La mayor tragedia sanitaria de España continúa recordándose 38 años después
El síndrome del aceite tóxico es la mayor tragedia sanitaria que ha vivido España, con5.000 víctimas mortales y 20.000 afectados que todavía padecen secuelas. La tragedia ocurrió en 1981 y treinta y ocho años después, los que la sufrieron continúan reclamando atención e investigación.
La plataforma Seguimos Viviendo convocó hace unos días un homenaje en el paseo de Federico García Lorca, en el distrito de Villa de Vallecas. El Ayuntamiento se sumó al acto y ha creado un espacio lúdico para recordar a las víctimas. En él se ha instalado un monolito con la siguiente inscripción: «Espacio lúdico en memoria de las víctimas del síndrome del aceite tóxico. Una gran tragedia sanitaria de este país. Que no vuelva a ocurrir jamás. Distrito Villa de Vallecas».
Junto a los miembros de la plataforma, asistieron a la presentación del monolito la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena; la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo; la presidenta de la Asociación Espacio de Barrio Almudena Grandes, Altagracia García, y el concejal de Puente de Vallecas, Francisco Pérez.
El Ayuntamiento sigue así con el compromiso, adoptado por unanimidad en el Pleno de enero de 2017, cuando se aprobó una declaración institucional de apoyo al manifiesto de la plataforma Seguimos Viviendo para defender las necesidades de las víctimas e insistir al Gobierno de España y a la Comunidad de Madrid a que adoptaran medidas para mejorar la calidad de vida de las personas enfermas.
Aceite de colza
En un principio, la enfermedad fue conocida como ‘neumonía atípica’ y después fue nombrada como el síndrome del aceite tóxico. Surgió cuando decenas de empresarios vendieron aceite de colza de manera fraudulenta en mercadillos o puestos ambulantes. La primera víctima mortal se registró en mayo de 1981; era un niño de ocho años.
Desde entonces, según indican los datos, han muerto 5.000 personas y más de 20.000 padecen secuelas como hipertensión pulmonar, alteraciones neuromusculares, deformaciones de los miembros, calambres, hipotiroidismo o astenia. Se la considera la mayor catástrofe sanitaria de nuestra historia.
Las víctimas crearon la plataforma Seguimos Viviendo, desde donde demandan una vida digna para los supervivientes. Esas reclamaciones pasan por contar con asistencia médica especializada e integral; que haya una investigación sobre preguntas aún sin respuesta y sobre cómo cursará la enfermedad; que exista mayor protección y derechos sociales; y que se dé un reconocimiento institucional de la dignidad como víctimas, entre otras cosas.
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