La capital checa es Patrimonio de la Humanidad por sus callejuelas, palacios, jardines y museos con solera
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Praga atesora el mayor conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. 900 hectáreas de callejuelas y plazas con solera, iglesias, palacios, jardines, museos y cúpulas están repartidos por cinco barrios imprescindibles. Estos rincones atrapan al viajero ávido de contagiarse de su encanto, su ambiente y su nutridísima vida cultural.
- La ubicación: el corazón de Europa
- Monumentos y museos: Praga es un museo en sí misma
- El fabuloso Reloj Astronómico
- Los jardines y parques históricos son uno de sus tesoros
- Pocas ciudades pueden estar orgullosas de tener un río tan encantador como es el Moldava (Vltava)
Primer día en Praga
El primer día de la ruta por Praga en cuatro días visitarás lo más imprescindible del centro histórico (Stare Mesto) y el barrio judío (Josefov). En Stare Mesto se encuentra la Plaza de la Ciudad Vieja con su Reloj Astronómico, la torre del Antiguo Ayuntamiento y la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, uno de los mejores lugares que visitar en Praga.
Desde la plaza puedes acercarte al barrio judío para ver alguna de las sinagogas más interesantes como la Sinagoga Vieja-Nueva y la Española además del Antiguo Cementerio.
Segundo día: barrio de Mala Strana
En el segundo día cruzarás el magnífico Puente de Carlos para visitar el barrio de Mala Strana. En esta bohemia zona no puedes perderte la visita a la Isla de Kampa, la Iglesia de San Nicolás, la Iglesia Nuestra Señora de la Victoria, el Jardín Vrtba y subir por calle Nerudova hasta el castillo de Praga.
Después de visitar la Catedral de San Vito, el Callejón de Oro y otros de los edificios del castillo, puedes seguir en dirección a la colina de Petrín, donde a medio camino se encuentran El Loreto y el Monasterio Strahov, con una magnífica biblioteca.
El tercer día estará dedicado al Barrio Nuevo empezando por la Plaza Wenceslao con el enorme Museo Nacional de Praga. Después puedes dar un paseo por la orilla del río Moldava desde el gran Teatro Nacional hasta el acceso a la fortaleza de Vyšehrad. Y recuerda que a medio camino se encuentra la sorprende Casa Danzante, una visita que no puedes perderte, ya que es uno de los lugares más icónicos de la ciudad.
Al subir a la colina de la fortaleza disfrutarás de una zona verde y de la visita a la Iglesia de San Pedro y San Pablo y también al Cementerio de Vyšehrad. La ruta continúa volviendo al centro por el interior y parando en lugares como el Pasaje de Lucerna con una escultura que te sorprenderá, la Casa Municipal, para terminar la tarde en el Museo Comunista de Praga.
Por la noche puedes asistir a un espectáculo en la Ópera Estatal de Praga o ir a tomar algo por la zona del Puente de Carlos.
Para el último día te proponemos salir de Praga y visitar varios lugares que merece la pena conocer y que no están lejos. Es el caso de la bonita ciudad de Kutna Hora o el conmovedor campo de concentración de Terezin. Estos dos tours, considerados de las mejores excursiones de Praga, te llevarán alrededor de 5 horas por lo que podrás aprovechar la tarde para pasear por el centro histórico.
Kutna Hora destaca por su centro, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO, con bonitas calles empedradas y casas de colores. Otras visitas imprescindibles en la ciudad son la impresionante Catedral gótica de Santa Bárbara y la Capilla del Corpus Christi.
Sin embargo, a nosotros la visita que más nos sorprendió y recordamos fue la del Osario de Sedlec, una capilla con un montón de esculturas y objetos de decoración hechas con huesos humanos.
Para llegar a Kutna Hora puedes hacerlo en tren desde la Estación Central de Praga, después de un trayecto de unos 50 minutos.
Festival internacional musical Primavera de Praga (Pražské jaro)
Si decidieses viajar a Praga en el mes de mayo, te recomendamos que aproveches para visitar el festival Primavera de Praga. Es uno de los encuentros de música clásica más añejos y completos de la República Checa.
Todos los años ofrece a un público fiel varias decenas de conciertos tanto de música clásica tradicional como otros más innovadores, siempre en magníficos escenarios como la Sala Smetana, de la Casa Municipal, la Sala Dvořák del Rudolfinum, el Castillo de Praga, y otras salas de concierto e iglesias de toda la ciudad.
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