Con Antonio Canales como director artístico y la dueña del Cardamomo, Ivana Portolés, al frente, nace una nueva etapa de este emblemático local, que reabrió el 5 de mayo
En estos dos últimos años, el lugar más emblemático del flamenco en Madrid y el más antiguo del mundo, el Villa Rosa -ubicado en la Plaza de Santa Ana-, ha estado a punto de desaparecer. Los antiguos propietarios pusieron en alquiler este ‘templo’ del flamenco y los nuevos inquilinos se disponían a derruirlo y reconvertirlo en un restaurante temático.
«Lo iban a tirar entero, y no iba a tener nada que ver con lo que era, ni tampoco con el flamenco», nos cuenta Ivana Portalés, quien ha hecho posible la ‘resurrección’ de este mítico local. Gracias a ella y su socio -empresarios y dueños del tablao Cardamomo-, y al bailaor Antonio Canales -que se ha embarcado como director artístico en la aventura-, ese desenlace pudo cambiar de rumbo. Han tomado el timón del Villa Rosa y, como auténticos defensores del flamenco, han decidido darle una nueva vida.
Ivana Portalós, vocación por el flamenco y devoción hacia el Villa Rosa
Comenzó así el pasado 5 de mayo esta etapa que pretende llevar a lo más alto la difusión del flamenco con la reapertura del Villa Rosa. La vocación de Portalós, su amor por el arte flamenco y su devoción por este lugar que llegó a ser conocido como la ‘catedral’ del flamenco, han sido claves para este cambio de rumbo.
Decidió hacerse cargo del tablao cuando vio que peligraba su auténtica esencia, evitando así que la sala se convirtiera en cualquier negocio alejado de su historia. «Los inquilinos que se habían puesto al frente, lo tuvieron durante seis meses e iban a reconvertirlo en un restaurante, pero se echaron para atrás; entró otro inquilino, y también se marchó; al final la propiedad nos buscó a nosotros, que llevamos 30 años haciendo flamenco».
«Creo que estamos en un momento buenísimo después de años difíciles; hubiese sido una pena que se perdiese este lugar tan histórico«, concluye la empresaria, con la confianza ciega de que conseguirán aportar «más de lo que había antes incluso».
De momento, han hecho alguna que otra reforma: «Hemos creado una grada para poder ofrecer el flamenco que merece Madrid, todo bajo un trabajo muy artesano, conservando las partes protegidas, restaurando el suelo, los niveles para dar más visibilidad, los techos… Pero tenemos pensado hacer más obras de restauración en un tiempo, para recuperarlo cómo era originalmente«, cuenta.
Antonio Canales, al frente de la dirección artística del nuevo Villa Rosa
Por su parte, el maestro Antonio Canales, Premio Nacional de Danza y Medalla de Oro de las Bellas Artes, ya había pisado el escenario del Villa Rosa en el pasado. Una estrella amante del flamenco que deseaba con todas sus fuerzas que el tablao recobrase su máximo esplendor.
«Conozco a Ivana y a su socio Lucas desde hace mucho tiempo y siento una enorme alegría de poder recuperar esta catedral del flamenco, que temíamos perder», reconoce. Añade que «era un sitio donde yo deseaba ser jefe artístico». Dicho y hecho.
«Me encargo de todo, desde el vestuario hasta la coreografía de cada espectáculo», detalla el artista. Asegura que: «Será un lugar gourmet del flamenco, donde la gente venga a ver la auténtica esencia de este género, el único lugar donde se puede ver lo más verdadero de este arte».
¿Cuándo son los espectáculos en el Villa Rosa?
Así, el mundo del flamenco está de enhorabuena. Los amantes de este género, y también los que no lo conocen tanto, pueden volver a disfrutar todos los días de espectáculos del arte catalogado como Patrimonio cultural e la Humanidad hace dos años.
La programación es variada y de calidad, con artistas de reconocido prestigio. Desde el 5 de mayo, se programan actuaciones a diario en horario de 21 horas, y los fines de semana también a las 19:30.
De momento, se ofrece solo espectáculo, sin cena, porque «si se está a una cosa no se está a la otra», explica Ivana. Según la empresaria, cuando se contempla un espectáculo, «hay que disfrutar de él por entero». Quizás más adelante, brindarán también restauración, pero ahora solo se puede comer a mediodía, tapas y cosas sencillas, «algo compatible con el espectáculo».
Ivana Portalós nos desvela también que se plantean algunas iniciativas para el futuro: «A partir de septiembre traeremos a colegios entre semana, y en noviembre, ofreceremos arriba cante jondo».
Historia del Villa Rosa
Inaugurado en 1911, el histórico Villa Rosa es fácilmente reconocible en la Plaza Santa Ana de Madrid, ya que preserva su fachada original de azulejos pintados con paisajes muy coloristas. También su singular decoración interior de estilo arábigo andaluz y sus mosaicos en las paredes, lo hacen único.
En muy poco tiempo comenzó a ser un lugar de referencia para los amantes del arte flamenco. Aficionados de alto nivel económico, políticos, aristócratas y el mundo artístico en general se deleitaban con el arte de los mejores cantaores, guitarristas y bailaores.
El local se funda como taberna ese año con el nombre de Gran Colmado Villa Rosa, ocupando el local de un antiguo molino de chocolate en Madrid. En 1919 cambia de dueños y se reforma. Se le dota entonces de una llamativa decoración de estilo andaluz, con artesonado, columnas y arcos inspirados en la Alhambra de Granada.
Artistas y decoración
Su vida como tablao comenzó en 1921, cuando el empresario Tomas Pajares adquiere el negocio. Consigue que el cantaor Antonio Chacón, considerado el rey del cante flamenco andaluz, dirija el local. Así, trae a los mejores cantaores, bailaores y guitarristas, que a su vez arrastraron a aficionados del flamenco de notable poder económico y artistas de la época. Se inicia la leyenda del que se convertirá en el templo del flamenco en Madrid.
Además del cantaor Antonio Chacón y el guitarrista Ramón Montoya, dieron fama al Villa Rosa de Madrid los más grandes artistas del flamenco. Es el caso de los cantaores Manolo Pavón o Juanito Mojama; la cantaora Pastora María Pavón Cruz, conocida como la Niña de los Peines, y los bailaores Estampío y Faico, entre otros.
Por el tablao pasaron artistas de renombre, como Imperio Argentina, Lola Flores, Juanito Valderrama o Miguel de Molina. Y, entre su clientela, destacó desde los inicios la presencia de famosos como Ernest Hemingway o Ava Gardner, entre otros. Incluso se dice que el rey Alfonso XIII visitaba el local de incógnito, a través de un pasadizo subterráneo.
La fachada del local está decorada con azulejería, muy colorista, realizada por el pintor y ceramista Alfonso Romero Mesa en 1928. Se representan 8 paisajes madrileños y andaluces: Cibeles, Retiro y plaza de Colón de Madrid; plaza de España y Jardines de Murillo sevillanos; Alambra de Granada, y panorámicas de Córdoba y de Málaga. En su interior hay azulejos policromados con escenas flamencas. Son obra del ceramista talaverano Antonio Ruiz de Luna y de Julián Santacruz, realizados en 1987.
La singular estética del Villa Rosa ha servido como escenario en series de televisión y películas, como ‘Tacones Lejanos’ de Pedro Almodóvar y ‘La Reina de España’ de Fernando Trueba.
