Después de tres años de obras, el Hotel Ritz reabre sus puertas recuperando zonas históricas olvidadas
La lista de hoteles de lujo de Madrid vuelve a incorporar al Hotel Ritz, que reabre sus puertas tras permanecer cerrado por obras desde 2018. El edificio, que tiene 111 años, recupera al público más selecto, pero esta vez con unas instalaciones renovadas que han hecho aflorar rincones históricos olvidados.
El suntuoso hotel emerge restaurado por el arquitecto Rafael de La-Hoz y los interioristas franceses Gilles & Boissier. Han rescatado la gran bóveda de cristal oculta durante 80 años y han recuperado la altura original de 4 metros de las puertas de acceso. El Museo del Prado ha servido de inspiración para decorar sus interiores a través de cuadros de importantes artistas contemporáneos pero sin olvidar la estética barroca.
¿Qué diferencia al Ritz del resto de hoteles de Madrid?
El Hotel Ritz está en una zona artísticamente conocida como el ‘Triángulo Dorado del Arte’. Se ubica entre los museos del Prado y Thyssen, y al lado del Parque del Retiro. En otras palabras, está en una de las áreas más turísticas de la capital.
Se trata de un edificio de seis plantas con 100 habitaciones y 53 suites, dos de ellas con vistas al museo del Prado. Los cinco restaurantes y bares del hotel están bajo las órdenes del chef español Quique Dacosta, uno de ellos situado en su íntimo jardín.
Además, la reciente remodelación ha incluido en sus servicios zonas de relajación con piscinas, tratamientos de belleza y masajes, al igual que un gimnasio.
El primer hotel de lujo de la capital, que ahora reabre tras años de obras
El Hotel Ritz fue inaugurado el 2 de octubre de 1910, en los antiguos jardines del Teatro Tívoli, durante el reinado de Alfonso XIII y la alcaldía de José Francos Rodríguez.
Madrid ya contaba con importantes hoteles pero el rey quería que la ciudad estuviese a la altura de otras grandes capitales que contaban con los hoteles Ritz, como Londres y París, y pese a la oposición del concejal del Ayuntamiento Fernando Largo Caballero, el proyecto siguió adelante. El hotelero César Ritz, por el que recibe su nombre, supervisó la construcción del edificio de principio a fin.
Sus inicios estuvieron influenciados por instituciones hosteleras francesas hasta el punto de modificar las costumbres populares más arraigadas de la sociedad madrileña. Se cambiaron las meriendas de chocolate caliente por la hora del té, aparecieron las famosas comidas de los lunes y al día siguiente las tardes de baile.
Durante la Primera Guerra Mundial tuvo un papel esencial debido a la neutralidad de España en el conflicto bélico. Atrajo a importantes personajes de la aristocracia internacional que dirigían desde allí sus operaciones estratégicas. Sin embargo, en plena Guerra Civil, se convirtió en un Hospital de Sangre que acogía a heridos de ambos bandos.
La década de los 70 se considera la época oscura del hotel ya que su restaurante generaba pérdidas constantes y finalmente se puso a la venta.
La entrada al siglo XXI favoreció al hotel convirtiéndose en la sede de diversas reuniones para la Conferencia de Paz de Oriente Medio en Madrid e introduciendo la comida española en sus cocinas de la mano del chef Javier Aldea. En mayo de 2015 el edificio fue adquirido por la compañía Mandarin Oriental y a principios de 2018 comenzaron las reformas que han mantenido cerrado al hotel hasta su reciente reapertura.
¿Qué secretos oculta el lujoso edificio del Hotel Ritz?
El Hotel Ritz ha sido estancia de importantes figuras como los duques de Windsor, Fidel Castro, Margaret Thatcher, Elton John, Richard Burton y un sinfín de personalidades más, excepto no lo fue para Michael Jackson, a quien se le impidió la entrada por llevar mascotas.
Años antes existía una estricta normativa que vetaba la entrada a toreros y artistas. De hecho, Sara Montiel fue una de ellas.
En los inicios del hotel, cuenta la leyenda, que existía un código entre los empleados con las siglas NTR (No Tipo Ritz), que les servía para seleccionar a sus exclusivos clientes. En caso de no cumplir con el criterio, se les sugería que optasen por alojarse en el hotel Palace.
Tampoco hay que olvidar las estrictas normas de etiqueta que obligaban a los hombres a llevar corbata y a las mujeres falda o vestido hasta 1975.