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Durante 2015 se han realizado 17 visitas que realizan voluntarios acompañando y guiando a los protagonistas de las citas.
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320 personas discapacitadas desarrollan su autonomía en el Metro de Madrid de la mano del programa ‘Visitas especiales’.
Hace unos días se celebraba el Día Internacional de la Discapacidad, y Metro de Madrid citaba a un grupo de personas con discapacidades para proporcionarles una visita directa, tranquila y en un ambiente de total confianza para conseguir fomentar su autonomía en los desplazamientos y usos del servicio público.
29 voluntarios, con 97 horas de voluntariado a sus espaldas y formados para mejorar el trato con los usuarios, son los responsables de que las personas con discapacidad hayan encontrado una confianza y familiaridad con las instalaciones de este transporte público durante este año. En las ‘Visitas especiales’ son empleados de Metro que de forma desinteresada ceden parte de su tiempo para que estas personas aprendan a desenvolverse en sus desplazamientos.
Desde el año 2010, los dos últimos viernes de cada mes se programan visitas a la red de Metro para el colectivo de personas con distintas capacidades. Con materiales de apoyo para un mejor aprendizaje y una sencilla comprensión, se da a conocer la red de Metro como un servicio accesible a todos los públicos.
Por ejemplo, durante este año, uno de los programas de acompaña a una joven de Fundación Alas Madrid que participa en los programas formativos de Down Madrid hasta el centro donde recibe su formación universitaria. Así, puede adquirir la confianza y capacidades suficientes para, en un futuro, realizar los desplazamientos en Metro de forma autónoma. En otros casos, los que han recibido esta ayuda son personas TEA (con trastorno del espectro autista), a los que voluntarios de Metro acompañaron al Museo Sorolla.
Solidaridad entre empleados del Metro hacia las personas con discapacidad
‘Visitas especiales’ es, por lo tanto, una herramienta de comunicación fundamental para fomentar la autonomía a la hora de utilizar las instalaciones, algo que piden los centros de educación especial. Y cada vez se encuentran más cerca de su objetivo: conseguir el desarrollo e integración de personas discapacitadas mejorando sus habilidades.
Varios de estos voluntarios participan en un programa de acompañamiento mientras que los destinatarios se acostumbran y desenvuelven en sus respectivos recorridos habituales. Una vez conseguido el objetivo del voluntario, serán ellos mismos los que podrán hacer sus rutas sin que ninguna limitación importe.
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