- El joven patinador madrileño logra su tercer campeonato europeo, que se celebró esta semana en Estocolmo (Suecia).
- Después de ganar en 2013 y 2014, se convierte en el primero en conquistar tres oros seguidos, desde 1989.
- Javier, que reside en Toronto, brindó su triunfo a través de Twitter: «¡He conseguido mi tercer titulo Europeo! ¡Gracias por estar ahí!»
Ya son tres oros. Los patines del madrileño Javier Fernández, el mejor patinador artístico que ha tenido España, volvieron a deslumbrar en un campeonato europeo, esta vez en Estocolmo (Suecia), haciéndole merecedor de la victoria. Esta hazaña lo convierte no solo en un ídolo en nuestro país y en Europa, sino también en el primero en lograr tres oros consecutivos en esta modalidad desde 1989.
Javier, que en abril cumplirá 24 años, fue campeón el año pasado en Budapest, y el año anterior, en Zagreb. Tres victorias seguidas, que solo había logrado el soviético Alexander Fadeev entre 1987 y 1989, cuando Javier aún no había nacido y cuando los del Este eran los reyes del patinaje sobre hielo. Ahora, este deporte empieza a hablar español.
Esta vez ha conquistado el Europeo con un brillante espectáculo al ritmo de El Barbero de Sevilla de Rossini, que le dio 173,25 puntos, después del programa corto que ofreció el miércoles pasado bajo el son del rock Black Betty, del grupo estadounidense Ram Jam, y que le brindó 89,24 puntos. Llegaba al programa libre ya con una ventaja de 8,18 puntos por delante de Voronov, que le seguía los pasos. En total los 262,49 puntos de ambas actuaciones le dieron el oro. Compartió el podio con los rusos Maxim Kovtum, que obtuvo 235,68 puntos, y Sergei Voronov, con 233,05.
Celebración a través de Twitter
Un eufórico y feliz Javier anunciaba su éxito en su Twitter, donde también había pedido anteriormente el apoyo de todos sus seguidores: «¡He conseguido mi tercer titulo Europeo! ¡Gracias por estar ahí!» gritaba en la red social, y agradecía a todos su apoyo, en inglés y en español: «Oh what a Night! Thanks for being there! ¡Noche de celebración! ¡Gracias por vuestro apoyo!» (¡Qué noche. Gracias por estar ahí).
Otro español y madrileño, Javier Raya, representó con mucha honra a nuestro país y acabó en decimocuarta posición, con 173,70 puntos. Ha sido hasta el momento su mejor resultado en unos campeonatos europeos, superando la decimosexta posición que logró en 2013 y la decimooctava de 2014.
El tricampeón europeo de patinaje artístico comenzó su andadura en este deporte a los seis años, en el club ‘Igloo’ de Madrid. «Mi hermana vio por la televisión un campeonato de patinaje y decidió empezar a patinar. Cuando yo vi como entrenaba me gustó y empecé a practicarlo también», ha explicado en alguna ocasión. Siempre ha sido un gran amante del deporte; ha practicado fútbol, tenis y hockey sobre hielo, «pero al final me decidí por el patinaje», confiesa.
Ha sido varias veces campeón de España en las categorías júnior y senior y es de los pocos que llega a hacer con consistencia dos saltos cuádruples distintos en el mismo programa. Participó en las Olimpiadas en Vancouver 2010 y en Sochi 2014, donde fue el abanderado de España y acabó cuarto. Y logró una medalla de bronce en el pasado Mundial de Patinaje Artístico, que tuvo lugar en London (Canadá).
Vida en Toronto
Actualmente reside, estudia y entrena en Toronto (Canadá), con el antiguo patinador Brian Orser. «Siempre he tenido una vida como cualquier otro niño, o por lo menos lo he intentado. A veces no me podía ir mucho tiempo de vacaciones o salir mucho con mis amigos porque tenía que entrenar, pero en general creo que he llevado mi vida como una persona normal», dice el joven, que se ha hecho ya un nombre en el deporte español y que ha conseguido poner en boca de todos una modalidad poco seguida en nuestro país, como es el patinaje sobre hielo.
Este maestro de los patines se desvive sobre la pista: «La sensación de la velocidad cuando patinas y sobre todo todas las sensaciones cuando ganas un campeonato o haces unos buenos programas después de tanto trabajo hecho todos los días… realmente es muy satisfactorio». Esa pasión le ha llevado a lograr lo que siempre había soñado y le coloca en un camino donde todavía le queda mucho por conquistar.