El Ayuntamiento quiere instalar una nueva iluminación que las organizaciones medioambientales rechazan
La nueva iluminación en Madrid Río está generando gran controversia entre las asociaciones y organizaciones medioambientales, que piden que no se instale debido a su posible efecto nocivo sobre el entorno. Por el momento, el Consistorio no se ha pronunciado al respecto y se entiende que siguen adelante con el proyecto que iluminará el Manzanares en el tramo aledaño a la presa 6, entre el puente Oblicuo y la pasarela de Andorra, tal y como anunciaron recientemente.
En concreto, serán 560 metros en los que se pretende crear un ambiente que potencie su paisaje natural y sus pasarelas más allá de las horas diurnas. Las obras comienzan a finales de junio, previsiblemente, y se espera que tengan una duración de ocho meses. Por lo tanto, estarían terminadas para febrero de 2025. El presupuesto ronda los 950.000€.
«La luz proyectada desde los márgenes del cauce impulsará el atractivo del ámbito, poniendo en valor su arquitectura, su patrimonio verde y ofreciendo una experiencia nocturna amable y más segura a vecinos y visitantes«, aseguran desde el Consistorio.
En total, se van a situar 61 proyectores, entre 57 focos y cuatro proyectores con más potencia en la presa, para destacar la construcción central. En cualquier caso, puede sufrir ampliaciones en el futuro.
La presa número 6 cuenta con una pasarela que comunica ambas márgenes del río. Tiene un casetón central de instalaciones con un característico estilo herreriano rematado por un pináculo, una arquitectura muy representativa de la intervención que se hizo a mediados del siglo XX sobre el río. Es un sistema que se repite en otras presas.
La nueva iluminación de Madrid Río, ¿nociva para las aves?
Ante este anuncio, la organización SEO/Birdlife, que protagonizó también las protestas contra la mascletá celebrada en marzo en la zona, no ha tardado en pronunciarse solicitando al Ayuntamiento que reconsidere la instalación de esta nueva iluminación. Argumentan que podría tener un impacto negativo sobre el medioambiente y el entorno, en concreto sobre las 116 especies de aves que habitan en ese tramo a lo largo de todo el año.
«Estas instalaciones conllevan un incremento del consumo en un contexto de emergencia climática, un incremento notable del uso público en zonas sensibles y un potencial impacto sobre la fauna silvestre que habita en esos espacios«, apuntan. Es por ello que solicitan no solo que se reconsidere sino que, además, «se realicen estudios previos sobre el impacto ambiental que pueden tener este tipo de proyectos«, concluyen.
En este sentido, el Ayuntamiento ha recalcado que el proyecto se realizará de manera compatible con los criterios de naturalización del tramo urbano del Manzanares, sin reducir las zonas con especies vegetales consolidadas ni aquellas en las que existe un desarrollo incipiente de especies que, en sus palabras, «en los próximos años se afianzarán«.
Minimización de la contaminación lumínica
El proyecto de la nueva iluminación en Madrid Río se ha desarrollado mediante soluciones que minimizan la contaminación lumínica, según el Consistorio. Así, los focos se sitúan en un cajetero del río, limitando las emisiones luminosas hacia el cielo. El material del cajero será piedra natural y la propia lámina de agua condicionará la temperatura de color, influyendo en la tonalidad de colores y su viveza.
La instalación contará con un sistema de telegestión y control que permitirá regular los niveles de iluminación y la variedad cromática en función de los eventos que se pretendan destacar. Son proyectores específicamente diseñados para iluminación monumental exterior, capaces de resaltar amplias estructuras a más de 30 metros de distancia y mezclar distintas tonalidades de color.
Los focos serán, además, eficientes energéticamente, ya que se ha optado por una solución basada en iluminarias LED. De esta forma, se permite una regulación amplia con variación de niveles y una menor potencia. Se consideran también inteligentes porque tienen la capacidad de integración en redes de datos, que permiten compartir información sobre su estado y funcionamiento.
Queda por ver si el Ayuntamiento sigue adelante con esta instalación, aunque todo apunta a que así será, y si, una vez más, las protestas de las organizaciones ecologistas que intentan proteger este entorno serán desoídas.