Ya se ha retirado la lona que la cubría y el andamio; ahora el monumento se protegerá de las palomas gracias a un halcón y dos águilas
Después de once meses de trabajo y una inversión de 3,1 millones de euros, la Puerta de Alcalá ya luce su nueva cara, después de su restauración. Los trabajos comenzaron a principios de este año, tras decretarse algunos deterioros en su estructura aunque no eran problemas estructurales. El monumento, Bien de Interés Cultural y Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte del Paisaje de la Luz, llevaba 30 años sin remodelarse.
Durante meses, el emblemático edificio ha estado cubierto por una lona de 2.200 metros cuadrados, que representaba fielmente el diseño y la estructura de la Puerta de Alcalá. Además, aprovechando la presencia de los andamios, el Ayuntamiento organizó turnos de visitas guiadas en altura dentro del programa ‘Abierto por restauración’. Así, los asistentes escalaron los armazones y observaron desde cerca la edificación. Es una iniciativa que nunca antes se había dado en la capital de España.
Se espera que, tras la reforma y su reapertura coincidiendo con las fechas navideñas, se pueda instalar el tradicional Nacimiento luminoso de la Puerta de Alcalá, que ya ha sido confirmado por el Ayuntamiento de Madrid.
Un halcón y dos águilas para proteger la Puerta de Alcalá
Con el fin de proteger la Puerta de Alcalá de nuevos deterioros, el Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha un nuevo sistema de conservación utilizando un halcón híbrido Gerifalte sacre y dos águilas Harris para ahuyentar a las palomas. Ellas han sido las causantes de la afección biológica más destacada del monumento, como se ha podido comprobar durante los trabajos de restauración.
Tras analizar las patologías de la Puerta de Alcalá, se detectó que los depósitos orgánicos de aves, principalmente palomas, habían sido lo más dañino. La acumulación de plumas, nidos y deyecciones por toda la superficie, e incluso la anidación en lugares resguardados del viento, temperatura y lluvia, causaron alteraciones estéticas y daños químicos, por el amoniaco, ácido úrico, fosfórico, oxálico y sales de los excrementos.
Estos son, además, sustrato y fuente de nutrientes para otros organismos como bacterias y hongos, lugar de crecimiento de líquenes y musgos, así como insectos y microorganismos o incluso de raíces de plantas superiores. Así, para disuadir a estas aves, se ha optado por realizar vuelos ahuyentadores con halcones adiestrados, ya que la presencia de aves rapaces intimida a las palomas y hace que no permanezcan en el monumento.
Esta medida no tiene antecedentes en la ciudad y se irá valorando su efectividad progresivamente a lo largo del año 2024. En concreto, el plan prevé una fase de tratamiento de choque de unos seis meses, donde se realizarán vuelos a diferentes horas del día, para que las palomas no se habitúen a un horario específico. Tras la valoración de la efectividad, se llevaría a cabo un tratamiento de mantenimiento a largo plazo, con vuelos dos días.
¿En qué ha consistido la restauración de la Puerta de Alcalá?
Las restauración de la Puerta de Alcalá se ha enfocado, fundamentalmente, en su mantenimiento y conservación en el tiempo. Algunos grupos escultóricos presentaban fisuras y grietas. Así, se ha consolidado su estructura, sustituido el plomo de la cubierta y actuado sobre la piedra en todas las fachadas del monumento.
Para ello, se ha seguido un proceso que arrancó en 2019 con los primeros estudios del estado del monumento. En un primer momento, se comprobó el estado estructural de las piezas, se sanearon los anclajes metálicos, se graparon los elementos sueltos, se eliminaron los morteros previos y se sellaron las nuevas juntas.
A continuación, se vio que la cubierta de plomo no actuaba de modo eficaz y había humedad de condensación en la parte alta de la estructura de la puerta. Por ello, se levantó para sanear los anclajes de las esculturas, rehaciendo todas sus pendientes.
Seguidamente, se colocó una nueva cubierta de plomo, esta vez ventilada, que evite los procesos patológicos entonces presentes en los grupos escultóricos, agravados por la anterior cubierta.
Por último, en las fachadas de granito y los relieves que se encontraban arenizados, se realizó una intervención integral de restauración. El objetivo era detener el deterioro y asegurar que los elementos escultóricos de la fachada queden cosidos adecuadamente. Al mismo tiempo, se eliminaron los elementos degradantes y se protegió la piedra de las futuras agresiones ambientales. (psm-marketing.com)
Toda la intervención sobre el monumento ha llevado un control arqueológico y levantamiento documental. Además, gracias a ello, ahora es posible diseñar protocolos específicos de monitorización continuada que garanticen el seguimiento pormenorizado de la evolución del estado de conservación a lo largo del tiempo.
Historia de uno de los grandes monumentos madrileños
La Puerta de Alcalá, que se ha restaurado por quinta vez en su historia, se inauguró en 1778 y tras cuatro años de obras. El motivo fue la conmemoración de la entrada de Carlos III a Madrid como rey de España.
El proyecto se adjudicó a Francesco Sabatini, que desarrolló otras muchas obras en Madrid. Desde que se inauguró, el monumento ha sufrido muy pocas modificaciones, aunque sí ha padecido en su estructura el levantamiento contra los franceses o la Guerra Civil.
A mediados del siglo XIX (1869) se construyó alrededor una plaza circular, a la que se bautizó como Plaza de la Independencia y que hoy continúa vigente. Fue declarada Monumento Nacional en 1976, cuando estaba a punto de cumplir 200 años.
Su última restauración fue en el año 1992, que se centró en algunas planchas sueltas y en el color negro que había ido cogiendo por el tráfico. En ese entonces, Ana Belén y Víctor Manuel ya habían popularizado el tema ‘La Puerta de Alcalá’ y ésta era, como lo es hoy, un icono de la cultura madrileña.