Una nueva entrega de los relatos ‘Sexo en Madrid’, capítulo 15
Carla Gómez es una reportera atractiva y extrovertida, que llegó a Madrid desde su tierra natal, en el sur, para ejercer su profesión en la capital. Trabaja en ‘Corazón Rosa’ y cada día se enfrenta a nuevas aventuras relacionadas con su trabajo, pero también con los hombres. Todos los lunes, te presentamos un nuevo capítulo de los relatos ‘Sexo en Madrid’. Hoy el númro 15. ¡Esperamos que te guste!
Carla escribía para ‘Corazón Rosa’ su sección ‘Sexo en Madrid’, con relatos y artículos en primera persona. En ellos repasaba la vida de los famosos de actualidad en tono humorístico y desenfadado, con estilo irónico y satírico. Le habían merecido la aprobación de la revista y el favor de los lectores, ansiosos de entretenimiento y alegrías en esta sociedad y esta época, donde a veces las pruebas eran largas y se necesitaba buena distracción.
Ahora que soy joven y guapa y atractiva, decía Carla, los tíos siempre me regalan flores o bombones, siempre me están persiguiendo e insisten aunque les diga cien veces que no. Pero a veces pienso qué pasaría si yo no fuera tan joven ni guapa ni atractiva. Si pasaran unos años y me asaltara una grave enfermedad. Porque lo que yo busco, como cantaba Alaska, es «un hombre de verdad» y que me quiera de verdad.
.Puedes leer aquí los capítulos anteriores:
–3: ‘Las chicas de la Gran Vía’
-7: ‘Esta noche cenamos juntos’
Capítulo 15 de los relatos ‘Sexo en Madrid’
‘¿Y si soy gay?’
En el pueblo había gays y en Madrid hay gays, pero en Madrid los gays son algo esencial. Madrid está lleno de gays y les que vienen huyendo de los pueblos, porque en los pueblos ser gay aún no está tan bien visto como en Madrid.
Se supone que ser gay o les ha cambiado, pues estamos en el siglo XXI, pero en el fondo no ha cambiado tanto, sobre todo en los pueblos. Se supone que en los pueblos ya no está mal visto ser gay o les, pero en el fondo a los gays solo se les tolera, se hace por entenderlos, se les ‘perdona’, siempre que lo lleven con discreción.
Aún hay muchos gays y les que han sufrido bullying en el colegio y han sufrido bullying en el instituto (esos centros de educación), así que en cuanto pueden cogen el petate y se vienen a Madrid, porque un lúcido día dentro de su negra tormenta comprendieron que es la única solución, solo para poder ser lo que son y tener su vida.
«¿A quién le importa lo que yo haga?», cantaba Alaska. El himno a la libertad de miles de gays y les que vienen huyendo de pueblos y se instalan en la libertad de Madrid.
Una de mis compañeras de ‘Corazón Rosa’ que cantaba «¿A quién le importa lo que yo haga?», era Laura. Laura no era les, pero era bi. Salía con chicos y salía con chicas. (johnsonstring) Lo llevaba con discreción, incluso en Madrid, pero tampoco lo ocultaba.
Siempre que podía, Laura escribía para ‘Corazón Rosa’ entrevistas, reportajes y crónicas sobre personajes gays, les o bi. Se sentía identificada. Y además yo le gustaba un poquito, le atraía; o un pocazo, se notaba.
Me estaba invitando a salir. Yo me hacía la loca. Estaba acostumbrada a hacerme la loca con los tíos, pero vi que también atraía a algunas chicas.
─Estamos en Madrid ─decía Laura─. Aquí nadie te conoce.
Yo estaba acostumbrada a que los tíos me tiraran los tejos, quisieran cenar conmigo y acostarse conmigo, pero no estaba tan acostumbrada a que las chicas me tiraran los tejos y quisieran cenar conmigo, lo que significaba que querían acostarse conmigo.
En el fondo, Laura me estaba diciendo: Quizá tú también seas bi y aún no lo sepas. No sabes lo excitante e intenso que es ser bi.
Y te preguntas: ¿Seré yo también un poco les o bi y no me había dado cuenta? Quizá estaba en mi naturaleza. ¿Qué tiene de malo?
De pequeña, en el pueblo te metían en la cabeza que ser gay era malo, con etiquetas que eran insultos: mariquita, maricón, bollera, tortillera. Y ahora, sobre todo en Madrid, casi parece que el pecado es no ser gay, o les, o al menos un poco bi.
Laura es una bi elegante. No te fuerza. Es alta, delgada, cabello rubio y liso a media espalda; risueña, loca. Si me gustaran un poco las chicas, sería mi tipo.
Y sin duda, yo soy su tipo de chica: más alta aún que ella, cabello castaño caoba, muy guapa de cara con un toque árabe del sur, cuerpazo con curvas.
Un sábado noche accedí a cenar con ella. Luego fuimos a tomar copas a los pubs de Sol. Bailábamos y de vez en cuando nos besábamos. Lo único que conseguí es una cola de tíos a mi alrededor, que llegaba hasta la calle. Qué le vamos a hacer, es mi sino.
Próximo capítulo el lunes que viene…
Manuel del Pino
El autor de ‘Sexo en Madrid’, Manuel del Pino, es licenciado en Filosofía y Letras (Univ. de Granada, 1994). Publicó artículos, ensayos (XIV Premio de Ensayo Becerro de Bengoa con “La sonrisa de la esfinge”, Dip. de Álava, 2002) y varios libros sobre el personaje Carla: “Olivas negras”, novela policíaca (Ed. Cuadernos del Laberinto, Madrid, 2012); “Las aventuras de Víctor Lince”, en Literaturame.net, Zaragoza, 2013; “La conspiración de La Rosa Negra”, en Amazon, 2015; “Carla Mortal”, relatos contra la corrupción, en El Pulso, Madrid, 2014-16; y “La perla de Carla” (2017-20), apareció en varios periódicos y revistas digitales.
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