portugal y otras menos conocidas. De las Heras lleva 12 años al frente del negocio y solamente ha estado alejado durante 18 meses, en la pandemia. «Me siento muy afortunado y parte de la familia», asegura, «esta es mi vida y si no amara tanto esto, no podría aguantar el nivel de exigencia, que es muy alto».

Él ya procedía del mundo de la noche: abrió un local, Hoyo 19, con 23 años y lo tuvo en activo durante 17; y también fue dueño de una discoteca restaurante, Bisu. En paralelo, trabajaba en aquellos años como funcionario adjunto al director general de protocolo del Ayuntamiento de Madrid, hasta que le llegó la oportunidad de dirigir Kapital, gracias a que conocía al CEO y a la familia.
«La historia de Kapital es muy bonita»
– ¿Qué balance haces de estos 30 años?
– Nuestra historia es muy bonita y somos una de las pocas marcas icónicas en el mundo del ocio y las discotecas con una trayectoria como la nuestra, aparte de Pachá Ibiza. Permanecemos después de 30 años con los mismos propietarios, una familia, y sin expectativas de vender a un fondo de inversión, con los valores de marca, la filosofía de ir creciendo, ir siendo más ambiciosos y con la misión principal de que la gente se divierta, disfrute, se enamore de nuestra marca y quiera volver.

– ¿Qué diferencia Kapital de otras discotecas?
– El hecho de estar ubicada en un edificio emblemático de 7 plantas, situado en el Triángulo del Arte, al lado del Museo del Prado y Reina Sofía, y con tres pistas de baile, un restaurante, dos coctelerías, un karaoke, una main room, palcos, reservados, escenario. Lo más divertido es perderse y vivir la experiencia. Kapital es a día de hoy el emblema de la noche de Madrid.

«Somos humildes, aprendemos de cada cliente y nos adaptamos al mercado»
– ¿Cuál ha sido la clave para conseguir llegar hasta aquí?
– Ser muy humildes, aprender de cada cliente, de cada moda, investigar las nuevas tendencias, no pensar que somos los mejores por llevar muchos años. Nos hemos adaptado al mercado, que cambia mucho y tiene otras necesidades. También ha sido gracias al trabajo de equipo, que lo es todo. Vivimos de que la gente se enamore de nuestra marca y de hacerla feliz.

– ¿Qué momento dirías que ha sido el más complicado?
– La pandemia. Para la hostelería y especialmente para el ocio nocturno fue mortal; a las discotecas nos lo pusieron muy difícil. Pero Kapital salió adelante, porque es una empresa conservadora y austera y está muy bien hecha. En lugar de cortar el grifo, se invirtió y se creó el restaurante espectáculo Quinto Elemento, adecuando la parte del edificio. Así, los 500 trabajadores que dependían de nosotros, tenían un trabajo.

– ¿Alguna vez Kapital se ha planteado cerrar?
– No, nunca, porque nos hemos ido adaptando. Estamos todo el día en las redes sociales, viendo las necesidades. Al final, por mucha inteligencia artificial que aparezca, somos personas y nos movemos, especialmente por la noche, por sentimientos. Las cosas o se aman o no.
«En España hay pocos sitios más seguros que una discoteca y nosotros tenemos personal muy formado»
– ¿Cómo manejáis los problemas relacionados con la noche, como las drogas, el alcohol, las peleas…?
– En España hay pocos sitios más seguros que una discoteca. Y nosotros tomamos medidas para que nuestro personal esté formado y sepa cómo actuar en cada momento. Tenemos entre 125 y 150 trabajadores, y en fin de semana hasta 200, y estamos todos comunicados por walkies. Ellos se preocupan de que la gente esté bien, segura y cómoda. Aquí los problemas se resuelven muy rápido.

– ¿Cómo ha cambiado el público en estos años?
– Hay una generación nueva que está sobreprotegida, que ya no viene a la discoteca para conocer a gente porque la conocen en las redes sociales, que tiene un exceso de oferta y de información, y que tiene otros gustos. Por eso, nosotros estamos siempre pendientes, escuchamos mucho y buscamos servir al cliente. La clave de cualquier negocio es no perder el pulso de la calle, de la clientela. Y no ser soberbios, creyendo que lo que uno piensa es lo correcto.
– ¿Qué transformaciones habéis aplicado a Kapital en función de estos cambios en el público?
– Donde antes había una pista, ahora hay menos pista y, en su lugar, un reservado. Donde antes había una gogo, ahora hay una bailarina. Antes el objetivo era traer mucha gente; ahora que haya menos pero que gaste más. Antes había una promoción para un cliente universitario; ahora un restaurante con un producto de calidad que la gente demanda… La evolución en la hostelería es como una copa de champán, empezamos con una copa baja, luego cambió a copa estrecha, y ahora está de moda beber en una copa de borgoña.

«Kapital tiene tres pistas para distintos tipos de público y gente que, tenga la edad que tenga, quiere divertirse»
– ¿Tenéis clientes de todas las edades?
– Siempre. Tenemos tres pistas de baile para distintos tipos de público, gente que, tenga la edad que tenga, quiere salir a disfrutar, bailar, reírse, tomarse una copa, estar con los amigos, no quedarse en casa viendo la tele. Lo más importante es que Kapital te va a ser fiel, no te va a defraudar, va a cumplir tus expectativas, va a tener un precio razonable y el protagonista es el cliente.
– Una novedad reciente en Kapital son los mayordomos. ¿En qué consisten?
– Hay gente que le da pereza ir a una discoteca porque hay mucha gente, pero sí le apetece estar cómodo y tener un baño privado y unas mesas, sin importarle el gasto. Les apetece ver sin ser vistos desde un reservado, donde nadie les molesta pero disfrutando de la buena música y el ambiente. El mayordomo está ahí para conseguirles todo lo que quieran: desde llevar la chaqueta al ropero, traer la bebida o comida, si tienes hambre, hasta preocuparse de que el baño esté limpio, que esté todo en orden e incluso de ir a bucar a tu amigo que está en la puerta, para que no haga cola.

– ¿Cómo estáis celebrando los 30 años de Kapital?
– Hemos organizado varios eventos muy significativos, como Teatro Kapital Backstage, donde grupos fetiche como Tamburete, Modestia Aparte o Pablo López, han ofrecido conciertos privados para 200 amigos. Hemos tenido también una noche de edición especial con el DJ Roger Sánchez, un icono de la modernidad y uno de los referentes mundiales de la música house, un artista capaz de atraer a 20.000 personas, que aquí ha actuado en un formato para solo 800 personas en la main room.

Quinto Elemento, un restaurante espectáculo en la séptima planta de Teatro Kapital
– Además de Kapital, también diriges el restaurante Quinto Elemento. ¿Qué dirías de este espacio?
– Es un lugar donde hay varios tipos de espectáculo, según el día de la semana, ubicado en la planta séptima del local. Tiene un tiquet medio de unos 50-55€ y también menú del día para clientes habituales. Organizamos cosas excepcionales, como un ‘Cuatro manos’ con Mario Sandoval, dos estrellas Michelin y amigo de la casa, que hará un menú super atractivo.

– ¿Cuál es el tipo de público de Quinto Elemento?
– Es un perfil de cliente que antes en Madrid no había: gente amante de la música de los 80, cocina mediterránea y fusión, viajera, y de en torno a 30 años. Algunos se quedan luego en la discoteca.

– ¿Qué sucedió con una denuncia que mantuvo el restaurante cerrado unos días recientemente?
– Ha habido una campaña negativa inexplicable. Hubo un informe de Bomberos con unas medidas subsanables que solucionamos al momento, pero parece que alguien denunció por un exceso de diez sillas, estando el local cerrado y se produjo una orden de cese y clausura. Pero, en seguida se resolvió y abrimos a la semana de nuevo. Fue una injusticia. El único problema que ha tenido Quinto Elemento han sido las envidias.