Los vecinos hablan de los pros y los contras de residir en una zona tan visitada
Quienes conozcan La Latina estarán de acuerdo conmigo, es un barrio donde es casi imposible aburrirse. La oferta de ocio es inigualable, su impronta histórica es una de las más marcadas de Madrid y recibe cientos de visitas a diario. Pero La Latina no es solo de paso, es el hogar de miles de madrileños que también celebran las bondades de uno de los barrios más cosmopolitas de la capital.Por eso, hoy en El Mirador de La Latina hemos querido conocer la opinión de sus vecinos, aquellos que viven su día a día, que disfrutan de su barrio y que, pese a que en ocasiones también lo sufren, se enorgullecen de él.
Consecuencias de vivir en el centro
Está bien, no vamos a negar que el paso de tanta gente durante el día y, principalmente, durante la noche, no trae consecuencias. De unos años a esta parte se ha disparado el número de locales de hostelería en la zona, provocando altos niveles de ruido o la aparición de gran cantidad de desperdicios. Su variada oferta de ocio, concentrada en calles específicas como es el caso de la Cava Baja ha traído consigo una masificación de visitantes tanto de otras partes de Madrid como de fuera de la ciudad
Tampoco podemos olvidar la proliferación de viviendas de uso turístico para quienes llegan a la capital atraídos por su actividad. Hechos como estos dificultan notablemente la rutina diaria de los vecinos de La Latina haciendo que, en ocasiones no sea fácil habitar en el barrio. Entre algunas de sus proclamas más demandadas se encuentra la falta de un espacio deportivo. Algo que llevan pidiendo durante años, tras el cierre de su piscina municipal situada antaño en La Cebada.
Sin embargo, desde la Asociación de Vecinos de Las Cavas lo tienen claro: «el barrio tiene también muchos aspectos positivos. Su arquitectura, su historia pasada y reciente, el transporte, sus comercios artesanales…». Además, señalan, «el hecho de estar tan céntricos nos permite ir andando a casi cualquier lado», mientras se disfruta por el camino de las mejores vistas del Madrid de los Austrias.
La unión hace la fuerza
Como Asociación vecinal, una de las cosas que más tratan de proteger y conservar es precisamente el hilo que une a sus habitantes. Luchan para que los cambios del barrio sirvan realmente para mejorar sus vidas y no para que tengan solo un fin turístico y deje de lado los valores urbanísticos de la zona.
Los temas más recurrentes en su día a día versan entorno a las obras de mejora de la zona: que haya guarderías y colegios bien equipados y con instalaciones dignas, zonas deportivas, espacios ajardinados y un largo etcétera. Como apuntan con vehemencia desde AVCavas, «si la Asociación y sus miembros se pelean por el barrio es porque nos gusta, lo queremos e intentamos conservarlo. Entre otras cosas, porque nos encanta vivir aquí y nos sentimos en la obligación de cuidarlo y mejorarlo».
Y, aunque podría parecer que su condición de zona tan visitada de la ciudad podría haber despersonalizado el barrio y eliminado la cercanía entre sus habitantes, nada más lejos de la realidad. «Pese a estar tan céntricos, seguimos siendo un barrio», dicen en el sentido más estricto de la palabra, pues «los vecinos y vecinas seguimos conociéndonos e interactuando entre nosotros».
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