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Más de 30.000 aficionados celebraron el título de Liga junto a los jugadores del Real Madrid.
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La plantilla llegó a la plaza a las 2:30, después de vencer en La Rosaleda (Málaga).
El Real Madrid celebró con más de 30.000 aficionados la victoria de la Liga número 33 de su palmarés en Cibeles. El conjunto blanco no conseguía este título desde la temporada 2011/2012. Los aficionados disfrutaron brevemente de sus jugadores, que solo estuvieron media hora en la plaza. No faltaron los cánticos dirigidos a sus rivales.
El equipo blanco derrotó ayer, domingo 21 de mayo, al Málaga en La Rosaleda (2-0) y se proclamó campeón de la Liga Santander. Fue Cristiano Ronaldo quien abrió el marcador del partido en el minuto dos. Más tarde Benzema certificaría una victoria que entregó a los blancos su trigésimo tercer título, después de cinco años sin lograrlo.

Llegada del autobús del Real Madrid a la plaza de Cibeles para celebrar la 33ª Liga del equipo. Foto: Sabina Mompó
La Liga estaba sentenciada y comenzaba la fiesta en el banquillo y en la grada de los aficionados madridistas. El Málaga lo intentó, pero una brillante actuación de Keylor Navas no dejó lugar a dudas. Tras el pitido final, comenzó la celebración.
Todavía en el campo, los jugadores explotaron su euforia fundiéndose en abrazos y bailes. Se dirigieron a su afición, y tras entonar unos cánticos y felicitarse todos pusieron rumbo al aeropuerto malagueño. La madrileña plaza de Cibeles les esperaba con más de 30.000 aficionados.
Éxtasis madridista
El conjunto blanco volvió a darse un baño de masas en la plaza de Cibeles. Tras aterrizar en Barajas alrededor de la 1:30 de la madrugada, los jugadores se trasladaron al Santiago Bernabéu a recoger su autobús descapotable. Pusieron rumbo a Cibeles, donde les esperaban decenas de miles de seguidores.
Cuando alcanzaron a la mítica plaza, poco después de las 2:30 de la madrugada, se desató la locura. Los aficionados recibieron a su equipo entonando el ‘Campeones’, el himno del Real Madrid, y coreando algunos de los nombres de la plantilla como Modric o Isco. Los jugadores bajaron del bus eufóricos, animando a la afición con bailes y cánticos.
Mensajes y cánticos, micrófono en mano
No faltaron los mensajes a algunos de sus principales rivales, como el Barça o el Atlético de Madrid. Los allí congregados se acordaron de Piqué e hicieron referencia a las continuas provocaciones del central culé. Algunos de los futbolistas siguieron la broma micrófono en mano. No olvidaron a su eterno rival, a quien dedicaron un «Indios, decidme que se siente, haber perdido una final» en referencia a las dos finales de Champions que perdieron ante los merengues.

Uno de los protagonistas, Cristiano Ronaldo, también quiso dirigirse a su afición. Con más prudencia afirmó que «ha sido una gran temporada, pero queda la final el próximo 3 de junio. Esperamos vuestro apoyo».
El momento más esperado llegó de la mano de los dos capitanes, Sergio Ramos y Marcelo. Tras cruzar la pasarela que les separaba de su diosa Cibeles, Ramos procedió saludándola con un beso y colgándole la bandera de su equipo. Fue Marcelo quien puso la tradicional bufanda.
Síncopes, contusiones y exceso de alcohol
A pesar de la fuerte seguridad que había en la zona, 28 aficionados tuvieron que ser atendidos por el Samur-Protección Civil. La asistencia se repartió por toda la plaza, velando por los 30.000 aficionados que la inundaban.
Durante los festejos fueron atendidos 28 aficionados, todos ellos debido a mareos, síncopes, contusiones leves o exceso de alcohol. El estado de todos ellos resultó ser leve, a excepción de uno que tuvo que ser trasladado al hospital La Concepción de Madrid.

Entrega de la copa a las instituciones
A la mañana siguiente, el equipo al completo llevó su trofeo hasta el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. En el Palacio de Cibeles les esperaba la alcaldesa, Manuela Carmena, que recibió la copa en nombre de todos los madrileños. A cambio, entregó al capitán, Sergio Ramos, una medalla de chocolate blanco y negro con la fuente de Cibeles grabada en una de sus caras.
En la Real Casa de Correos, sede del gobierno regional, la presidenta Cristina Cifuentes aguardaba a los blancos para felicitarlos por su triunfo. Al igual que la alcaldesa, Cifuentes obtuvo de manos de Ramos una camiseta con su nombre, que no dudó en ponerse al instante. Desde el balcón el equipo saludó a los miles de aficionados congregados en la Puerta del Sol.
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