El derbi de Champions estuvo marcado por incidentes en los accesos al Metropolitano, donde ultras madridistas intentaron entrar sin boleto
El Real Madrid ganó ayer, miércoles 12 de marzo, el derbi contra el Atlético de Madrid y avanzó a los cuartos de final de la UEFA Champions League tras superar a los rojiblancos en una épica tanda de penaltis.
El gol tempranero de Conor Gallagher para los de Simeone igualó la eliminatoria con todo por decidir. Los blancos llegaban con ventaja tras el 2-1 en la ida y dominaron la posesión, pero se encontraron con un Atlético bien estructurado, que defendió con solidez y generó peligro con contragolpes rápidos.
En la segunda mitad del partido, los merengues tuvieron la oportunidad de adelantarse con un penalti a favor tras una falta de Lenglet sobre Mbappé. Sin embargo, Vinícius erró el disparo mandando el balón fuera. Tras 90 minutos más 30 de prórroga sin más goles, el partido se resolvió en la tanda de penaltis. El Real Madrid mostró más calma y precisión, mientras que el penalti de Julián Álvarez fue anulado por una doble ejecución del balón.
Finalmente, el equipo de Ancelotti se impuso y avanzó a la siguiente fase, donde se enfrentará al Arsenal en cuartos de final. Con esta victoria, el Real Madrid sigue en su objetivo de revalidar el título de Liga de Campeones.
Despliegue de seguridad en el Atlético-Real Madrid para garantizar el orden
El partido de Champions League entre el Atlético y el Real Madrid, que se disputaba en el Riyadh Air Metropolitano, estuvo marcado por un dispositivo de seguridad desplegado por la Delegación del Gobierno. El operativo, compuesto por 1.500 efectivos, incluyó agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Municipal, SAMUR-Protección Civil, Bomberos y personal del club, con el objetivo de garantizar la seguridad tanto dentro como fuera del estadio.
El partido estuvo rodeado de tensiones previas, especialmente por los incidentes ocurridos en los accesos al Metropolitano. Unos 250 ultras del Real Madrid, pertenecientes al grupo Ultras Sur, intentaron acceder al estadio sin entrada, lo que generó altercados.
La Policía Nacional tuvo que intervenir, llevando a cabo cacheos para evitar que los aficionados ingresaran con objetos o simbología prohibida. Durante el proceso, se produjeron lanzamientos de objetos a los agentes y cargas policiales para dispersar a los disturbios.
Unos 4.000 aficionados madridistas estaban en la grada, y las autoridades pidieron a los presentes resguardarse o abandonar la zona para evitar enfrentamientos. A pesar de los intentos de algunos ultras de crear conflictos, tanto con aficionados del Atlético como con los madridistas que sí tenían entrada, la rápida actuación de la Policía evitó que la situación escalara a mayores.
Gracias a las autoridades, el partido pudo disputarse sin ningún tipo de altercado y con 120 minutos de absoluta tensión, que acabó con la victoria blanca en un encuentro muy disputado.