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El proyecto de Villar Mir, iniciado en 2012, reduce ahora altura y ya no serán tres plantas por encima de la cornisa de los edificios.
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Se evita el efecto visual negativo sobre el entorno de la Puerta del Sol desde Arenal y Mayor.
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Además, se mantendrá la identidad de cada edificio y no se construirá un intercambiador subterráneo.
El Complejo Canalejas está formado por siete edificios en pleno centro de Madrid. Una manzana muy golosa, que adquirió la inmobiliaria Villar Mir al Banco Santander en 2012 para construir un centro comercial, un hotel de cinco estrellas y pisos de lujo. Mantener la estética y respetar edificios con tanto valor histórico como los de esa zona ha sido un hándicap para continuar con el proyecto. Pero, parece que se ha encontrado una solución.
Esa histórica manzana, con edificios de principios y mediados del siglo XX de gran valor arquitectónico e histórico que dan a la Puerta del Sol y forman parte de la estética de esta parte tan neurálgica de la ciudad -el número 1 de la plaza de Canalejas, el 7 de la Carrera de San Jerónimo, y del 6 al 14 de la calle de Alcalá-, servirá para acoger lo ya acordado, pero con algún matiz.
Menos altura en los edificios
El Ayuntamiento, la Comunidad, el Colegio Oficial de Arquitectos y el Grupo Villar Mir han acordado disminuir el volumen edificado y mantener la identidad de cada uno de los edificios que conforman el conjunto.
Así pues, en lugar de las tres plantas que se iban a incrementar sobre la cornisa de los edificios para hacer que toda la manzana quedase a la misma altura, se disminuye el volumen para evitar un efecto visual negativo sobre el entorno de la Puerta del Sol –declarada Bien de Interés Cultural- desde las calles Arenal y Mayor. Eso supone menos pisos de lujo, menos habitaciones de hotel y menos metros cuadrados de centro comercial.
Conservar elementos patrimoniales
Por otra parte, también se ha acordado tratar cada edificio de forma individual para preservar su identidad y conservar íntegramente todos los elementos patrimoniales protegidos de los edificios de la calle Alcalá 14, y la plaza de Canalejas 1, declarados Bienes de Interés Cultural. Y una última modificación que afecta al proyecto inicial es la no construcción de un intercambiador subterráneo, que iba a acoger 9 líneas de autobús y un espacio para carga y descarga.
En lugar de eso, el complejo Canalejas tendrá, según el acuerdo, su propio aparcamiento y zona de carga y descarga subterránea en sus plantas bajo rasante, pero será el actual aparcamiento de Sevilla, que tiene tres plantas, el que se transformará en dos para acoger la carga y descarga de los pequeños y medianos comerciantes de la zona, en su planta superior. En la inferior, seguirá funcionando como aparcamiento público de rotación.
Por otro lado, los autobuses seguirán pasando por Sol, alrededor del edificio Apple, pero se redistribuirán las paradas para evitar la concentración de paradas de regulación (las que mantienen al autobús un tiempo hasta que reinicia la marcha) que actualmente se produce en la calle Sevilla.
De momento, el acuerdo entre las cuatro partes podría suponer el desbloqueo de este proyecto, que se inició en 2012 y tenía previsto estar finalizado para 2016. Sin embargo, habrá que ver qué pasa con la “suspensión inmediata” de la obra, dictada por un juez el pasado viernes, según ha publicado hoy El País, a raíz de una demanda de otra sociedad inmobiliaria, R&A Palace Gestión. La vista judicial está fijada para el 11 de diciembre.
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