Recientemente, se han rehabilitado algunas de las zonas de la Quinta de Torre Arias
La Quinta de Torre Arias es un lugar emblemático, pero también un tanto desconocido, de la ciudad de Madrid. Situada en el distrito de San Blas-Canillejas, esta joya histórica y artística cuenta con diversas edificaciones patrimoniales. Entre ellas, destaca el palacio, que ha sido reformado en sucesivas ocasiones a lo largo del tiempo.
La propiedad también alberga extensas caballerizas y un patio de labor con bodegas y un guadarnés, así como edificios relacionados con su pasado agropecuario, dos invernaderos y grandes terrenos para el cultivo. En su interior, destacan las zonas ajardinadas donde se pueden contabilizar más de 300 especies de plantas herbáceas y hasta 51 especies diferentes de árboles.
Tras varios años abandonada a su suerte, el Ayuntamiento de Madrid ha finalizado recientemente las obras de rehabilitación y conservación de la Quinta de Torre Arias para que pueda ser disfrutada, de manera segura, por todos los ciudadanos.
Un ejemplo vivo de las quintas de recreo de la alta nobleza y la burguesía
El origen de la Quinta de Torre Arias se remonta al siglo XVI. Este tesoro fue erigido entre 1580 y 1602, debido a las tierras que fue acumulando el I conde de Villamor, García de Alvarado Velasco. Pensada como una quinta de recreo a las afueras de la urbe, aunaba todos los elementos necesarios para poder vivir en ella durante largas temporadas.
En sus años de gloria, la alta nobleza y la burguesía anduvieron y danzaron por sus pasillos y salones. Los hombres y mujeres más importantes de España se daban cita en la Quinta de Torre Arias para disfrutar de fiestas exclusivas, tomar el té o jugar al lawn tennis y al croquet. Además, este auténtico paraíso aristócrata ganó cierto protagonismo durante 1710. En él, fijó su residencia el archiduque Carlos de Austria, el cual disputó el trono a Felipe V durante la Guerra de Sucesión.
A lo largo de los años, la Quinta de Torre Arias fue modificando su nomenclatura al ritmo en que la propiedad cambiaba de propietarios. El nombre actual proviene del título nobiliario de la última estirpe de nobles que adquirió el complejo. En concreto, del matrimonio, en 1887, de María de los Dolores de Salabert Arteaga, VIII marquesa de la Torre de Esteban Hambrán, con el VI conde de Torre Arias, Ildefonso Pérez de Guzmán el Bueno.
Finalmente, en 1986, su última propietaria, Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, firmó, junto a su marido, un convenio por el que donó la finca al Ayuntamiento de Madrid. Tras la muerte de la condesa en 2012, la zona pasó a ser propiedad municipal y, a finales de noviembre de 2016, la Quinta de Torre Arias abrió sus puertas a todos los madrileños e interesados.
Obras de reparación en los puentes, el muro de cerramiento y el invernadero principal
Para poner fin al deterioro causado por el paso del tiempo en este complejo del siglo XVI, el consorcio madrileño ha llevado a cabo un plan de rehabilitación del paraje. Las obras, que han finalizado en octubre de 2021, han contado con una inversión de 452.000 € y un plazo de ejecución aproximado de nueve meses.
Por un lado, la restauración de los puentes, -el principal y los situados en el oeste y este de la finca y el central-, pretende mantener la red de caminos de la quinta en buenas condiciones de funcionalidad y servicio. La actuación realizada ha consistido en la limpieza, recuperación y consolidación de todos sus elementos.
Por otra parte, el muro de cerramiento, construido en diferentes momentos históricos, presentaba una variada patología. En algunos de los tramos, ha sido necesaria la demolición total del muro y su nueva construcción, aunque se ha mantenido el material original y la tipología del antiguo muro.
Además, la propiedad cuenta con diversos invernaderos, ya que una de las tareas de sus últimos propietarios fue su dedicación a las labores agrícolas y de jardinería. En este sentido, algunos de los elementos del invernadero principal presentaban riesgo de derrumbe. Con el fin de remediar la situación, se han restaurado el paramento y la chimenea, procediendo a la estabilización de sus componentes.
Con estas rehabilitaciones, el Ayuntamiento de Madrid rescata los valores culturales de la Quinta de Torre Arias, un lugar icónico que es, sin duda, uno de los ámbitos históricos de la capital, y que se puede visitar, todos los días, de manera gratuita. Además, se encuentra muy cerca de otro lugar similar, la Quinta de los Molinos, muy frecuentado por los madrileños y visitantes, sobre todo, en el mes de marzo, cuando florecen sus almendros.
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