El edificio continúa con su remodelación, que pronto empieza la segunda fase, y acoge la primera muestra desde que empezaron las obras
El Pabellón de los Hexágonos es un edificio singular ubicado en la Casa de Campo de Madrid, uno de los más relevantes del siglo XX. En los años 80 y 90 quedó en desuso y abandonado hasta que en 2020 comenzaron las obras de remodelación para volver a abrirlo al público. Los trabajos podrían finalizar por completo en 2027, aunque ya ha empezado a abrir sus puertas con la primera exposición desde que se iniciaron las obras.
Bajo el nombre ‘Oh, si os pudiera escuchar’, la muestra -que se puede ver hasta el 20 de abril, de lunes a domingo, de 11 a 19 h, con entrada gratis-, es un conjunto único de más de diez pinturas, dibujos y bocetos que representan criaturas mágicas en constante transformación, obra del artista francés Pol Taburet que, por primera vez, muestra su trabajo en España.

Esta exposición se ha diseñado especialmente para el Pabellón de los Hexágonos y está inspirada en las ‘Pinturas Negras’ de Goya, por eso, las piezas están cargadas de tonos sombríos y son resultado de las múltiples visitas del artista al Museo del Prado de Madrid. Para amantes de Taburet, de forma paralela, la Imprenta Municipal-Artes del Libro acoge hasta también el 20 de abril y gratis, su primera serie de litografía.
El Pabellón de los Hexágonos comienza próximamente su segunda fase de obras
La exposición de Taburet se celebra entre la primera (2020-2021) y la segunda fase de obras del Pabellón de los Hexágonos, que comenzará próximamente. En esta última, se van a realizar tareas de acondicionamiento para después dar lugar a una última etapa en la que se dotará al inmueble de instalaciones para su uso cultural.
Tras décadas abandonado, se decidió restaurar el edificio en 2017, aunque los trabajos no comenzaron hasta 2020. Uno de los grandes problemas que se encontraron al inicio fue que estaba muy deteriorado tras décadas de abandono. Sin embargo, con la utilización de técnicas actuales y clásicas, finalmente se pudo completar la primera fase de su restauración en 2021.
El proceso había quedado paralizado desde entonces, hasta ahora que el Ayuntamiento de Madrid ha lanzado la exposición en el espacio para seguidamente anunciar que las obras continúan hasta 2027.
El Pabellón de los Hexágonos, un rincón oculto de Madrid con mucha historia
La historia del Pabellón de los Hexágonos comienza en 1956 cuando se convierte en el proyecto ganador de un concurso de ideas lanzado para representar a España en la Exposición de Bruselas de 1958. Los creadores fueron los arquitectos José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún. Finalmente, ganó el primer premio de arquitectura.
Un año después, en 1959, fue trasladado íntegramente a Madrid, en concreto a la Casa de Campo, donde está en la actualidad. Entonces, sus creadores optaron por configurarlo de manera diferente a como lo habían expuesto en Bélgica. El objetivo era adaptarlo al territorio y al clima de la capital, muy distintos de los de Bruselas.
Pero esta no fue su última modificación. Diez años más tarde, en 1969, el pabellón volvió a reconfigurarse y ampliarse. En este caso el proyecto estuvo a cargo del Ministerio de Agricultura, del que dependía el edificio. Pese a todo, a principios de los años setenta quedó en completo desuso.
Durante los años 80 y 90, las escuelas taller lo utilizan para realizar ensayos de modos constructivos. Sin embargo, desde entonces no se había usado más, por lo que había quedado completamente abandonado.
¿Por qué se llama el Pabellón de los Hexágonos?
El edificio recibe su nombre por su estructura: se configura mediante un elemento estructural, el hexágono, que recoge el agua de lluvia, sustentado por un fuste. Facilita la evacuación del agua a una curiosa arqueta que es, a la vez, cimentación. De ahí, se conduce a la red de saneamiento.
Esta estructura a modo de paraguas invertidos, su repetición y su juego de alturas y niveles constituye un modelo perfecto de la arquitectura modular y un paradigma para la arquitectura moderna española. Está construida con muy pocos materiales: acero, vidrio, aluminio y ladrillo.
En su época, se consideró una de las obras arquitectónicas más relevantes del siglo XX. Este es uno de los motivos que llevó al Ayuntamiento de Madrid a decidir restaurarla. «Vamos a seguir trabajando para que espacios tan emblemáticos como este no caigan en el olvido y los ciudadanos puedan admirarlos y disfrutarlos«, aseguraron cuando se presentó el proyecto.
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