Podría tratarse de una casa señorial o un ‘hotel’ para viajeros de la época romana (700-400 a.C.)
La localidad de Collado Mediano ya tiene su yacimiento romano de ‘El Beneficio’ accesible, tras las obras de recuperación que comenzaron en 2008 y en las que la Comunidad de Madrid ha invertido más de 300.000 euros. Las instalaciones acaban de inaugurarse y van dirigidas al gran público como un nuevo y renovado museo, a partir de la remodelación del Centro de Interpretación ya existente.En él se muestra al visitante cómo se ha llevado a cabo el proceso de recuperación y, además, supone una puesta al día del yacimiento y una mejora de la señalización. Este proyecto ha perseguido un doble objetivo de divulgación. Por un lado, está incluido dentro del Plan de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid y, en segundo lugar, formará parte de la nueva ruta cultural ‘La Vía 24 del Itinerario de Antonino’.
Su curioso descubrimiento
Su descubrimiento se produjo durante una explotación minera de una veta de basalto en el entorno del yacimiento. Las primeras noticias acerca de su hallazgo se remontan al testimonio del párroco de Collado Mediano, Ricardo Fernández García, en 1917.
Su interés surgió a raíz de los restos que encontraron varios vecinos junto al arroyo de Los Linos, debido a las remociones del terreno que estaban realizando. Se despertó la curiosidad del párroco y lo comunicó a la Real Academia de la Historia mediante una carta fechada en 1927.
La estructura del yacimiento
‘El Beneficio’ está formado por los restos de varios edificios de la época romana y de un tramo de vía localizado en su entorno. En primer lugar, el yacimiento fue interpretado como la ciudad de Miacum (situada en Collado Mediano, en la calzada romana que unía con la Meseta Norte desde Segovia).
Ahora, se ha reconocido como una posible mansio (importante casa señorial, porque disponían de termas), o más probable una mutatio, una casa de postas u ‘hotel’. Permitiría a los viajeros que recorrían las calzadas romanas hacer un alto en el camino para el descanso. Se cree que ofrecía a los viajeros la toma de baños, el cambio de herrajes para los caballos o la obtención de vituallas -comida en cantidad- para continuar el viaje.
Cuatro fases de construcción
Las excavaciones arqueológicas han descubierto cuatro fases constructivas, que no han sido conservadas de la misma manera. Sus restos se superponen y entrelazan entre sí, sobre todo, en la zona noroeste del edificio:
- La más antigua, Fase I, está formada por los restos de varios muros de mampostería de piedra. No superan las dos hiladas de altura y apenas tienen conservación debido a la destrucción sufrida por la construcción de fases posteriores.
- La Fase II se corresponde con muros que pertenecen a varias estancias de la planta cuadrada y rectangular. Son de tamaño medio y están orientadas en sentido Noreste y Suroeste.
- A la Fase III, fechada en torno a los siglos III‐IV d.C., están asociados los restos más numerosos y mejor conservados. Son los muros de mampostería de piedra, que delimitan siete estancias de planta rectangular y cuadrada. Pertenecen al edificio de mediano tamaño, orientado al noreste, del cual se desconoce su trazado completo. A esta fase pertenece la mayor parte del material cerámico, monedas y otros objetos recuperados.
- Sobre el pavimento de opus signinum (material de construcción utilizado en la Antigua Roma, que consiste en tejas partidas en trozos pequeños, mezcladas con cemento) de una de las estancias de esta fase, se encuentran los restos de la fase constructiva más reciente, la Fase IV. Se trata de un horno de tamaño mediano y planta circular realizado en el siglo V d.C.
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