Desde hace meses, pernoctan unas 500 personas sin hogar, y no se encuentra una solución fácil a esta situación
Hace ya unos meses que el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas se ha convertido en un lugar de pernocta para las personas sin hogar, que han elegido este lugar para dormir lejos de la intemperie. En las últimas semanas parece que el número va aumentando, y se ha convertido en una preocupación social. En total, ahora hay cerca de 500 individuos que utilizan las instalaciones no solo para dormir, sino también para comer, ir al baño y, en definitiva, vivir. Ante esta situación, Aena ha endurecido las medidas de acceso, pero el problema continúa.
«Los aeropuertos no son lugares preparados para habitar, sino que son infraestructuras exclusivamente de paso, que no tienen en ningún caso las condiciones adecuadas para pernoctar«, aseguran desde esta empresa. A ello se suman los problemas de higiene, apariencia y seguridad, que denuncian los trabajadores del lugar.
De acuerdo con el sindicato ASAE (Alternativa Sindical Aena), hay ‘sintecho’ que son simplemente personas pobres pacíficas, pero también hay individuos con problemas de alcoholismo, drogodependencia y en situaciones conflictivas, que estarían fomentando el trapicheo, la delincuencia y la prostitución, entre otras cuestiones.
Por este motivo, desde AENA solicitan a las instituciones responsables una solución para este problema, con el fin de asegurar el buen funcionamiento de la actividad aeroportuaria y se garantizar que estas personas sin hogar puedan acceder a una vivienda digna o al menos a tener sus necesidades cubiertas.
Se endurecen las medidas para acceder al aeropuerto en Barajas con el fin de solucionar el problema de las personas sin hogar
Mientras, se están endureciendo las medidas para evitar que se instalen en el lugar más personas en esta situación. En un primer momento, Aena intensificó los controles de acceso durante las franjas horarias de baja intensidad de sus vuelos programados, permitiendo solo el acceso a las terminales de pasajeros con tarjeta de embarque, sus acompañantes y los trabajadores del aeropuerto.
Sin embargo, este sistema no está resultando del todo eficiente porque las personas sin hogar encuentran otros lugares en las instalaciones donde quedarse, sin necesidad de someterse a esos controles. Por ello, recientemente, se ha implantado algo más drástico: el cierre nocturno del Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Esto quiere decir que ninguna persona puede entrar en el aeropuerto por la noche si no dispone de una tarjeta de embarque vigente para un vuelo en ese día. El personal de seguridad se encarga de controlarlo y permitir la entrada. Mientras, el Ayuntamiento de Madrid ha ofrecido a un centenar de ellos trasladarlos a un centro de acogida, pero la mayoría no están por la labor de aceptarlo.
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