Las calabazas estuvieron expuestas en la entrada del Real Jardín Botánico antes de su donación
Por segundo año consecutivo, el Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha realizado una gran donación de calabazas a la Despensa solidaria San Diego del distrito madrileño Puente de Vallecas. El producto se distribuirá entre las familias que, a raíz de la Covid-19, están atravesando serias dificultades económicas.
Antes de su entrega, las calabazas estuvieron expuestas al público durante varias semanas en la entrada del Jardín Botánico. La exhibición cumplió el objetivo de atraer la atención de los visitantes para animarlos a visitar el fruto in situ. Esto es, en el mismo huerto donde son cuidadosamente cultivadas y donde se pueden encontrar ejemplares de todas las formas, tamaños y colores.
La donación de calabazas ha sido de media tonelada
La cantidad donada ha sido, al igual que en la anterior ocasión, de media tonelada. La coordinación ha corrido a cargo de la Unidad de Jardinería y Arbolado del Real Jardín Botánico, y ha contado con la participación del jardinero experto en la huerta, Eustaquio Bote.
Luis Sánchez-Grande, en representación de la Despensa solidaria San Diego, agradeció durante el acto de entrega la generosa colaboración del centro de investigación. Además, destacó que esta clase de acciones «sirven de estímulo a otras entidades públicas y privadas para que donen también otro tipo de alimentos».
De parte del RJD, la vicedirectora de Jardinería y Arbolado, María Martín, quiso restar importancia a la donación. A su juicio, lo realmente importante es que las calabazas, tras ser expuestas ante miles de visitantes, «tengan un destino en las mesas de muchas familias necesitadas». Con ello, han cumplido un doble fin.
Las despensas solidarias han ayudado a 3.500 familias de Puente de Vallecas
La Despensa solidaria San Diego es un proyecto de la red vecinal Somos Tribu VK. Su fundación se remonta a marzo de 2020, como una forma de apoyo mutuo entre vecinos para superar las dificultades presentadas por la Covid-19.
En sus inicios, la red se tejió a través de grupos de whatsapp. El primero fue un éxito instantáneo, llenándose en tan solo unas horas. Así pues, otros barrios del distrito siguieron su ejemplo.
El objetivo de la red vecinal, en un principio, fue ayudar a personas que no pudieran salir de sus hogares, haciéndoles la compra o cualquier otro recado. Sin embargo, pronto se cayó en la cuenta de que las necesidades de algunos eran más graves.
Había casos donde la demanda era de alimentos. Y es entonces cuando surge la idea de las despensas solidarias, incluida la del barrio de San Diego.
Casi dos años después, las despensas solidarias siguen funcionando, pues el apoyo a vecinos y vecinas nunca es suficiente. Desde que empezó la crisis por el coronavirus, Somos Tribu VK calcula que las ayudas han llegado a más de 3.500 familias.
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