La plaza de la Cebada o la Basílica de San Francisco el Grande, lugares emblemáticos de La Latina
Hoy, te invitamos a dar un paseo por nuestro barrio, La Latina, uno de los más antiguos y castizos de Madrid. Debe su nombre a Beatriz Galindo, escritora y humanista nacida en Salamanca quien, durante el reinado de los Reyes Católicos y por su dominio del latín, se convirtió en preceptora en esta materia de la Reina Isabel y sus hijas ,y se la apodó como ‘La Latina’.
En 1499, fundó el Hospital y Convento de la Concepción de Nuestra Señora, situado en la Plaza de la Cebada, donde hoy se levanta el Teatro La Latina, en una gran manzana que ocupaba parte de la actual calle de Toledo.
Si bajas en la estación de Metro de La Latina, en la línea 5, te encuentras en medio de la Plaza de la Cebada, uno de los puntos de referencia del barrio. Allí se ubica el mercado del mismo nombre, uno de los más populares de Madrid, y el teatro mencionado.
La calle de Toledo cruza esta plaza. Si la tomas en dirección a la Plaza Mayor, te encuentras con la Colegiata de San Isidro, que durante muchos años fue considerada la Catedral de Madrid, hasta que se terminó de construir la de la Almudena. En ella se encuentran los restos de San Isidro, Patrón de la ciudad.
A su lado se encuentra el Instituto San Isidro. Se trata de uno de los centros de enseñanza más antiguos de la capital y por cuyas aulas han pasado literatos históricos como Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Pío Baroja, Antonio Machado… además de una larga lista de alumnos ilustres en la que encontramos cuatro premios Nobel de literatura: José Echegaray, Jacinto Benavente, Vicente Aleixandre y Camilo José Cela.
La Plaza de Cascorro, en La Latina, una puerta de acceso al Rastro
Siguiendo por la calle de los Estudios desembocas en la Plaza de Cascorro, que toma su nombre del cerco a esa ciudad durante la guerra de Cuba. La preside la estatua de Eloy Gonzalo, héroe en aquel cerco. De ella parte la Ribera de Curtidores, columna vertebral de El Rastro madrileño, un mercado que se visita los domingos con sus puestos al aire libre aunque cualquier otro día de la semana tiene sus tiendas abiertas para rebuscar en ellas y encontrar algún tesoro.
Por la calle de la Ruda, de las Maldonadas o de San Millán, vuelves a salir a la Plaza de la Cebada. Ahora te proponemos que la sigáis en dirección a la Puerta de Toledo. A ambos lados hay calles por las que es recomendable perderse y disfrutar de su encanto, como las de Calatrava, Humilladero, Santa Ana o la del Mediodía Chica y Mediodía Grande.
En la zona verás un pequeño monumento que mandó construir el conde de Moctezuma, alcalde de Madrid, para celebrar el regreso de Felipe VII a la ciudad, después de su exilio en Francia, y que es conocido como La Fuentecilla.
Cuadros de Goya en la Basílica de San Francisco el Grande
En la puerta de Toledo, girando a la derecha llegas a la Gran Vía de San Francisco. Allí está la Iglesia de la Paloma, en la plaza del mismo nombre. Más adelante se encuentra otro de los referentes del barrio de La Latina, la Basílica de San Francisco el Grande, que merece una visita para contemplar su riqueza artística, con cuadros de Goya, entre otros tesoros.
Detrás de la basílica está el parque de la Cornisa y, un poco más adelante, los Jardines de Las Vistillas, desde donde se puede disfrutar de una de las visitas mas hermosas de Madrid y donde se celebran fiestas tradicionales como las de San Isidro, el 15 de mayo.
Sube por la Carrera de San Francisco para regresar a la plaza de la Cebada, donde iniciamos nuestro paseo. A ambos lados podemos descubrir calles con un encanto especial, como la de San Isidro, de las Aguas, del Ángel o la de Tabernillas.
La Latina con más sabor árabe
Pero ahí no acaba todo. En esta zona se encuentra el mayor legado árabe del barrio. Plazas como la de los Carros, la de Puerta de Moros o la de San Andrés están ligadas a esta época de la historia de la ciudad.
En la de Humilladero desembocan dos de las calles más importantes y conocidas de nuestro barrio, la Cava Alta y la Cava Baja, con siglos de historia y que en la actualidad ofrecen a los visitantes una amplísima oferta gastronómica y de ocio. La Cava Alta tiene su inicio en la calle Toledo y la Baja, en la plaza de Puerta Cerrada, donde también comienza la calle de Cuchilleros y cuya prolongación es la Cava de San Miguel.
A lo largo del paseo te habrás encontrado con decenas de bares, tabernas, restaurantes, cafés, coctelerías…, en las que hacer un alto para reponer fuerzas. Recomendarte alguno es arriesgado por que la lista sería muy amplia. Pero en La Latina es difícil equivocarse, ya que toda la oferta gastronómica es de gran calidad.
Esperamos que el paseo te haya resultado agradable y te invitamos a seguirnos para ir conociendo poco a poco cada rincón de nuestro barrio.
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