Aprobado definitivamente el nuevo plan de protección del Ayuntamiento, que servirá para liberar los lienzos de las murallas cristiana y árabe y proteger la edificación existente
Hace siglos, Madrid era una ciudad con murallas. Tanto el pueblo árabe como el cristiano construyeron sus propios muros para proteger a sus habitantes. Sin embargo, muchos madrileños desconocen de su existencia, aunque desde hace un tiempo el Ayuntamiento está recuperando esos restos musulmanes y medievales.
Ahora, se ha aprobado definitivamente el Plan Especial de protección y puesta en valor de los lienzos de las antiguas murallas árabe y cristiana de Madrid, con el que se persigue dar a conocer estos restos históricos que forman parte del origen de la capital. Con esta actuación también se quiere proteger la edificación existente en el ámbito.
Los principales restos de la muralla árabe, construida entre los años 850 y 866, se encontran en el parque del Emir Mohamed I, cerca de la Cuesta de la Vega, o en la Cripta de la Catedral de la Almudena. Por su parte, la muralla cristiana data de los siglos VI y el XIII y está entre la calle del Almendro y la Cava Baja, en la calle el Nuncio, o entre Costanilla de San Pedro y Almendro.
¿En qué consiste el plan de recuperación y protección de las murallas de Madrid y sus lienzos?
Declarada monumento histórico-artístico por decreto del 15 de enero de 1954 del entonces Ministerio de Educación Nacional, la muralla de Madrid volverá a adquirir protagonismo gracias a la nueva actuación del Ayuntamiento. El plan especial de protección y puesta en valor de los restos de las murallas abarca el Área de Planeamiento Remitido (APR) Muralla, que ya quedó delimitado por el Plan General de Ordenación Urbana de 1997.
Entonces incluía una superficie de 25.748,19 m2 y estaba formado por tres manzanas discontinuas del casco histórico (escalinata-espejo, almendro-Cava Baja y parque del Emir). Ahora se amplía específicamente a un área de protección de la muralla de 300.873,50 m2, que engloba las manzanas anteriores y también las parcelas edificables públicas y privadas, parte del viario y espacios libres que pueden contener restos de la antigua muralla de Madrid, cuya existencia se ha constatado o se encuentra documentada históricamente.
La finalidad es liberar los lienzos de las murallas cristiana y árabe, embebidas en el caserío del casco antiguo y espacios libres, incorporando una normativa específica que permita la recuperación paulatina de los lienzos, al igual que la ordenación completa y pormenorizada del ámbito.
Divulgación cultural y visibilidad
Además, quiere catalogar estas construcciones como elementos protegidos e incluirlas en el catálogo de edificios de nuevos inmuebles. Igualmente, el plan plantea la calificación y acondicionamiento de zonas verdes que servirán como puntos de recreo y contemplación de la muralla para su divulgación cultural, como ya se hizo en la plaza del Emir Mohamed I.
Otra de las medidas que viene en el plan es la segregación de la parcela ubicada en la calle Bailén, 12 para adaptarse a la parcelación histórica y al trazado de la muralla. Se recuperará el espacio en la planta inferior para incorporarla al recinto del parque del Emir. Además, se proponen unos cerramientos con permeabilidad visual desde la vía pública.
Con todo ello, el plan ayudará también a superar la paralización urbanística que ha tenido lugar en el APR Muralla, gracias a las normas específicas que permitirán la rehabilitación de las construcciones existentes, la mejora de las condiciones de habitabilidad en las viviendas y locales, y la mejora de las condiciones medioambientales en esta parte del centro histórico.
El nuevo plan recoge asimismo la construcción de un centro de Interpretación con un fin cultural, de divulgación y difusión de la historia de la muralla.
Murallas de Madrid con siglos de historia
Durante el siglo IX, la península ibérica estuvo dominada por los musulmanes, y junto al río Manzanares se inició la construcción de una muralla. Es entonces cuando un poblado conocido como Mayrit, comienza a crecer.
De esos inicios musulmanes queda constancia en el parque del Emir Mohamed I, un espacio de recreo de estilo andalusí presidido por una fuente con forma de estrella de seis puntas que, ubicado en la cuesta de la Vega, muestra un tramo de 120 metros de la muralla inicial levantada en el Mayrit del 860.
Con la Reconquista, y tras pasar la villa de Madrid a la Corona de Castilla, la muralla inicial se amplia con el andar del siglo XII dando lugar a la muralla cristiana, también conocida como medieval, que cobijaba los nuevos barrios surgidos tras la expulsión de los musulmanes.
Tras varios siglos en pie protegiendo a su población, con la llegada de los Austrias, el establecimiento de la corte en Madrid en 1561 y la pretensión de Felipe II de construir una ciudad moderna, la muralla quedó en desuso y se demolió en su totalidad. El motivo fue que dificultaba el crecimiento de una incipiente urbe que, por su ubicación, permitía la conexión con el resto de los territorios.
Cinco siglos después, el Madrid de 2023 guarda vestigios de aquellas primeras murallas y lienzos escondidos entre los muros de los edificios del centro de la capital que con el paso de los años se fueron construyendo, y que ahora el Ayuntamiento va a recuperar en un ejercicio de justicia histórica.
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