Se prevé un aumento en la venta de torrijas y monas de pascua que otros años por la Semana Santa
Este año las pastelerías de la Comunidad venderán aproximadamente cinco millones de torrijas para Semana Santa. Esto supone medio millón más que en la anterior según la estimación de la Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de la Pastelería de Madrid (Asempas).
También se prevé la comercialización de 800.000 figuritas o monas de Pascua y 2,5 millones de pestiños, dulces también propios de estas fechas.
Tanto las torrijas como las monas de Pascua ocupan obradores y escaparates de los casi 3.000 establecimientos que se dedican al comercio al por menor de confites y pastelerías de nuestra región.
Recientemente se ha celebrado el ‘IV Concurso de la Comunidad de Madrid Las Mejores Torrijas’, que reconoce a las mejores de Corte tradicional, Corte innovador y Sin gluten.
Un dulce del siglo XV
El dulce por excelencia de la Semana Santa madrileña es la torrija, que surgió de los exclusivos fogones de los conventos y palacios del siglo XV. Acabó en los hogares de todos los madrileños gracias a la facilidad para transformar los restos de pan en un delicioso postre casero.
Fueron las monjas quienes empezaron a elaborarlas en los conventos. Después de varios días de cuaresma el cuerpo necesitaba reparar las energías, por eso decidieron aprovechar el pan duro sobrante para idear un nuevo alimento, enriqueciéndolo con leche, azúcar y huevos.
Las torrijas tienen un significado religioso, pues el pan duro se identifica con el cuerpo indolente de Jesucristo. Poco a poco se fueron popularizando para convertirse en un postre casero. Y hoy en día son el dulce más aclamado en estas fechas.
Junto a este dulce, también es muy típico en estos días comer pestiños y, cada vez más, monas de Pascua en Madrid, heredando las tradiciones de otras regiones. Los primeros son el efecto de la fusión de diferentes culturas que convivieron en Andalucía. (modafinil) Y las segundas constituyen el postre tradicional para el lunes de Pascua en Cataluña, donde los padrinos las regalan a sus ahijados.
