Nuevo capítulo en la sección de relatos ‘Sexo en Madrid’
La simpática y extrovertida reportera Carla Gómez continúa con sus reflexiones sobre el amor y el sexo y con ellas y su sección de relatos ‘Sexo en Madrid’, cada semana capta la atención de los lectores de la revista ‘Corazón Rosa’. Hoy llegamos al último capítulo de esta serie, el 21. ¡Esperamos que te guste!
¿Qué ha pasado hasta ahora en ‘Sexo en Madrid’?
Las tentaciones del sexo están por todas partes, cualquiera siente que el sexo está presente en su vida cualquier día sin que se lo proponga demasiado. Y no solo para los tíos, también para las chicas. Y luego están las tentaciones que vienen de las amigas. Esas son las peores. Me refiero a cuando una compañera de trabajo empieza a hablarte de sexo, como quien no quiere la cosa, y cuando acuerdas te estás comiendo el coco por esa tentación.
Algunas estamos hartas de este mundo machista y racista. Nos dicen que hemos avanzado, pero yo creo que no hemos avanzado tanto. Ante eso, ¿qué podemos hacer cada una de nosotras? Cada vez lo tengo más claro. No solo acudir a las manifestaciones y apoyar las proclamas feministas, por supuesto; también hacerme cargo yo misma, empoderarme en mi vida. Tomar conciencia de que soy lista… y feminista.
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Puedes leer aquí los capítulos anteriores:
–3: ‘Las chicas de la Gran Vía’
-7: ‘Esta noche cenamos juntos’
-10: ‘Lito desaparece en Madrid‘
Capítulo 21 de los relatos ‘Sexo en Madrid’
‘¿Amor o sexo?’
Muchas chicas prefieren sexo con amor, pero más de las que parece eligen sexo a secas, sobre todo las chicas jóvenes que conozco en el entorno de ‘Corazón Rosa’.
Dicen que los tíos solo van al sexo, sin amor, o que para ellos el amor es un precio que tienen que pagar para tener sexo. Ya no quedan románticos. Y si te encuentras a algún romántico, te preguntas qué es lo que le pasa a ese tío.
Por supuesto, no todas las chicas viven la vida loca, ni siquiera en Madrid. En los pueblos, aún se supone que tienes que casarte (si puede ser, pronto) y formar una familia decente, tener hijos. Y es que el tiempo pasa, la vida corre. Es la naturaleza ancestral.
En la redacción de ‘Corazón Rosa’, mi compañera Yolanda es de ese parecer. Tuvo mala suerte con los tíos, y la sigue teniendo. Pirados, drogatas, salidos, románticos inmaduros, cualquier cosa menos un tío serio y decidido para casarse, que es lo que Yolanda quiere. Un buen tío fuerte que la proteja y la ayude a criar unos niños estupendos.
¿Y qué opino yo del asunto? ¿Amor o sexo?
A nadie le amarga un dulce, y lo que pillas, eso que te llevas… pero no con cualquiera. Reconozco que yo tengo debilidad por los chulitos, los machos alfa. Un tío del que estés orgullosa de ir con él, de la mano por la calle, que incluso otras chicas se vuelvan a mirarlo, y sobre todo que estés orgullosa de haberlo metido en tu cama.
Pero hay que tener mucho ojito con el tío que eliges. El otro día estaba tomando un café en un bar de la Gran Vía, por una vez sola, y en la mesa de al lado había una pareja ya madura, bebiendo rondas de cervezas y comiendo raciones grasientas.
Pues no te lo pierdas, la mujer insultaba al tío sin parar. En este caso era ella a él. Insultos gordos e irreproducibles, pero tan clásicos que te los puedes imaginar. Así docenas de veces, todo el rato, esa era su ‘conversación’. Y él callado, callado, callado.
No podías evitar oírlo desde la mesa de al lado. Primero con incredulidad. Luego era molesto, hiriente, casi insoportable, esa letanía de continuos insultos, y el tío callando como si tal cosa. La gente alrededor miraba. Incluso un camarero le recriminó a la mujer, sin resultado. Según ella, el malo era él, él era quien la insultaba.
Y yo me preguntaba: Ese hombre, ¿por qué aguanta todo eso, y en público? ¿Por qué no se larga? ¿No tiene adónde ir? ¿Ella está forrada? No lo parece. ¿La sigue queriendo? ¿Le da pena porque está loca y fue la mujer de su vida? ¿Está atrapado en esa vida y cuando acuerdas ya no tienes a nadie más, ni puedes hacer otra cosa?
Eso lo vi yo con estos ojitos el otro día. Primero pensé: «Vaya, y yo creía que mi vida era una mierda». Pero luego pensé que, tras todo lo que nos tocó en esta vidita, yo no me quiero ver así de mayor. Ni insultando a mi pareja, ni siendo insultada de esa forma.
Si te equivocas al elegir al tío, la has cagado, pero bien. Un chulito, pero no un majadero. Y desde luego, no un calzonazos. Y tengo la impresión de que en este mundo hay muchos majaderos y muchos calzonazos. ¿Casarme en serio? Puede ¿Tener sexo mientras tanto? Eso seguro ¿Sexo con amor? Se supone que eso sería lo ideal ¿Sexo sin comeduras de coco? Quizá mejor todavía. Pero, amor solo, ¡eso es de majaderos!
Manuel del Pino
El autor de ‘Sexo en Madrid’, Manuel del Pino, es licenciado en Filosofía y Letras (Univ. de Granada, 1994). Publicó artículos, ensayos (XIV Premio de Ensayo Becerro de Bengoa con “La sonrisa de la esfinge”, Dip. de Álava, 2002) y varios libros sobre el personaje Carla: “Olivas negras”, novela policíaca (Ed. Cuadernos del Laberinto, Madrid, 2012); “Las aventuras de Víctor Lince”, en Literaturame.net, Zaragoza, 2013; “La conspiración de La Rosa Negra”, en Amazon, 2015; “Carla Mortal”, relatos contra la corrupción, en El Pulso, Madrid, 2014-16; y “La perla de Carla” (2017-20), apareció en varios periódicos y revistas digitales.
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