La décima edición de este concurso se celebra en el Hammam Al Ándalus
Rescatar las tradiciones, cuanto más ancestrales mejor, es algo que nos gusta y mucho. Y esta cuenta con varios siglos de historia, lo que la hace especialmente interesante. Se trata de un torneo de ajedrez en el agua, siguiendo la costumbre de nuestros antepasados andalusíes, fruto del legado cultural árabe en la península.Así, el Hammam Al Ándalus organiza un año más este torneo, el XI, en las cuatro ciudades donde tiene sede, entre las que se encuentra Madrid. Esta ‘experiencia sensorial‘ obligatoria para los amantes del ajedrez, está abierta a todo tipo de jugadores sin importar la edad, procedencia o nivel en el juego.
Reglas y organización del torneo
Los participantes no tienen que cumplir ningún perfil determinado, así se asegura la variedad en el torneo. Lo que lo hace especial es el mobiliario, que en este entorno ya no es el habitual de silla y mesa, sino que se cambia por un tablón flotante sobre el agua de una terma de estos baños árabes con temperatura cálida.
La competición se inicia en Granada los días 1 y 2 de octubre. Tras pasar por Córdoba, los días 8 y 9, llega a Madrid el 16 y 17 de octubre a las 18 horas. Los siguientes días 22 y 23 son para la ciudad de Málaga.
Son cuatro torneos independientes. La persona proclamada adalid en Madrid debe enfrentarse al resto de adalides de cada provincia en Granada. Allí el torneo finaliza su recorrido con los cuatro finalistas el día 29 de octubre.
Tradición y cultura
El origen de esta actividad se remonta a los antepasados andalusíes, quienes tenían por costumbre jugar al ajedrez en el hammam. Esta tradición se ha rescatado para rendir homenaje a este deporte como símbolo del legado cultural árabe en la península. Cada año participan más de una treintena de personas de diferentes edades, lugares y niveles de experiencia.
La característica más destacable de esta práctica es el entorno donde se lleva a cabo: el agua. Antiguamente el ajedrez se utilizaba para cerrar tratos y negociar con los clientes, igual que ahora se hace a veces en torno a un almuerzo en un restaurante. La mezcla entre el ajedrez, que desarrolla unos sentidos, y el agua, que influye en otros, convierte el momento en una auténtica experiencia sensorial.
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