Alberga una exposición, después de casi 20 años de abandono
Madrid ha recuperado la montaña artificial del parque de El Retiro, popularmente conocida como ‘Montaña de los Gatos’ por haber sido en el pasado un espacio habitual para las colonias de felinos que poblaban este enclave de la capital. Levantada en el siglo XIX por el rey Fernando VII, es uno de los tesoros históricos más populares de los Jardines del Buen Retiro. Después de casi 20 años cerrada y tras ocho meses de trabajos, reabrió en julio, con algo de retraso, pues estaba previsto para mayo.
La parcela donde se encuentra llega desde la esquina noreste de los Jardines del Buen Retiro -junto a la confluencia de la calle O’Donnell y la avenida de Menéndez Pelayo-, hasta los parterres colindantes y la Casita del Pescador. Es un terreno terrizo que se ve al cruzar la puerta e ingresar al parque, y que llevaba 18 años inactivo. Desde ahí, se percibe la zona más representativa de la montaña, con las láminas de agua, la cascada y la abundante vegetación.
La reforma, que ha supuesto una inversión de 2,1 millones por parte del Ayuntamiento de Madrid, comenzó en octubre de 2022 con el fin de recuperar esta joya que se cerró por la falta de seguridad y quedó abandonada. Uno de los objetivos prioritarios de estos trabajos ha sido el tratamiento y la eliminación de las humedades producidas por filtraciones registradas en el interior de la sala y en la bóveda de montaña.
Exposiciones
Así, este lugar recobra de nuevo su esencia original, y tanto madrileños como turistas pueden volver a visitarlo. Además, vuelve a acoger exposiciones y otros actos culturales, como anteriormente.
Concretamente, desde el 26 de julio, acoge una muestra temporal en su espacio abovedado interior, que permitirá conocer la historia de la Montaña de los Gatos, así como el detalle de los trabajos que se han llevado a cabo para su recuperación integral. La exposición estará abierta de 11 a 13 h y de 18 a 20 h.
La reforma de la montaña artificial de El Retiro ha respetado en todo momento la construcción original de la bóveda, su elemento principal, formado por una cúpula de 11 metros de altura y 14 metros de diámetro, volumen que se mantiene.
Este espacio abovedado de planta circular abierto albergaba antaño las exposiciones. Cuenta con un óculo superior del que nacen cuatro galerías abovedadas, que discurren por el interior del cerro artificial: la que está en perpendicular a la calle O’Donnell funciona como acceso, y las otras tres nacen en el interior y avanzan bajo la montaña en direcciones opuestas hacia los estanques, buscando la caída de agua de las cascadas exteriores.
Por otro lado, la montaña fue construida para ser ‘enterrada’ con tierra y vegetación creando sobre ella la montaña artificial. Esta cubrición se ha mejorado para evitar las humedades.
En el entorno, se han llevado a cabo varias actuaciones en relación a los pequeños senderos ajardinados ascendentes en torno a la montaña, que están rodeados de estanques sobre los que vierten tres cascadas artificiales con un sistema hidráulico de recirculación. Por un lado, se han recuperado las cascadas y las láminas de agua. Por otro, se han adaptado las zonas arbustivas y el patrimonio vegetal.
Dentro del propósito de devolver el espíritu original a este espacio, además de la
estructura también se ha restaurado el trazado interior de la montaña y se ha renovado el firme de los caminos que integran este recorrido.
Los elementos patrimoniales del conjunto se han revalorizado, y se ha renovado la iluminación y la red de riego, adaptada a la nueva vegetación. Como resultado, la visión que se tiene ahora del parque desde la plataforma superior de observación ha mejorado notablemente.
Hallazgos: una galería de agua y los contrafuertes de la bóveda
Al margen de los trabajos de recuperación, durante la realización de estas obras se han producido hallazgos arqueológicos relevantes en la montaña de los gatos de El Retiro, que incrementan aún más el interés y el valor de este espacio. En concreto, se ha encontrado un viaje de agua que conducía a una noria, anterior a la construcción del parque.
Los viajes de agua conformaban el sistema utilizado hasta mediados del siglo XIX en Madrid para la distribución de agua a través de una gran red de galerías subterráneas. Estos restos arqueológicos van a quedar a la vista de los visitantes a través de una pantalla de cristal.
Junto a ello, también han aparecido los contrafuertes originales que han sujetado la bóveda desde su construcción y parte de ellos también permanecerán descubiertos a partir de ahora, con el fin de que puedan ser contemplados por el visitante a través de un cristal.
Historia de la montaña artificial de los gatos de El Retiro
La montaña artificial es una estructura del siglo XIX ordenada por Fernando VII. Su construcción, concebida como un capricho de jardín de carácter arquitectónico, comenzó en 1817 a cargo del arquitecto Bernardino Berogán en una zona declarada por el monarca como Reservado de El Retiro. Desde este momento, el paso quedó restringido al público y su uso limitado exclusivamente a la realeza.
En el proyecto se añadieron otras edificaciones como la Casa del Pescador, la Casa del Contrabandista, la Casa del Pobre, la Casa Rústica, la Pajarera, la Casa de Fieras o el Embarcadero del Estanque Grande. Su uso se mantuvo durante el siglo XIX y después quedó en abandono, hasta que en 1986 fue rehabilitado como casa de exposiciones.
La última exposición que se realizó en la galería fue en 2002 y duró un año. Desde 2004, el Ayuntamiento de Madrid no había llevado a cabo ninguna actuación en la estructura. En 2018, coincidiendo con el 150 aniversario de El Retiro, se convocó un concurso público para la rehabilitación del espacio, que quedó desierto.
