Las protestas de los vecinos del Mahou-Calderón son debidas al polvo y el ruido generado por las obras
Tras las protestas por el polvo y el ruido que están ocasionando las obras de urbanización del proyecto Mahou-Calderón, el Ayuntamiento ha querido tranquilizar a los vecinos. Para ello la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, se ha reunido con colegios, AMPAS, habitantes y propietarios de la zona para ratificar su compromiso de minimizar todo lo posible las molestias.García Romero ha explicado que «las obras tienen todas las garantías y estudios de seguridad para reducir los impactos, y la presión sonora en el entorno está dentro de los parámetros esperables, sin que suponga un empeoramiento significativo de la calidad acústica de la zona». Aún así, ha asegurado que se continuará con el control y seguimiento.
Por otra parte, los responsables municipales han afirmado que se han puesto en marcha medidas correctoras para minimizar las molestias por el polvo generado desde el interior de la parcela de la antigua fábrica de Mahou o por el tránsito de camiones.
Han dicho en este sentido que se está regando continuamente la zona y las calles perimetrales con cisternas y empleando máquinas barredoras en el perímetro de la obra.
Próximas actuaciones
La demolición del estadio Vicente Calderón se está ejecutando en dos fases. La primera de ellas, que comenzó en febrero y está casi concluida, ha consistido en el derrumbamiento de la parte del estadio que no afectaba a M-30, es decir, a las gradas ubicadas al norte, este y oeste.
En estos momentos se está procediendo al desvío provisional del tráfico, que bordeará el campo del estadio, para iniciar la segunda fase, que consistirá en la demolición de la grada que está construida encima de la M-30. La construcción de este desvío provisional culminará a mediados de octubre y se abrirá de nuevo al tráfico en la segunda quincena del mismo mes.
A partir de finales de mes comenzarán las obras de demolición de la grada sobre la M-30, que concluirán a finales de de febrero o principios de marzo, dependiendo de la climatología. Durante estos trabajos se han planificado medidas de protección ambiental en el río colocando ataguías y sacos terreros que evitarán la caída de objetos al cauce.
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