La celebración de festivales, el proyecto de instalar una noria y el espectáculo ‘Naturaleza Encendida’ lleva a los vecinos a señalar una «privatización del parque»
Esta martes, 26 de noviembre, se inaugura el espectáculo navideño ‘Naturaleza Encendida’, pero llega acompañado de protestas en su contra. Los vecinos del Parque Tierno Galván se van a manifestar, y no es la primera vez, contra lo que consideran una fuente de molestias, ruidos y sobre todo la «privatización de un bien y dominio público para lucrar a empresas».
Mientras que el Ayuntamiento defiende que ‘Naturaleza Encendida’ es positiva para la ciudad, su legalidad y la reducción del espacio empleado respecto a la anterior edición, los vecinos están en pie de guerra contra los numerosos usos privados que en los últimos tiempos se le está dando al Tierno Galván, con hasta tres festivales este año.
Denuncian el cerco de amplias zonas del gran pulmón verde del distrito, a la vez que tienen que lidiar con una afluencia fuera de lo común y la contaminación visual y acústica.
El Parque Tierno Galván, convertido en ‘eventódromo’
Esta es la principal queja de los vecinos: el pulmón verde de Arganzuela se ha convertido en un ‘eventódromo’. El espacio se presta a ello, pues es uno de los parques más grandes de la capital (45 hectáreas) y cuenta con un anfiteatro al aire libre con capacidad para 5.000 personas. Pero el número de eventos celebrados se ha convertido en un goteo constante.
En lo que llevamos de año ya han sido tres los festivales celebrados en este espacio: el ‘Festival Alma’ (ocupó dos fines de semana), el ‘Pompä Open Air’ y el ‘Brunch Electronik’ (otros dos fines de semana). En estos casos la privación de una parte del parque fue lo de menos, según los vecinos, ante la necesidad de lidiar con la suciedad, la afluencia de personas y el ruido, que excedió el límite legal (55) por más de 20 decibelios, existiendo viviendas a menos de 150 metros.
Otra propuesta que ha enfadado especialmente a los vecinos es la de instalar una noria en el propio parque. Una idea en fase muy incipiente pero cuyos estudios previos ya han costado casi 50.000 € a las arcas municipales. Los responsables políticos la justifican hablando de «revitalizar la zona y convertirlo en un nuevo atractivo para la ciudad«, ya que consideran el parque «deteriorado«. Más Madrid y parte de los vecinos se sitúan en contra, y aprovechan para recordar la falta de servicios mucho más urgentes, como el esperadísimo centro de salud de Méndez Álvaro.
Pero lo que motiva las últimas protestas es el espectáculo navideño ‘Naturaleza Encendida’, que se celebra en el Tierno Galván por segundo año consecutivo tras tener su sede en el Jardín Botánico.
‘Naturaleza Encendida’, un éxito navideño con fuerte contestación social
En la última década los espectáculos navideños han surgido como un atractivo fundamental para el turismo invernal. Y dentro del sector, ‘Naturaleza Encendida’ tiene sin duda uno de los mejores montajes.
El evento es básicamente un espectáculo de luces y sonido ambiental, pero con una elevada excelencia técnica. La empresa habla de «una experiencia mágica que convierte el Parque Enrique Tierno Galván en un mundo donde todo cobra vida«. Este año su temática es ‘Life’ y consistirá en la representación de los tres grandes reinos naturales: el acuático, el terrestre y el aéreo.
‘Naturaleza Encendida’ ocupará 60.000 metros cuadrados del parque, entre este 26 de noviembre y el próximo 6 de enero (sin contar los días de montaje y desmontaje).
Uno de los argumentos esgrimidos por el Ayuntamiento ante las protestas es que es mucho menos espacio que el ocupado el pasado año, 20.000 metros cuadrados menos. Su horario es de 18 h a 22.45 h, con pases de 45 minutos, y los precios van de los 14,50€ y los 30€.
Las organizaciones detrás de la protesta, convocada a las 18 h en la explanada junto al Planetario, son una mezcla de asociaciones vecinales y ecologistas: Delicias para Tod@s, El Barrio no se tala, Nudo Sur, Pasillo Verde Imperial y Ecologistas en Acción. Bajo los lemas «no a la privatización de nuestro espacio público«, «no a la contaminación lumínica» y «no al daño ambiental» su postura se define por ser contrarios a actividades de lucro privado y a señalar el impacto medioambiental sobre fauna y vegetación.
Las razones detrás de la protesta
Los convocantes no solo han lanzado protestas en las calles contra ‘Naturaleza Encendida’, también han recurrido al derecho. En su comunicado conjunto se apela tanto al artículo 206 de la Ordenanza General de Protección del Medio Ambiente Urbano, que prohíbe la privatización de bienes de dominio y uso público, como a la la Ley de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera sobre Contaminación Lumínica, que obliga al Ayuntamiento a realizar los esfuerzos que estén en su mano por minimizar el impacto de este tipo de contaminación.
Estas organizaciones han llegado incluso a los tribunales, con una denuncia por lo Contencioso-Administrativo presentada hace unas semanas y admitida a trámite.
Sus reivindicaciones se resumen en frenar inmediatamente ‘Naturaleza Encendida’ mediante retirada de la licencia y no volver a permitir eventos privados en el parque, y en que la Ordenanza contra la Contaminación Acústica y Térmica extienda su protección a la contaminación lumínica.
En el parque anidan cotorras argentinas, pájaros carpinteros, mirlos y currucas capirotadas, además de numerosos insectos, y las asociaciones denuncian que estos eventos están disminuyendo su presencia y alterando sus patrones de comportamiento.
Añaden finalmente la comparativa con Barcelona, donde el espectáculo organizado por la misma empresa, ‘Let’s go’, ha sido cancelado de mutuo acuerdo tras la presión ciudadana. Sí estará presente en los Reales Alcázares de Sevilla.
La defensa del Ayuntamiento
Frente a las protestas contra ‘Naturaleza Encendida’, el Ayuntamiento y la empresa organizadora han querido salir en su propia defensa.
La corporación municipal ha defendido la aprobación del espectáculo describiéndola como una alternativa cultural y de ocio positiva para la ciudad, y afirman haber tomado medidas para minimizar las molestias a los vecinos, y que de esta forma se mejore la convivencia en la nueva edición. En 2023 hubo más de 300.000 visitantes. Además, argumentan que en esta ocasión no hay contaminación acústica, pues el único sonido es la música ambiental.
Por su parte, la empresa ‘Let’s go’ ha defendido la sostenibilidad de su actividad. Cumplen con los controles y licencias municipales, cada vez más exigentes precisamente por el fuerte impacto de otros espectáculos realizados en el parque; no generan residuos ni tienen música alta, los vecinos pueden hacer uso del parque hasta un par de horas antes de la apertura de puertas y han contratado los servicios de una consultora independiente que auditará el impacto medioambiental, las emisiones de CO2 y otros objetivos relacionados con la Agenda 2030, como la paridad en la contratación de trabajadores.
Finalmente, respecto a la convivencia con la flora y fauna del parque, añaden que están asesorados por expertos, gracias a lo que toman medidas como protecciones de neopreno para los anclajes, o usar lúmenes con una intensidad mucho menor que los de una farola. Y añaden que al final es un espacio urbano, con especies que conviven todos los días con la actividad humana.
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» no hay contaminación acústica, pues el único sonido es la música ambiental.»
No es música, es una cancioncita que se repite cada treinta segundos durante horas y horas. Vivir cerca es como estar encerrado dentro de una de esas luces de navidad que repiden las mismas veinte notas una y otra vez.
Además de que supuestamente cerraban a las 22:30, y sin embargo ni una sola noche han parado la música ni siquiera a las once y media, llegando las primeras noches hasta la una y pico de la mañana.
Es asqueroso lo barato que sale comprar una alcaldía para que se salte todas las leyes de contaminación acústica. Especialmente grave cuando la policía no hace nada porque no va a ir contra la alcaldía.