Entre ellas, las luces LED de las lámparas
A partir del 1 de septiembre, entra en vigor una nueva etiqueta energética para las fuentes de iluminación, como las luces LED de las lámparas, que deroga la anterior. Como hasta ahora, esta nueva etiqueta mostrará el consumo eléctrico del producto pero, además, incorporará información útil relacionada con la energía y el consumo. Servirá para ayudar a los consumidores a elegir productos más eficientes.
Uno de los grandes cambios que incorpora esta nueva etiqueta energética es la eliminación de los ‘+’ a la hora de clasificar la eficiencia del producto, en este caso, de las luces. Actualmente seguía el modelo de A+, A++, A+++, según el nivel de eficiencia energética. Sin embargo, desde este momento, la escala irá de la B a la G, siendo la B la mejor puntuación y la G la peor.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señalan que las etiquetas más comunes serán las de clase D e inferiores. La clase A queda desierta, «reservándose esta categoría para futuras mejoras tecnológicas», apuntan.
Además de esta modificación en la escala energética, la nueva etiqueta cuenta con otros elementos:
- Código QR. Para obtener más información sobre el aparato escaneándolo con el móvil.
- Consumo energético. Es específico para cada producto. En el caso del consumo de monitores y bombillas, se refiere a sus horas de uso, concretamente a 1.000 horas. Para los frigoríficos, es el consumo anual. Y en los lavavajillas, lavadoras y lavasecadoras se informa del consumo de 100 ciclos.
- Pictogramas. Indican el rendimiento y las características del producto. Según el dispositivo, el número y el tipo de pictogramas pueden variar.
La nueva etiqueta energética, ya en otros productos, además de en las luces LED
Las fuentes de iluminación como las luces LED son las últimas que han incorporado la nueva etiqueta energética en sus productos. El pasado 1 de marzo ya lo hicieron lavadoras, lavasecadoras, lavavajillas, frigoríficos, vinotecas, monitores y televisiones. Se puede consultar toda la información, por producto, en la web oficial de la OCU.
El sistema de la etiqueta energética se lleva utilizando desde 1992 para indicar la eficiencia de los electrodomésticos, de tal manera que cuando se acude a comprarlos se puede optar por aquellos más sostenibles y económicos.
En el caso de las fuentes de iluminación, las luces LED consumen menos que las bombillas tradicionales, pero son más caras. A pesar de ello, desde la OCU aseguran que «compensan por su menor consumo a largo plazo». Actualmente, cerca del 12% del consumo eléctrico de una casa se destina a la iluminación. Por ello, el hecho de que duren unos 20 años, también «se nota en el bolsillo de los consumidores», apostillan.
Estos cambios en la etiqueta energética que afecta a las luces y a otro tipo de productos relacionados se enmarcan dentro del proyecto Label 2020 que busca ayudar y armonizar la transición al nuevo etiquetado energético.
Afectará a una gran variedad de actores, desde fabricantes, administraciones públicas y distribuidores hasta los propios consumidores. Se trata de un proyecto europeo que recibe financiación de Horizon 2020 de la Comisión Europea.
Asimismo, se encuentra dentro del Proyecto BELT, en el marco de Horizon 2020 que tiene como objetivo facilitar el período de transición a la nueva etiqueta, informando y capacitando a todos los principales interesados y actores del mercado.
Además, pretende estimular a los consumidores a elegir productos con mejor rendimiento energético, y a los fabricantes a investigar y mejorar aún más sus productos, estimulando así la innovación y la inversión.
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