El elemento común es relacionarse con un entorno que ya comparte una ideología radical
La captación de menores para el reclutamiento yihadista es una preocupante realidad en nuestros días. Aunque en la Comunidad de Madrid no existe un grave problema en este sentido, como sí lo hay en otras comunidades autónomas, el gobierno regional ha puesto en marcha un protocolo para identificar la vulnerabilidad de los jóvenes y poder detectar a tiempo una posible radicalización.
A través de la Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor (ARRMI), desde hace un año se estudian las circunstancias personales, familiares y sociales de algunos jóvenes cuyo perfil vulnerable facilita su captación por el radicalismo yihadista. El objetivo es identificar el problema, con sus indicadores y causas, de forma temprana para cortar la escalada en el proceso de radicalización.
También trabaja de forma individualizada con los menores que cumplen medida judicial por su radicalización o integración en una organización terrorista de carácter yihadista y se promueve entre ellos un proyecto de vida alejado de la violencia.
Contraargumentos frente al extremismo violento
Con los datos recopilados la Agencia puede desarrollar campañas de contraargumentos para afrontar los factores que propician el extremismo violento. Así se elaboran mensajes positivos para promover una visión más integral del mundo y que los chicos aprendan otras formas no violentas de afrontar las situaciones.
De momento, ARRMI ha podido trabajar con 12 casos concretos. El perfil mayoritario es el de un varón (83 % de los casos), con una edad media algo superior a los 16 años y con un elemento común: la exposición a entornos (familiares, amigos, pareja) radicalizados durante los últimos 12 meses. En los casos de menor radicalización, también se detecta una vinculación a agrupaciones juveniles de carácter violento, como bandas latinas.
Motivos para incorporarse a los grupos radicales
Entre las motivaciones para incorporarse a grupos radicales destacan el fallecimiento de algún familiar en una zona de conflicto, una experiencia familiar traumática o la búsqueda de sensaciones, de apego, apoyo o de protección.
Se trata de ofrecer a estos jóvenes alternativas ante sentimientos de alienación, discriminación, falta de oportunidades económicas o la ira provocada por conflictos no resueltos y alejarlos de estos comportamientos y tendencias tan peligrosos. Además, se les quiere dar acceso a ideas y valores adecuados, a referencias morales y a la posibilidad de enmendar errores que hayan cometido.
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