‘El mundo de Van Gogh’, una muestra inmersiva con final inesperado, en el Nomad Museo Inmersivo
La nueva exposición inmersiva ‘El mundo de Van Gogh’ llega a Madrid para adentrar a los visitantes en la obra y vida del pintor, con la particularidad de que para salir de la muestra se tiene que tomar un tobogán que desemboca en un photocall en el que te puedes introducir literalmente en uno de los cuadros de Van Gogh. Se puede ver todos los días de 10 a 22 h en el Nomad Museo Inmersivo (Gran Vía, 78), con precios que rondan los 20€.
«Hoy en día la mayoría de la gente se identifica más con una pantalla que con un lienzo, y eso es lo que hemos hecho: volcar en múltiples pantallas el arte de los lienzos con un respeto absoluto. ¿El resultado? Una experiencia que enseña al visitante la persona y el personaje de Van Gogh, moviendo las emociones a través de la belleza de su obra y de su propio relato«, explica la responsable de las exposiciones de Nomad Museo Inmersivo, Alejandra Soto.
Y es que, es el propio Van Gogh, en voz en off, el que narra su historia a todos los asistentes, acompañado de una banda sonora original creada específicamente para la muestra. El autor es el compositor Adrián Berenguer, una apuesta que la productora ha querido realizar desmarcándose así del resto de exposiciones similares que suelen optar por bandas sonoras clásicas de autores como Mozart o Bach.
Nos adentramos en la nueva exposición de Van Gogh en Madrid
La exposición ‘El mundo de Van Gogh’ comienza por todo lo alto con un gran cartel repleto de girasoles, característicos de la obra del pintor, con una de sus míticas frases: «Sueño mi pintura y luego pinto mi sueño«. Tras esto, nos adentramos en un pasillo donde no existe la definición del espacio: al entrar hay una profundidad infinita a los lados, al fondo, en el suelo y en el techo, tan solo marcado por las luces y espejos que van marcando el camino.
Como si se tratara de un pasadizo que nos traslada en el tiempo, llegamos al mundo de Van Gogh. Una enorme sala con sillones nos invita a conocer su vida y obra desde los inicios hasta el final, a través de imágenes en continuo movimiento, entre las que destacan sus obras que cobran vida gracias a la inteligencia artificial. Su realismo es tan espectacular que incluso se pueden apreciar las pinceladas. Eso sí, se recomienda verlo a cierta distancia para sumergirse mejor en la experiencia.
Una vez finaliza este viaje, de unos 40 minutos, llegamos a otra sala en la que ahora somos nosotros los pintores. Con pinceles gigantes, una pantalla enorme nos ofrece lienzos en blanco que podemos ir coloreando a nuestro gusto. Además, se ofrecen también láminas en papel para pintar en él. En este mismo espacio, la realidad virtual cobra especial protagonismo, porque es posible introducirse por completo en el mundo del pintor a través de las gafas proporcionadas.
El gran final de la exposición inmersiva de Van Gogh en Madrid: el tobogán
Poco a poco se llega al final de la exposición, que culmina con una serie de paneles interactivos con detalles sobre sus pinturas, su biografía y otros datos que pueden interesar a los visitantes. El punto final lo marca la original salida, una gran señal de ‘exit’ apunta a un tobogán por el que nos trasladaremos de nuevo al mundo real, al año actual. Pero, antes, no puede faltar una foto en el interior de uno de los cuadros del autor, como recuerdo.
La exposición se puede ver, de momento, hasta el 20 de mayo. La mejor forma para llegar al espacio es en transporte público, dado que se encuentra en pleno centro de Madrid. El metro Plaza de España (líneas 3 y 10) es el que está situado más cerca. También tienen parada los autobuses 001, 1, 2, 3, 25, 39, 44, 46, 74, 75, 133, 138, 148, C1 y C2.
Si te ha gustado este artículo, déjanos un comentario. También puedes regalarnos tu Me gusta en nuestro Facebook y seguirnos en Twitter.