- La obra, del artista Javier de Juan, puede verse sobre la fachada del edificio de Tabacalera, en la glorieta de Embajadores.
- La proyección estará visible hasta el 17 de febrero, de 19:00 a 24:00h.
- Se trata de una propuesta sobre el movimiento en las ciudades.
Las paredes de la ciudad no son un conjunto de ladrillos con sus ventanas y balcones, ahora están vivas. El artista Javier de Juan ha creado el proyecto ‘La Ciudad Invisible’, que se puede observar en forma de proyección sobre la fachada del edificio de Tabacalera, en la glorieta de Embajadores. La obra consiste en una serie de imágenes en las que se expresa el movimiento de la ciudad y las personas que la habitan.
El pintor, dibujante, ilustrador, director de cine y videoarte, aborda -desde muy diversos lenguajes artísticos- su interés por la ciudad, su arquitectura, su movimiento y las tipologías humanas. La proyección sobre la fachada del edificio de Tabacalera es el resultado de un proceso de siete años de investigación sobre la síntesis del movimiento, y en él han colaborado productoras de animación españolas, norteamericanas, holandesas y egipcias.
La proyección, que se puede ver ininterrumpidamente de 19:00 a 24:00 horas hasta el 17 de febrero, muestra al espectador una ciudad que responde al refinamiento y también al movimiento cotidiano de los personajes que transitan por ella. Es una evocación abierta y simbólica, vinculada al concepto de globalización, con las ciudades y el comportamiento de sus habitantes como un lenguaje común. Javier de Juan plasma así su estudio y profunda comprensión del movimiento humano en el espacio y la trascendencia de ese conocimiento tanto para el individuo como para la comunidad. (Viagra)
Un laborioso trabajo técnico
Con un software específico para el proyecto de captura de movimiento, basado en giroscopios y acelerómetros, se rodó a una veintena de actores y actrices con una especial formación en expresión corporal, dirigidos por el artista. Posteriormente un equipo de modeladores, construyó los personajes a los que se iban a aplicar los movimientos capturados. Los personajes fueron animados para pulir los gestos de la cara y los movimientos de manos.
Finalmente, se iluminaron de forma muy sutil, buscando, no un efectismo teatral, sino un resultado que permitiese el máximo rendimiento visual del movimiento en estado puro, y de tal manera que permite que la imagen pueda ser proyectada sobre cualquier superficie y a gran tamaño, como la fachada de un edificio, para disfrute de todos los viandantes.
Si te ha gustado este artículo, déjanos un comentario. También puedes regalarnos tu Me gusta en nuestro Facebook y seguirnos en Twitter.