El Instituto San Isidro es el centro educativo más antiguo de Madrid
Los hermanos Machado, Lope de Vega, Víctor Hugo, María Zambrano, Nicolás Salmerón, el Rey Juan Carlos I, Santiago Segura… A priori, parece una lista de nombres sin demasiada conexión entre sí, ¿verdad? Escritores, pensadores, filósofos, políticos, actores o incluso personajes de la realeza, pero todos con algo en común: el Instituto San Isidro.
En el número 39 de la calle Toledo, a escasos metros de la Plaza Mayor se alza el centro educativo más antiguo de Madrid, cuya andadura comienza en 1346 bajo el nombre de Estudios de la Villa. Más tarde, en 1603, pasa a ser el Colegio Imperial y, en 1625, vuelve a cambiar su nomenclatura por Reales Estudios de San Isidro.
Pero no es su longeva historia, sino el valor de quienes han ocupado sus aulas, lo que ha hecho al San Isidro un instituto de renombre. Tal es así, que puede presumir de haber acogido a cuatro alumnos que, en el futuro, llegarían a ser galardonados con el premio Nobel.
Cela y Aleixandre, hombres de Letras
Camilo José Cela fue un alumno, cuanto menos, polémico a lo largo de sus años de formación. Expulsado en varias ocasiones de centros anteriores, este escritor y periodista gallego acabó en el San Isidro en 1934, donde terminó sus Estudios Secundarios. Con la carrera de Medicina bajo el brazo fue galardonado en numerosas ocasiones por su aportación a las letras hispanas, destacando su Premio Nobel de Literatura en 1989.
Erudito también de las Letras, Vicente Aleixandre, estandarte de la Generación del 27, recibió el cúlmen del reconocimiento a su poesía con el Premio Nobel de Literatura en 1977. Coetáneo de Rubén Darío o Antonio Machado y heredero de la burguesía española, pasó su infancia en Málaga hasta su traslado a Madrid, donde visitó durante una temporada las aulas del Instituto San Isidro.
La versatilidad de Benavente y Echegaray
Decía Jacinto Benavente que «muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de tener talento». Y esto es precisamente algo que no le faltaba a este genial ex alumno del San Isidro: talento. Dramaturgo de corazón y cineasta de profesión, recibió también el Nobel de Literatura en 1922.
Pero Benavente no fue el único dramaturgo en pasar por el instituto madrileño y ganar esta distinción literaria. José Echegaray, que además fue también ingeniero, matemático y político, ingresó en el centro educativo en 1846 para realizar sus Estudios Secundarios. A lo largo de su carrera fue un prolijo ensayista, llegando a introducir en España grandes aportaciones a la matemática y a la física como la teoría de Galois o las funciones elípticas.
Grandes nombres para una longeva escuela, que ha sobrevivido a los años adaptándose a las circunstancias y aportando su granito de arena en la formación de algunas de las mentes más preclaras de la historia española.
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