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Matadero de Madrid expone una muestra de nacimientos internacionales en ‘Noche de Luz’.
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Hasta el 6 de enero se podrán descubrir las tradiciones navideñas de 112 países a través de más de cien pesebres.
218 belenes pertenecientes a 112 países y con más de 3000 figuras se podrán contemplar estas Navidades en Matadero de Madrid. ‘Noche de Luz’ es una muestra de pesebres internacional que abarca las más variadas tipologías, autores y estilos y estará hasta 6 de enero en el Auditorio, con excepción de los días 24, 25 y 31 de diciembre y 1 de enero.
Desde los sencillos y animistas belenes africanos, hasta la contenida y palpitante espiritualidad de los belenes asiáticos o del Pacífico; desde la ingenuidad e indigenismo de los belenes de América del Norte, hasta la variedad multicolor de los de América Central y del Sur, donde Perú y México brillan con luz propia, este recorrido internacional mostrará algunas tradiciones navideñas de estos países.
Y, en Europa, se trasladará al visitante de los maravillosos nacimientos italianos, sicilianos, polacos, checos, eslovacos, alemanes, franceses, daneses, suizos, rusos… a la imprescindible presencia de los nacimientos portugueses y españoles. Ya en otro contexto, otro de los belenes destacados que pueden contemplarse en diversos puntos de Madrid durante estos días es el instalado en CentroCentro, en Cibeles, obra del belenista José Luis Mayo.
Historia de los belenes
Parece ser la que la primera celebración navideña en la que se montó un belén -esta representación plástica del nacimiento de Jesucristo, que se suele exponer durante las fiestas de Navidad, sobre todo en la tradición católica- fue en la Nochebuena de 1223 y lo realizó San Francisco de Asís, en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia). Se celebró la misa nocturna representando el nacimiento mediante un pesebre (sin niño), una mula y un buey.
Tras esta primera ocasión, que puede asimilarse más a un drama litúrgico, se fue popularizando la instalación de belenes en las iglesias durante la Navidad, con figuras de terracota, cera o madera en vez de seres vivos.
A partir del siglo XIV el montaje de los belenes por Navidad se consolidó como tradición en la península itálica y fue pasando al resto de Europa, al principio como práctica eclesiástica, posteriormente aristocrática y finalmente popular.
Como dato curioso, fue en San Cristóbal de La Laguna en Tenerife en el siglo XVII, donde se expuso por primera vez de forma pública un Portal de Belén para disfrute de todos los vecinos. Ha sido tanta la tradición de los belenes que ya en el siglo XIX apareció el arte (o afición artesana) del belenismo, que en general se practica a través de asociaciones belenistas.
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