El espectáculo está el 27 y 28 de mayo en el Circo Price de la capital
Tras su éxito por el resto de España, el grupo cómico Yllana vuelve a Madrid con su espectáculo ‘The Royal Gag Orchestra’, que mezcla su característico humor gestual con la música clásica. Son dos funciones únicas que se representan el 27 y 28 de mayo en el Circo Price (cerca de Atocha), a las 20h y las 19 h, respectivamente.
Se trata de un espectáculo familiar en el que se da una vuelta de tuerca a algunas de las melodías de la música clásica más conocidas, como las piezas del gran compositor Tchaikovsky. La gran novedad del show es que los cómicos se infiltran en una gran orquesta sinfónica compuesta por músicos profesionales.
«En este caso es un poco más grande que en otras ocasiones. Por ejemplo, en ‘Pagagnini’ eran cuatro músicos, en esta tenemos 30. Pero el concepto al final es el mismo: un gran repertorio de grandes clásicos de la música con comedia«, cuenta David Ottone, miembro de Yllana.
El grupo lleva ya unos 15 años de trayectoria en los que ha representado shows tan conocidos como el mencionado ‘Pagagnini’ -junto a Ara Malikian-, ‘Maestrissimo’ -su segunda parte-, o ‘The Opera Locos’. Este último obtuvo un premio Max al mejor musical en 2019.
La interacción con el público, el momento más especial del show de Yllana en Madrid
La obra cuenta la historia de Josef Von Ramik, un director de orquesta conocido por su carácter bipolar, que se dispone a dirigir la prestigiosa Royal Orchestra. A su vez, es famosa por su talento inconformista y su ejecución exquisita. Juntos interpretan un repertorio de los grandes clásicos de la historia de la música clásica.
Pero él no es el único que está invitado a esta función. Para complicar un poco más la velada, también acude el reputadísimo violinista concertino Gaspar Krause. Es conocido por su enorme e insufrible ego. Pronto, el escenario se convierte en un campo de batalla, una lucha de poderes por ver quién sobresale más. Todo ello trae consecuencias disparatadas e impredecibles.
Ahí no acaba todo, porque el público también es parte del espectáculo. «Hay un momento muy bonito de interacción con el público donde se tocan las campanas, hacemos un tema de Tchaikovsky y sacamos a un niño a completar la orquesta, que para mí es el más especial«, confiesa Ottone.
En el papel del director está Juan Francisco Ramos; en percusión, Chus Herrera; el violinista es Thomas Potiron; y el director musical, Juan Manuel Alonso. Todo ello se presenta bajo la batuta del director titular de la Orquesta Sinfónica Carlos III, Juan Manuel Alonso.
Un espectáculo respetuoso para acercar la música clásica a nuevos públicos
Uno de los grandes retos de esta nueva obra de Yllana en Madrid ha sido conseguir que músicos y cómicos «funcionen como una única unidad«, afirma Ottone. Esto es en parte por la importancia que el grupo le da a que sea un espectáculo fiel y respetuoso con las piezas de música, más allá de la comedia.
«No hacemos una patochada con esto, es un espectáculo muy respetuoso, pero al mismo tiempo diferente«, defiende. De hecho, asegura que funciones como las suyas ayudan a generar nuevos públicos para la música clásica, precisamente porque las acercan a los espectadores «de otra manera«, que quizá puede llegar más directamente.
La idea original fue de Eva Marco, narradora del espectáculo, y Alberto Frías. Este último es un fiel enamorado de la música clásica y siempre tuvo en la cabeza el deseo de crear un concierto de música clásica que a la vez fuera divertido. Para ello, se puso en contacto con la compañía Showprime y con Yllana, maestros del teatro gestual. El proyecto les convenció y optaron por llevarlo adelante.
Desde que ‘The Royal Gag Orquestra’ arrancó en diciembre, el espectáculo ha pasado por varios puntos de España, incluidos varios municipios de la Comunidad de Madrid el pasado mes de abril. Por el momento, estas son sus últimas fechas en la región.
Se recuerda que para acudir al espectáculo es necesario cumplir con ciertas medidas de seguridad frente a la Covid-19, a pesar de que la mascarilla ya no sea obligatoria, sobre todo si entre los asistentes hay personas vulnerables.