Este espacio se remonta 500.000 años para mostrarnos la capital desde sus inicios prehistóricos
Madrid es una de las ciudades más cosmopolitas de España y del mundo. Capital europea con una población de más de 6 millones de personas en su área metropolitana, es turística, monumental, frenética e insomne; una ciudad viva en todas sus acepciones. Así es ahora. Sin embargo, ¿cuál es la historia que ha hecho de ella lo que hoy conocemos?Ubicado en el barrio de La Latina, concretamente en la Plaza de San Andrés, el Museo de San Isidro nos presenta un Madrid diferente, una imagen de la ciudad desde sus orígenes prehistóricos hasta la llegada de la Corte en 1561 por orden de Felipe II. Y todo ello es posible gracias a innumerables muestras arqueológicas, vestigios romanos y demás piezas que el paso del tiempo ha ido dejando.
La entrada es gratuita y abre sus puertas durante el año de martes a domingo entre las 9:30 y las 20h. En temporada veraniega – del 16 de junio al 15 de septiembre – su horario se reduce y abre de 10 a 19h. Los únicos días que cierra a público son el 1 y 6 de enero, el 1 de mayo y el 24, 25 y 31 de diciembre.
500.000 años de antigüedad
También conocido como Museo de los Orígenes, este espacio divide la historia de la villa de Madrid en cuatro apartados históricos. El Paleolítico será el punto de partida, con una generosa muestra de restos fósiles de hasta 500.000 años de antigüedad. En el segundo y tercer tramo se presenta el desarrollo de la ciudad como sociedad agraria y se adentra en el Madrid Romano para, finalmente, acabar con la fundación islámica de la ciudad, su incorporación al reino castellano y la llegada de la corte con Felipe II.
Además de su colección permanente, cuya procedencia es principalmente del desaparecido Instituto Arqueológico y del Museo Municipal de Madrid, también cuenta con un espacio para colecciones temporales. La última se celebró durante el pasado año 2016.
Casa de San Isidro
Pero, este espacio no siempre ha sido hogar para los restos del origen de Madrid, sino que es una joya en sí mismo. Según la tradición, en este emplazamiento se encontraba la casa de los Vargas, amos de San Isidro. De ahí a que, popularmente se conozca al edificio como Casa de San Isidro, puesto que aquí vivió y murió el patrón de la ciudad.
El edificio original, que data del siglo XVI, fue construido por la familia de los Lujanes y era usado en sus inicios para alojar al Nuncio al considerarse como uno de los palacios más importantes de la Villa madrileña. A partir de entonces sus propietarios fueron los condes de Paredes, que construyeron, entre los siglos XVII y XVIII, la capilla en honor a San Isidro y que a día de hoy todavía se conserva.
Vestigios de una casa milenaria
Además de la capilla, de la edificación primigenia también ha llegado hasta nuestros días su hermoso patio renacentista del siglo XVI, cuyo interior alberga destacados iconos madrileños como el oso y el dragón que en su día fueron caños de la Fuente de Cibeles. Destaca también el llamado ‘pozo del milagro’, lugar donde, según cuentan, el santo madrileño salvó a su hijo de morir ahogado.
Otros de sus atractivos son el Jardín Arqueobotánico, con una muestra de vegetación documentadas del Madrid medieval o su Almacén Visitable, situado en el sótano del edificio. Este último guarda innumerables piezas arqueológicas, por períodos culturales, pero que no están expuestas en la sala principal por falta de espacio.
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