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Durante dos meses la diosa Cibeles ha estado cubierta de andamios para su renovación.
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Se ha limpiado el granito, se han eliminado grietas y se han repuesto partes que faltaban.
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Es la primera rehabilitación desde 2002, cuando hubo que reparar su mano izquierda.
Después de todo un verano renovando su cara, la diosa de la fuente Cibeles va a despojarse de los andamios que la han cubierto estos meses. Las obras de mantenimiento y consolidación comenzaron el pasado 27 de julio y a partir de hoy se podrá ver su nuevo aspecto. Se trata de la primera restauración que se hace en el icono desde 2002.
En aquella ocasión se reparó su mano izquierda, que había desaparecido en un acto vandálico. Ahora se ha limpiado el granito gris de Montesclaros (Toledo), que ha recuperado su tonalidad. De este modo se vuelve a vislumbrar la blancura del mármol italiano con que fueron tallados los amorcillos del carro de la diosa.
Limpieza general con productos específicos para no dañar a la Cibeles
Así, la Cibeles va a lucir más luminosa gracias a una rehabilitación con tratamientos correctivos y preventivos. Por un lado, se ha realizado una limpieza general con agua a presión y temperaturas adecuadas. A continuación, se ha aplicado un producto consolidante. Y por último se han eliminado morteros agrietados y asegurado elementos inestables.
Para esculpir o reponer partes que se habían perdido, se han seguido unos criterios de mínima intervención. El objetivo era dañar lo menos posible la estatua y prevenirla de futuras agresiones.
Un conjunto escultórico de 5,5 metros de alto y 4,7 de ancho
El conjunto de la Cibeles tiene una altura de 5,5, una anchura de 4,7, y un fondo que mide 12 metros. Creada en 1782 es de estilo neoclásico y simboliza la tierra, la agricultura y la fertilidad. Se concibió durante el reinado de Carlos III y era uno de los elementos que conformaban el Salón del Prado de San Jerónimo.
La diosa y los leones se esculpieron en mármol cárdeno del pueblo de Montesclaros (Toledo). El escultor que creó la figura de la diosa y el carro fue Francisco Gutiérrez. Roberto Michel se encargó de los leones. También intervino el adornista Miguel Ximénez, de acuerdo con el diseño de Ventura Rodríguez. En 1891, fue trasladada a su actual ubicación.
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