Forma parte de la nueva norma del Área de Desarrollo Urbano para adaptar el urbanismo de Madrid al siglo XXI
Después de un año escuchando las sugerencias de los madrileños, el Pleno del Ayuntamiento de la capital ya ha aprobado la nueva norma del Área de Desarrollo Urbano que pretende adaptar el urbanismo de Madrid al siglo XXI. Se trata de la actualización urbanística más ambiciosa que se ha hecho en los últimos 25 años en la capital.
El objetivo es «adecuar el urbanismo al presente y futuro de la ciudad, adaptar las normas a las necesidades de la sociedad y abrirse a las nuevas tendencias europeas, a la inversión y al empleo», aseguran desde el Consistorio. Para ello, se tiene la intención de mejorar la ciudad desde lo residencial hasta lo industrial.
Una de sus grandes novedades es su apuesta por la sostenibilidad. Así, nace el ‘factor verde’, un incentivo para aquellos que creen edificios más verdes, eficientes y sostenibles. Es decir, que incluyan elementos de producción de energía sostenible o elementos constructivos de mejora de la eficiencia. Lo mismo sucederá con los cuartos para guardar vehículos de movilidad sostenible como las bicicletas.
Viviendas más confortables con la nueva norma de urbanismo de Madrid
Otra de las grandes medidas que contempla esta nueva norma de urbanismo en Madrid es la de conseguir viviendas más confortables, siguiendo las nuevas tendencias que demandan los ciudadanos. A este respecto, se establecen varias modificaciones:
- Las terrazas, los cuartos de instalaciones en plantas de pisos y los trasteros no computan a efectos de edificabilidad, es decir, no se consideran zonas a edificar.
- Apuesta por los balcones y balconadas tanto en las construcciones nuevas como en las existentes.
- Se permiten los miradores con persiana, hasta ahora prohibidos.
- Los cuartos de instalaciones se liberan de las azoteas de los edificios para que sean transitables y utilizables.
Por su parte, la norma se adapta a las nuevas formas de vivir y se incluyen en la normativa el cohousing y el coliving, dos modalidades similares de vivienda compartida. Dado que hace 25 años, aún no existían o apenas estaban extendidas estas formas de habitar, hasta ahora no se había contemplado su regulación como tal.
El cohousing consiste en que un grupo de personas se unen para diseñar sus casas a medida, compartiendo espacios y servicios comunes, aunque también tienen sus estancias privadas. El coliving, contempla la utilización de varios espacios de un mismo inmueble por varias personas en los que se combina la vida social con la laboral.
Además, se reescriben también las reglas para generar más vivienda en el centro de Madrid. Esta medida responde a las peticiones de muchos ciudadanos a los que les cuesta encontrar un piso en la zona por falta de lugares o por sus altos precios. También se impulsa la recuperación de patios de manzana con soluciones bioclimáticas.
Construcción de viviendas tuteladas en suelos dotacionales
Esta nueva norma contempla otra novedad: a partir de ahora, se va a permitir construir viviendas tuteladas y de integración social en suelos dotacionales. Están dirigidas a colectivos con necesidades específicas. En general, se simplifica la implantación de equipamientos dotacionales básicos y singulares, de forma inmediata.
Hasta ahora, requerían de gran cantidad de trámites burocráticos que retrasan las construcciones en el tiempo. De esta forma, ahora, por ejemplo, va a ser posible instalar una sede de policía en Villaverde, sin tener que redactar un plan especial. De igual forma, se permite el destino transitorio de solares para que se puedan dedicar a zonas de esparcimiento y a la mejora del paisaje urbano hasta que se construya el dotacional previsto.
En lo que respecta a las viviendas de uso turístico no experimentan ningún cambio, manteniendo el acceso independiente actualmente establecido. Sí que se actualizan los aforos de los locales, y se elimina la exigencia obligatoria de dotar de aparcamiento a aquellas zonas en las que no se permite llegar coches.
Con esta modificación de la norma de urbanismo en Madrid se cambia también el lenguaje complejo propio de la administración por uno comprensible y se da seguridad jurídica. Además, se suprimen las trabas y trámites reiterativos como ocurre con los planes especiales de control urbanístico ambiental (PECUAU).
Con ello, se gana aproximadamente un año y medio de tiempo en tener el visto bueno de un proyecto. En cualquier caso, no se rebajan los requisitos medioambientales ni los controles que ejercía, que se siguen llevando a cabo.
Más actividad y más empleo
Por último, la nueva norma permite la hibridación de usos en la ciudad protegiendo enclaves como el polígono ISO de Carabanchel, y establece reglas para las actividades logísticas de Madrid. Además, prima la implantación de las cocinas agrupadas (‘fantasma’) en los polígonos industriales y limita su actividad en las zonas residenciales. Esto parece responder a las quejas de algunos vecinos por los ruidos que provocan.
Así, ahora se limita su implantación a locales de uso industrial con un máximo de 350 metros cuadrados. Es imprescindible que cuenten en el interior con zonas de espera, carga y descarga, y estancia de los transportistas. El máximo de cocinas permitidas es ocho. Asimismo, se exige un estudio de movilidad para conocer el impacto que puede tener en la zona.
Esta misma medida también se aplica a la norma zonal 9 (zona industrial) que quede dentro de ámbitos residenciales. Todas estas modificaciones quedan contempladas en las Normas Urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid.