El acusado convenció a varios menores de mantener relaciones sexuales
Este lunes, el abusador sexual más prolífico de los últimos años se ha sentado en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid. Se trata de José Ángel S. S., un hombre de 31 años acusado de multitud de delitos sexuales sobre niños menores de edad. La cuantía de sus víctimas —que nunca superaban los 16 años— es de 98, siendo todos esos niños de la región madrileña.
En el juicio, la parte demandada ha reconocido todos los hechos que se le imputan. Algunas de las más graves consisten en la corrupción de menores, abusos sexuales y posesión y distribución de pornografía infantil. También ha pedido perdón a sus víctimas, ha detallado la doble vida que llevó durante tres años y ha explicado que está recibiendo tratamiento psiquiátrico para controlar sus impulsos sexuales hacia menores.
El abusador sexual de Madrid contactaba a sus víctimas por Instagram
El modus operandi que siguió para perpetrar sus abusos se conoce como grooming. En él, un adulto con tendencias pedófilas se pone en contacto con niños y adolescentes a través de las redes sociales con el fin de ganarse poco a poco su confianza y para finalmente involucrarle en una actividad sexual. Algunos, no satisfechos con el contacto virtual, intentan convencer al menor de mantener un encuentro sexual físico.
En el caso de José Ángel, él usaba la red social Instagram para contactar con los menores. Haciéndose pasar por una mujer joven, les enviaba fotos y vídeos de contenido sexual. Posteriormente, ganada ya su confianza, les pedía hacer lo mismo. En más de una oportunidad logró quedar en persona con sus víctimas, a las que forzó a mantener relaciones sexuales.
Este lado perverso del abusador sexual de Madrid permanecía oculto bajo una fachada inofensiva. Quienes lo trataban, únicamente veían su faceta de entrenador de fútbol y exitoso abogado. Sin embargo, el 3 de septiembre de 2018, cuando se produjo su detención definitiva, todo eso cambió para siempre.
La Guardia Civil detuvo al acusado dos veces
La operación de la Guardia Civil que propició el arresto se denominó ‘Kamikaze’. Su origen está en la denuncia de unos padres que encontraron sospechosas las conversaciones subidas de tono que su hijo mantenía con una supuesta adolescente. Meses antes, José Ángel ya había sido detenido, pero quedó en libertad poco después por falta de indicios.
Los contactos que sostenía con la mayoría de sus víctimas eran esporádicos. Con ocho de ellos, no obstante, mantuvo una relación más prolongada. Las consecuencias físicas y psicológicas de sus abusos han sido mucho más profundas y notorias en estos últimos.
La Audiencia de Madrid estudia los más de 200 delitos del abusador sexual
Tras cada víctima, José Ángel iba perfeccionando su habilidad para la manipulación. Así, logró convencer a más de un chico de que, para poder tener sexo con ‘ella’, antes tenían que quedar con un amigo —él—. Con su confianza por las nubes en vista de la facilidad con la que lograba su objetivo, llegó incluso a presentarse desde el inicio como un adulto, engañando a los niños con su palabrería.
La fiscalía ha solicitado 1.324 años de cárcel para el acusado. Los delitos que se le imputan son más de 200, los cuales se agravan porque sus víctimas eran menores de 16 años. Pese a ello, la legislación vigente manda que, en caso de condena, el acusado no podrá permanecer en la cárcel más de 30 años. Para José Ángel, el jurado podría incluir como atenuante el que haya reconocido las acusaciones, por lo que su estancia en prisión podría reducirse hasta los 20 años.
Las víctimas pasarán por el juzgado a declarar en los próximos días
El juicio se está llevando a cabo a puerta cerrada. En los próximos días, algunas de las víctimas acudirán a la sala a declarar. Otras lo harán por videoconferencia o se usará su declaración ante la Guardia Civil (lo que se denomina prueba preconstituida). Por decisión propia, en la vista de este lunes estuvieron presentes algunos familiares de los damnificados.
Desde la Policía Nacional recomiendan a los adultos a cargo de menores de edad supervisar su actividad en redes sociales y juegos online. De esta manera, avisan, se previene alguno de los riesgos asociados al uso de internet. Y, de tener sospechas de un posible delito, piden acudir a cualquier estación policial, donde serán atendidos por personal especializado.
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