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Helena, fisioterapeuta: «No me quiero vacunar, de momento»

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Según opina esta sanitaria, las vacunas se estarían suministrando con los estudios inconclusos

España entró en la carrera por la vacunación en diciembre del año pasado. Para marzo de este 2021, el miedo por las vacunas Covid-19 ya se había apoderado de cierta parte de la población. El motivo: los reportes de víctimas fatales a causa de efectos secundarios desconocidos. En poco tiempo, el ‘relato’ de las vacunas como remedio a la pesadilla que desde hace más de un año asola al mundo, se ponía en entredicho.

Helena es una fisioterapeuta barcelonesa, tiene 47 años y trabaja a caballo entre Castellón y Madrid, donde atiende consultas privadas. Ella no rechaza en su totalidad el relato generado en torno a las vacunas, pero a la vez que reconoce su importancia, también desconfía del «milagro científico» que supuso desarrollar en tan solo unos meses algo que normalmente tarda de «4 a 6 años». Por ello, cuando el Colegio de Fisioterapeutas la invitó a inscribirse para recibir la vacuna, ella declinó la oferta.

Helena, fisioterapeuta.

Miedo a las vacunas Covid por su falta de rigor científico

«Por ahora no me quiero vacunar», confiesa Helena. La decisión la tomó al ver que el desarrollo de las vacunas no seguía su curso habitual. (neworleansathleticclub) Ella cree que las que actualmente se están administrando a la población carecen de estudios suficientes que las respalden.

En su calidad de sanitaria, Helena explica que el proceso para comprobar la seguridad y eficacia de toda vacuna es el siguiente: «Primero, la vacuna se prueba en animales, después en un pequeño grupo de personas sanas, y, por último, en un amplio grupo de personas sanas y con patologías». Usualmente, estas tres fases se completan antes de comercializar la vacuna. Sin embargo, Helena informa de que, en la actualidad, la última fase de las vacunas contra la Covid-19 todavía se está llevando a cabo.

En este sentido, afirma que ella no quiere formar parte de un «experimento». Todavía no se ha comprobado plenamente la seguridad y la eficacia de la vacuna, justifica. Por el contrario, continúa, «se han solapado y saltado varias etapas» para acortar el tiempo de desarrollo.

«La vacunación masiva sería un despropósito»

La sensación de Helena para con las vacunas Covid-19 no termina en la desconfianza, sino que se ha extendido hasta el «miedo». Es un miedo a que puedan presentar algún defecto imprevisto debido a su novedad, pues no hay antecedentes de una vacuna de este tipo. Y miedo a que la rapidez en su fabricación no haya permitido averiguar todos los posibles efectos secundarios a medio y largo plazo.

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Helena tiene claro que si antes hay una vacuna, antes se atajará la pandemia. De hecho, no se opone al plan de vacunación per se, sino a la vacunación masiva que se viene realizando. Piensa que una estrategia menos temeraria sería vacunar únicamente a la población de riesgo, pues son ellos quienes están más expuestos a los peligros del coronavirus. Y siempre y cuando se les informe previamente de que la vacuna sigue en fase de experimentación y ellos den su beneplácito.

Con las vacunas Covid persiste el miedo a que el remedio sea peor que la enfermedad

Helena confía en que, con 47 años, pasar el coronavirus no le traería ninguna complicación grave. «Conozco gente de mi edad que lo ha pasado y está bien», comenta.

Sin embargo, con las vacunas contra la Covid-19 no cree poder afirmar lo mismo. Si el argumento para ponerse este remedio es que, de lo contrario volveríamos a la situación que vivimos durante la primera ola, ella cree que «a lo mejor el año que viene estamos peor por culpa de las vacunas».

Ejemplos donde el remedio fue peor que la enfermedad abundan. Helena recuerda el caso de una vacuna que se creó para tratar el sida. «Se dejó de experimentar con esa vacuna porque los efectos secundarios que producía eran mucho peores que su beneficio», argumenta.

Un efecto secundario en las vacunas podría poner en jaque al sistema sanitario

En el hipotético caso en que las vacunas contra la Covid-19 sufrieran el mismo destino, la consecuencia sería una «hecatombe» para el sistema sanitario. Así pues, «bastaría con que un 0,5% —del 70% de la población española que el gobierno pretende vacunar hasta fin de año—necesite de asistencia médica por los efectos secundarios para que colapse la Atención Primaria»

Para Helena, el riesgo que actualmente entraña la Covid-19 no justifica el uso masivo de la vacuna. «Te la venden como algo absolutamente necesario, te dicen que no hay otra forma de salir de la situación en la que estamos. Pero yo no lo creo». A su juicio, existen formas menos riesgosas e igual de efectivas que las vacunas para combatir el virus. Por ejemplo, los medicamentos, los cuales, opina, «están funcionando mejor» para tratar los casos de Covid.

La posibilidad de la ‘inmunidad de rebaño’

La alternativa a las vacunas que Helena rescata es una teoría promovida en España por los médicos Juanjo Martínez y Jon Ander Etxebarria. Lo que ellos plantean es orientar los esfuerzos en conseguir la inmunidad de grupo en la población joven. De esta manera, afirman, también se estaría protegiendo al resto de la población ya que habría una barrera de personas inmunizadas. Y se lograría así el mismo efecto que con las vacunas.

Jon Ander Etxebarria (izq) y Juanjo Martínez (der).

Esta teoría de la ‘inmunidad de rebaño’ tuvo sus pretendientes en Europa. Reino Unido fue de los primeros en flirtear con la idea, y Suecia el primero en aplicarlo formalmente. Ahora bien, que los jóvenes sean menos propensos a morir de coronavirus no implica que no pueda ocurrir. «Es verdad que gente joven muere de Covid-19, pero también hay jóvenes que sufren de Parkinson y no es lo normal», justifica la fisioterapeuta.

Helena admite que su decisión la afectará laboralmente

En cualquier caso, ella no cree que por no vacunarse esté poniendo en riesgo a los demás. Todo lo contrario. Helena se felicita porque en su día a día cumple con todas las medidas de seguridad contra el coronavirus. Aún así, no ignora que, llegado el momento, su decisión pueda repercutir en su oficio de fisioterapeuta, donde el contacto físico con los pacientes es una necesidad.

Helena reside en Castellón y allí tiene un consultorio, pero viaja frecuentemente a Madrid para atenciones a domicilio. «A mis pacientes yo los conozco —explica—. Posiblemente algunos me dirán ‘ya no vengo más’ cuando les diga que no me voy a vacunar. Pero otros también me dirán ‘ya sabrás tú lo que haces, yo sigo viniendo’. Y hay otros pacientes que directamente no me lo van a preguntar».

Sus compañeros comparten su miedo por las vacunas Covid

Si bien su decisión de vacunarse o no puede ser una información de interés para sus pacientes, Helena afirma que únicamente dirá que no se va a vacunar si se lo preguntan. «No voy a poner un cartel afuera que ponga: ‘no me he vacunado’», ya que, opina, «no me parece necesario, a no ser que me lo pida el Ministerio de Sanidad».

Las mismas preocupaciones que la empujaron a la determinación de no vacunarse, Helena las encuentra en algunos de sus compañeros de profesión. La poca garantía respecto a su seguridad ha provocado que varios también opten por abstenerse, de momento, de la vacunación. Sobre ello, Helena aclara que «ninguno de ellos es negacionista, simplemente no se quieren vacunar porque las vacunas a algunos no les inspiran confianza, como a mí».

Helena afirma que se vacunará el próximo invierno

De momento, la vacunación no es obligatoria para que pueda trabajar; y si eso cambiara, Helena afirma que sería una medida ilegal. La fecha que maneja para empezar a valorar seriamente la posibilidad de inocularse es de «un año como mínimo desde que empezaron a vacunar a todo el mundo».

Para entonces, explica, se habrá cumplido el año de estudio que las farmacéuticas han establecido como prueba, y que, en circunstancias normales, se lleva a cabo antes de la comercialización de este tipo de fármacos.

Esa es la decisión que ha tomado Helena, pero no anima a nadie a seguir su ejemplo. Al contrario, cree que todo el mundo debe informarse, «tanto a través de los medios oficiales como utilizando otros medios alternativos», para tomar la decisión que más les convenga. Al fin y al cabo, lo que está en juego es lo más preciado que una persona posee: su salud.

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