- El número trece es símbolo de desgracia desde los tiempos de la última cena de Cristo.
- Marte, dios de la guerra, se asocia con violencia, peleas y el mal.
- El mal fario se puede combatir con sus antídotos, los rituales para sacudirse la mala suerte.
Hoy es martes y trece. Sí, día de mala suerte. Sí, es mejor no casarse ni embarcarse… Poca gente lo confiesa pero, en el fondo, todos somos un poco supersticiosos. En España tenemos esa idea de pensar que este es un día aciago y que es mejor no tentar a la suerte en un día como hoy. Pero esa especie de temor incomprensible no es nada nuevo, viene de lejos. ¿Cuál es el origen de esta superstición? El número 13 tiene mala fama, y el martes, también, así que juntos hacen una combinación de temer.
En nuestra cultura, la aversión al número 13 puede tener su origen en la última cena de Jesucristo, en la que había 13 comensales. La gente rechaza sentarse en una mesa en la que se reúne ese número de personas. También es ese el número de espíritus malignos en la Cábala judía, y el número del capítulo del Apocalipsis en el que se habla de la llegada del Anticristo. Una cifra de mal agüero, sin duda.
Hasta tal punto llega la aversión a este número que hoy en día se sigue renegando de él; hay muchos edificios que no tienen planta trece, y en los aviones, donde no conviene tentar a la suerte, especialmente si se tiene que volar en un día de tormenta, se pasa directamente de la fila 12 a la 14. Como muestra conocida de rechazo a este número, tenemos a Ángel Nieto, una leyenda del motociclismo quien, haciendo gala de superstición y originalidad, nos recordaba siempre sus “doce más uno” campeonatos mundiales…
Marte, dios de la guerra
Por su parte, Marte, de quien viene el nombre del día de la semana en cuestión, es el dios de la guerra en la mitología romana, que se asocia con muerte, peleas y destrucción. Constantinopla cayó el martes de mayo de 1453 e implicó, en aquel momento, una gran crisis para la comunidad cristiana, que se encargó de extender por el mundo su opinión poco favorable acerca de este día. Además, la leyenda dice que un martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel, que originó gran caos y confusión.
Si juntamos ambos elementos terribles, tenemos una combinación de asustar. Dice el refrán: «el martes, ni te cases ni te embarques, ni de tu casa te apartes», así que sería mejor no emprender ningún proyecto importante, porque podría ser que la desgracia propia del día lo truncase. Y el martes y trece se asocia a todo tipo de desgracias y mala suerte. Todo sin base científica, desde luego.
Otras supersticiones y buena suerte
Sin embargo, este no es el único mal agüero que sobrevuela nuestras cabezas supersticiosas. Pasar por debajo de una escalera, tirar la sal, que se nos cruce un gato negro, abrir un paraguas en un sitio cerrado, unas tijeras abiertas, romper un espejo, un sombrero encima de la cama, las serpientes en general y mil cosas más… son circunstancias de las que la gente supersticiosa huye como de la peste.
Pero no todo son peligros que nos acechan, también existen otro buen puñado de circunstancias y rituales que nos dan buena suerte: encontrar un trébol de cuatro hojas, llevar una pata de conejo, tirar monedas a un pozo o a una fuente, apagar las velas de una tarta de un solo soplido, colgar una herradura detrás de una puerta… Y para hacer frente a las adversidades, a tocar madera y a cruzar los dedos por si acaso, aunque lo mejor es hacer caso a la frase que dice eso de: “Yo no soy supersticioso… trae mala suerte».
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